El duelo entre Independiente y Universidad de Chile por la vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana terminó de la peor manera. Cuando se disputaban los primeros minutos del complemento, el árbitro Gustavo Tejera detuvo el juego que un rato más tarde sería “cancelado” definitivamente por la Conmebol. En el medio, un violento accionar de los hinchas visitantes que terminó con una vil agresión de la barra local en una jornada para el olvido en Avellaneda.
Mientras se estaba disputando el primer tiempo, los hinchas del Rojo apostados en la popular de la Pavoni baja empezaron a exponer los primeros síntomas de problemas: desde la Tribuna Alta ocupada por unos 2500 hinchas de la U de Chile estaban arrojando proyectiles constantemente.
Según aseguró el secretario general del club de Avellaneda, Daniel Seoane, los seguidores visitantes robaron objetos de una sala de mantenimiento y rompieron las instalaciones de la zona para generar proyectiles. “Desde que llegaron, la han robado artículos de limpieza al personal de limpieza del club desde muy temprano. Después tuvieron problemas con la seguridad privada que pone el club. Sabemos de muchos heridos de Independiente que han recibido todo tipo de proyectiles, sillazos, banquetas de la tribuna alta, han tirado inodoros para abajo. Han roto todo y cuanta cosa se cruzaba en el camino”, indicó en Radio La Red.
“Cuando tenés en una parcialidad de 2.500 personas de Chile, tenés 300 personas que quieren hacer daño constantemente y no los tenés identificados y en las reuniones de seguridad no hubo prevención de la gente que venía y hacen estos desmanes, es imposible prevenirlo”, agregó.
En una improvisada conferencia de prensa desde el Libertadores de América, el presidente de Universidad de Chile, Michael Clark, puso la mirada sobre el operativo de seguridad: “Encuentro que haber puesto a una barra en una segunda bandeja sin ningún tipo de reja y con gente abajo quizás no es lo mejor. Claramente hay un club organizador. Nosotros no somos los organizadores, no pusimos a la gente donde estaba, no tuvimos nada que ver con los sistemas de seguridad. No soy experto, pero el hecho de haber puesto a la barra visitante sobre gente de Independiente en un lugar donde no hay rejas, quizás mirándolo con el diario del lunes, no fue lo mejor”.
El ministro de Seguridad Bonaerense, Javier Alonso, en Infobae en Vivo, aseguró que la Policía no estaba al mando del operativo interno en el LDA: “No había una línea de seguridad privada que impidiera a los hinchas balconear hacia la parte de abajo. Eso fue clave para que la situación se descontrolara. Ninguno de esos protocolos se cumplió”. Sin embargo, la Conmebol apuntó en su informe que el partido fue cancelado por “falta de garantías de seguridad por parte del club local y de las autoridades locales de seguridad”.
Infobae tuvo acceso a algunas imágenes tomadas en el sector visitante poco después de la desconcentración de los hinchas visitantes, mientras que ESPN difundió durante el mediodía de este jueves cómo quedó la zona de la Tribuna Pavoni Alta que ocuparon los seguidores de la U de Chile. Desde allí, sin fuerzas de seguridad presentes ni operativo alguno, los fanáticos visitantes agredieron a los seguidores del local que estaban en la zona baja y en la garganta ubicada rumbo a la platea Erico. Allí también llegó sobre la medianoche el puñado de barras del rojo para agredir a los últimos fanáticos chilenos que quedaban en el lugar. Hoy, parece una zona de guerra.

En las últimas horas, la U de Chile dio detalles sobre la salud de los 12 heridos: “Se nos informó que ocho de ellos fueron dados de alta durante la jornada y cuatro se mantienen hospitalizados: uno en terapia intensiva y dos con probabilidad de ser dados de alta hoy”.
Desde la entidad de Avellaneda emitieron un comunicado oficial donde aclararon que “de acuerdo con las imágenes difundidas, reportes oficiales y partes policiales” el conflicto se originó “en el sector visitante desde la previa del partido”.
Allí detallaron que, como primer paso, “atacaron e inactivaron el sistema cerrado de cámaras de seguridad” como instancia previa a “destruir las instalaciones sanitarias del sector”. “La parcialidad visitante utilizó los escombros como proyectiles y lanzó pirotecnia hacia los socios locales que se encontraban en la tribuna baja y en una de las gargantas adyacentes a la tribuna sur. Posteriormente, se produjeron agresiones inaceptables por parte de grupos locales”, señalaron.
“Para este partido trabajamos en conjunto con Conmebol, Aprevide, Policía Bonaerense y Carabineros de Chile poniendo a disposición de la organización un operativo que cumplía en todo con la normativa vigente y con las exigencias estipuladas para este tipo de competiciones”, esgrimieron.




