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Jorge Luján celebra el Premio
Jorge Luján celebra el Premio SM con emoción y recuerdos familiares - (Gentileza de la editorial)

El escritor argentino Jorge Luján, radicado en México desde hace más de 40 años, recibió el XXI Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil por su libro Lucas y Naíta, la distinción más importante en español y portugués dedicada a quienes transforman la mirada sobre la infancia y la literatura. El jurado valoró la fuerza poética de su obra y la conexión profunda con generaciones de lectores, consolidándolo como un autor clave de la literatura infantil y juvenil contemporánea.

Al enterarse del premio, Luján confesó su sorpresa: “Cuando recibí la llamada me quedé perplejo, en silencio, imaginé la alegría de mis hijos y mis seres queridos, recordé algunos correos inolvidables de mis lectores y al fin pude pronunciar una palabra: Gracias…”, expresó.

Originario de Córdoba, Luján es poeta, novelista, arquitecto, músico y docente. Llegó a México en 1978 para estudiar literatura en la UNAM, participó en proyectos pedagógicos y creativos, y colaboró tanto con niños como con futuros escritores en la maestría en creación literaria de Casa Lamm y en la especialidad de poesía infantil de la Universidad Iberoamericana. Autor de cerca de 50 títulos —entre poesía, cuento, novela, cómic y traducciones—, sus obras predominan en el género de álbum infantil y han sido traducidas a 17 idiomas, recibiendo premios en Europa, América y Asia, testimonio de un trabajo de gran amplitud que incluye su labor como cantautor en siete discos.

El autor argentino es reconocido
El autor argentino es reconocido por su obra poética y su conexión con la infancia - (Gentileza de la editorial)

Para Luján, el Premio Iberoamericano SM significó un hito. Recordó un momento fundamental en el Congreso del IBBY en Cartagena en el año 2000, cuando conoció a Verónica Uribe, quien después de leer una edición de Más allá de mi brazo, lo puso en contacto con Patsy Aldana de Groundwood Books, dando inicio a una colaboración de veinticinco años y doce libros.

Respecto al valor de los premios en la literatura infantil y juvenil, Luján reconoció su complejidad, ya que, como jurado en anteriores ocasiones, conoció de cerca la dificultad de evaluar y decidir. Agradeció las palabras del jurado, como el comentario de Alejandro Von-Düben de la OEI: “Tu obra tiene un gran valor poético y ético al mismo tiempo”, y de Jessica Rodríguez de Fundación SM: “Una obra hecha con tanta honestidad, tanta calidez, tanta profundidad”. Estas opiniones, junto a las de Daniel González, Beatriz Sanjuán y Rodrigo Morlesin, arroparon al autor, quien agradeció también a quienes lo acompañaron en el camino.

Dedicó el premio a Lourdes Ambriz, soprano y compañera musical, y a Marité Alonso, amiga entrañable, ambas recientemente fallecidas. Recordó, además, a los “chicos sin hogar” que buscó homenajear en libros ilustrados por Chiara Carrer, como Siete niñas.

Lucas y Naíta transforma lo
Lucas y Naíta transforma lo cotidiano en poesía y asombro para los lectores - (Gentileza de la editorial)

La infancia y el oficio de narrar

Luján resignificó la infancia como núcleo de su narrativa: “Me es difícil definirlo, pero lo habito”. Describió la literatura infantil latinoamericana como un caleidoscopio que reúne culturas y saberes diversos, valiosos para el mundo. Advirtió que el contacto con la literatura infantil se ha debilitado y consideró necesario “poner más atención al ritmo y ser claros, veraces, consistentes” para las nuevas generaciones.

La subestimación de la literatura destinada a los más jóvenes es, según Luján, un dilema persistente: “Usamos dos sustantivos. Convertirla en arte requiere ponderar ambos. Si esto no lo moviera de lugar, le dedicaría este poemita: ‘Algunos hombres no llevan consigo a su niñez/ porque su niñez no se lleva con lo que son’”.

Sobre cómo distinguir un buen libro infantil en un mercado saturado, señaló: “Un libro para chicos es valioso cuando al llegar al final me asalta el deseo incontenible de leerlo de nuevo”. Si bien señaló a Palabras manzana como su título más entrañable, actualmente su preferido es Los delirios del Capitán Albatros, el cual, confesó, es el que más lo desvela y conmueve.

La colaboración con ilustradores y
La colaboración con ilustradores y la diversidad cultural enriquecen la obra de Luján - (Gentileza de la editorial)

Los recuerdos de su propia infancia permanecen vivos, evocando figuras como Huckleberry Finn. Al referirse a su vida entre dos países, la describió como un equilibrio fértil “entre lo reciente y lo milenario, entre una mirada hacia el mundo y otra hacia lo profundo”. En la actualidad, su inquietud central es la protección de la niñez, e insistió en la urgencia de “darles voz y voto en las decisiones sobre su mundo”, criticando la falta de responsabilidad de los adultos y el impacto de ciertos líderes a los que calificó como “Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis”.

La traducción de sus obras le aportó experiencias agridulces y notables, como el hallazgo de su libro Tarde de invierno traducido al japonés por el poeta Shuntaro Tanikawa, y el regalo de un libro ilustrado por Mandana Sadat. Recomendó su lectura, destacando el valor de la diversidad cultural.

Luján dedica el galardón a
Luján dedica el galardón a sus seres queridos y a figuras clave en su trayectoria - (Gentileza de la editorial)

Luján manifestó su interés en dialogar con la voz de la infancia y seguir el tono auténtico de los niños: “Acompaño su proceso cuando emerge, pero no lo impongo”. Reconoció la influencia de autores como Oliverio Girondo, Carlos Pellicer, E. E. cummings, Wallace Stevens, Li Po, Robert Walser y Felisberto Hernández.

Muchas de sus obras deben su autenticidad a la atención prestada al habla infantil, germinada, según él, en las historias inventadas para sus primos en veranos calurosos. Mencionó la inspiración recibida de Gustavo Roldán y Laura Devetach en su juventud universitaria.

La colaboración con ilustradores es una parte esencial de su trayectoria: puede ser tan sencilla como la amistad, o tan profunda como una alianza creativa entre desconocidos. Recordó el proceso compartido con Isol para el libro Mi cuerpo y yo, donde el humor y la admiración mutua cimentaron un vínculo sólido.

El Premio Iberoamericano SM consolida
El Premio Iberoamericano SM consolida a Luján como referente de la literatura infantil - (Gentileza de la editorial)

Lucas y Naíta: lo cotidiano convertido en poesía

En Lucas y Naíta, publicado por Capicúa de VR Editoras e ilustrado por Sole Otero, transforma lo cotidiano en poesía. La novela, compuesta por veintiséis capítulos, narra los encuentros del Tíodeloscaminos con Lucas y Naíta, quienes se ven reflejados en las anécdotas que escuchan. A partir de situaciones familiares cotidianas, la mirada del Tíodeloscaminos convierte la rutina en “una fuente inagotable de poesía, sorpresa y risa”.

La prosa del autor destaca por su ternura, sentido del humor y por el trayecto de transformación que viven sus personajes. Mientras los capítulos iniciales presentan el mundo desde la perspectiva de los más pequeños, los temas se vuelven progresivamente más complejos y delicados, y los diálogos ganan intensidad. El personaje del Tíodeloscaminos aparece y desaparece, imponiendo a la narración una atmósfera de misterio y encanto.

Lucas y Naíta está escrito en un lenguaje que privilegia la invención y la sensibilidad, con una cercanía poética inconfundible. Con este libro, Jorge Luján reafirma que la literatura infantil no solo entretiene, sino que enseña a mirar la vida cotidiana desde el asombro y la ternura.