
El ambiente de la Fórmula 1 está en pleno descanso por el receso del verano boreal. Varias de las principales figuras eligen descansar con su vínculo más cercano y hacerlo en el mar es un plan ideal. Los pilotos de la Máxima y algunos jefes o dueños de equipos son celebridades que recargan sus pilas en sus yates de lujo.
En este contexto, la reciente presencia de Max Verstappen a bordo del yate de Toto Wolff, jefe de Mercedes, reavivó las especulaciones sobre el futuro del campeón mundial neerlandés. Fotografías difundidas la semana pasada muestran a Verstappen, de 27 años, disfrutando del sol junto a Wolff, de 53 años, en la costa de Cerdeña.
El Mangusta 165, propiedad de Wolff desde 2023, mide 50 metros de eslora y alcanza una velocidad máxima de 46 km/h (25 nudos). El yate, valorado en 30 millones de dólares, permanece habitualmente amarrado en Mónaco y ofrece cinco dormitorios, jacuzzi y motos acuáticas para sus 12 huéspedes. La interacción entre ambos ha intensificado los rumores sobre un posible traspaso de Verstappen a Mercedes cuando finalice su contrato con Red Bull. El propio piloto, en declaraciones a RacingNews365, reconoció: “Estoy en un punto intermedio. Quizás sea bueno, quizás sea malo, ya veremos”. Añadió que mantiene la mente abierta y que tomará decisiones cuando llegue el momento: “Cuando me siente en el coche el año que viene, lo resolveremos. De todas formas, no soy yo quien pone las reglas”.

A pesar de su reciente visita al yate de Wolff, Verstappen también ostenta su propio símbolo de estatus marítimo, según un informe de The Sun. El Unleash the Lion, valorado en 45 millones de dólares, puede alojar a 12 invitados y cinco tripulantes. El barco, descrito como “la escapada de fin de semana de un villano de Bond”, dispone de una cubierta trasera con sofás blancos y espacio para una lancha rápida, además de un camarote principal de grandes dimensiones. Verstappen y su pareja, Kelly Piquet, junto a su hija Lily, han disfrutado de la embarcación, que suele amarrar en Mónaco durante el Gran Premio local.
Lewis Hamilton, siete veces campeón mundial y figura central de la Fórmula 1, también forma parte del selecto club de propietarios de yates. Su Sunseeker 90, adquirido en 2009 por 3,9 millones de dólares, mide 28 metros de eslora y puede alcanzar 56 km/h (30 nudos). El yate, con capacidad para ocho personas, destaca por su carpintería de nogal americano, aire acondicionado y una zona de entretenimiento con ducha. Hamilton suele amarrar la embarcación en Mónaco y, en ocasiones, prefiere alquilar otros barcos para diversificar las actividades y el espacio disponible. A lo largo de los años, se le ha visto compartir momentos a bordo con celebridades como Bella Hadid, su ex compañero de equipo Nico Rosberg y miembros de su familia.

Por su parte, el monegasco Charles Leclerc, de 27 años y piloto de Ferrari, ha optado por la variedad: posee dos yates, el Riva 66 Ribelle Sedici y el Riva Dolceriva Monza. El Sedici, de 20 metros de eslora, puede alcanzar 68 km/h (37 nudos) y dispone de tres camarotes. Leclerc suele llevarlo al Gran Premio de Mónaco y comparte imágenes de sus vacaciones en redes sociales. El Monza, adquirido en 2020 por 2 millones de dólares, conmemora su victoria en el circuito homónimo y representa su afición por la velocidad también en el mar.
La tendencia de los pilotos de F1 a invertir en yates de lujo se extiende a otras figuras del paddock. George Russell, británico de 27 años, adquirió recientemente un Pershing 6X por 3 millones de dólares. Aunque de menor tamaño que el de Verstappen, el barco cuenta con cuatro dormitorios, cuatro baños, cocina y una amplia sala de estar en la cubierta superior. Russell ha compartido imágenes de sus vacaciones en Cerdeña junto a su pareja, Carmen Mundt, y amigos, disfrutando de juguetes acuáticos y de la navegación en hidroplano.

El piloto español Fernando Alonso, de 44 años, ha optado por una aproximación diferente al lujo náutico. Su Sunreef Power Eco 60, de 18,3 metros de eslora, destaca por su propulsión eléctrica y su enfoque sostenible. El yate, personalizado para Alonso tras un pedido en 2021 y entregado en 2023, utiliza paneles solares que cubren 68,6 metros cuadrados del techo y los laterales del casco. Equipado con dos motores eléctricos de 360 kWh y baterías de 990 kWh, el barco navega en silencio y puede alojar a seis invitados y cuatro tripulantes.
El propio Alonso explicó a BOAT International: “Creo que (Sunreef) es la única empresa que lleva la sostenibilidad a un nivel muy serio. Tener un catamarán totalmente eléctrico alimentado por paneles solares era todo un acierto para mí”. Para el bicampeón, la experiencia a bordo se resume en la tranquilidad y el respeto al medio ambiente: “A bordo, lo único que importa es la tranquilidad, el aire fresco y la buena compañía. Navegar no debería ser cuestión de ego. Para mí se trata de compartir buenos momentos y ser respetuoso con el medio ambiente”.

Aunque ninguno puede con el “bote” de Lawrence Stroll, propietario del equipo Aston Martin, redefine el concepto de lujo flotante: con 80 metros de eslora (262 pies), un valor estimado de 251 millones de dólares y una cubierta superior acristalada que alberga piscina, plataforma de juegos y helipuerto con hangar, la embarcación Faith se erige como la “mansión flotante” más imponente del paddock. Según Luxury Launches, el barco puede alojar a 14 invitados en siete camarotes y cuenta con espacio para 20 tripulantes, mientras que sus costos operativos anuales alcanzan los 27 millones de dólares. Este despliegue de opulencia, que incluye cine privado, spa y piscina de inmersión, ilustra la escala de la rivalidad náutica entre los protagonistas de la F1, donde la competencia trasciende los circuitos y se traslada a los puertos más exclusivos del Mediterráneo.
La temporada de la F1 se reanudará el viernes 29 de agosto cuando los autos salgan a pista para la primera prueba libre del Gran Premio de los Países Bajos.
LOS YATES DE LAS FIGURAS DE LA F1








