“La escena actual folklórica, está en un proceso de fuerte crecimiento y renovación. Nos sentimos responsables de abordar un repertorio comprometido con el contexto social y político que atraviesa nuestro país y nos representan aquellas expresiones artísticas que buscan aportar mensajes claros, que sean plurares, es decir que no solo nos interpelen a nosotros, sino que busquen generar comunidad a partir del arte”.

Con esta declaración, Fernando Rossini y Simón Marziali sintetizan el espíritu que guía su propuesta artística y anticipan el enfoque de Ritual de agosto, el espectáculo que presentarán el sábado 16 de agosto en el Centro Cultural Thames, antes de iniciar su gira por España. El concierto servirá como adelanto de su próximo disco y será grabado en vivo, lo que añade un valor documental a la experiencia.

La selección de obras para este recital no responde únicamente a la búsqueda de un repertorio representativo, sino que se construye como un puente entre la memoria y la actualidad del folclore latinoamericano. El programa incluye piezas emblemáticas del género, creaciones inéditas de Jorge Marziali —padre de Simón— y composiciones de autores como Teresa Parodi, José Luis Aguirre, Javier Caminos, Néstor Soria y Topo Encinar. De este modo, los músicos proponen un recorrido que abarca tanto la herencia como la innovación, en sintonía con la premisa de que el folklore es una tradición en permanente transformación.

El origen de la colaboración entre Rossini y Marziali se remonta a 2019, cuando el tucumano invitó al mendocino a sumarse a uno de sus espectáculos. A partir de ese encuentro, ambos consolidaron una sociedad artística que se extendió a distintas producciones, y que en su momento incluyó al armoniquista Daniel Chappet, actualmente radicado en España. Según relató Marziali, los tres provenían de trayectorias solistas y decidieron confluir en un proyecto colectivo que permitiera a cada uno aportar su identidad musical para construir un repertorio común. Esta dinámica de intercambio y fusión se refleja en la propuesta de Ritual de agosto, donde la diversidad de influencias y estilos se convierte en un rasgo distintivo.

Rossini, reconocido por su versatilidad vocal, orienta su interpretación hacia la exploración de la identidad, la memoria y la conexión con el norte argentino. Marziali, por su parte, aporta una impronta cuyana y una estética contemporánea, resultado de su habilidad para integrar elementos tradicionales con recursos actuales. Ambos coinciden en señalar que su música se inspira en los principios del Nuevo Cancionero, el movimiento fundado en los años 60 por figuras como Mercedes Sosa, Armando Tejada Gómez, Tito Francia y Oscar Matus, que impulsó una renovación profunda de la música folklórica argentina. “Nuestra música está inspirada en los pilares del Nuevo Cancionero, que ha renovado la música folklórica argentina desde los años sesenta y que continúa hasta hoy”, afirman.

El espectáculo, según Rossini, “no solo respeta las raíces del folklore, sino que también las proyecta hacia el futuro”. En su visión, la inclusión de obras inéditas de Jorge Marziali y la reinterpretación de clásicos permiten actualizar el repertorio y dotarlo de una vigencia que dialoga con el presente. “Su hijo Simón heredó toda esa obra y le damos una vuelta de rosca para interpretarla en la actualidad”, explica el cantante tucumano.

La propuesta de Ritual de agosto se inscribe en una escena folklórica que, según los propios artistas, atraviesa una etapa de expansión y cambio. En palabras de los protagonistas, representan “dos caras de la misma moneda: la rica tradición folklórica argentina y su capacidad de renovar y enriquecerla”.

[Fotos: Diego Nucera]