La imagen de Billy Joel subiendo al escenario del Madison Square Garden en 2017, con una estrella de David amarilla en la solapa, se convirtió en un símbolo inesperado de resistencia. El gesto, realizado tras la protesta nacionalista blanca en Charlottesville y los comentarios de Donald Trump sobre el incidente, marcó un momento político inusual en la carrera del músico. Para Susan Lacy, directora de la docuserie Billy Joel: And So It Goes que se estrenó esta semana, esa escena resultó imprescindible: “En cuanto vi las imágenes de Billy con la estrella amarilla, supe que esa historia debía estar en la película”. Lacy llegó a preguntarse si Joel objetaría la inclusión de Trump, pero el cantante no puso reparos.
La docuserie explora con franqueza los aspectos más oscuros y complejos de la vida de Billy Joel. Según relata Lacy en una entrevista con Variety, el propio músico no mostró interés inicial en participar en el proyecto. Fue su equipo de representantes quien lo convenció de que “era el momento adecuado”. El tiempo les dio la razón: el año pasado concluyó una residencia en el Madison Square Garden tras una década, y en mayo de 2025, el artista, de 76 años, recibió el diagnóstico de hidrocefalia de presión normal, un trastorno cerebral.

La producción, dirigida por Susan Lacy y Jessica Levin, se distingue por su independencia editorial. La directora afirma que Billy Joel no intervino en el montaje final ni impuso restricciones: “Cuando le pregunté si había temas delicados, me dijo: ‘Cuenta la verdad’. No participó en el proceso y no vio la película hasta que estuvo terminada”. Esta libertad permitió abordar sin filtros episodios como sus tres matrimonios fallidos, la mala gestión financiera y su relación problemática con el alcohol. Lacy reconoce que este último tema resultó especialmente delicado: “Hablar de alcohol fue difícil para él. No pretendemos ocultar que tuvo un problema. Es evidente, y él mismo admite que bebió demasiado y que fue a rehabilitación, aunque no quería hacerlo”.
La serie se apoya en material de archivo, grabaciones de conciertos y entrevistas con figuras como Bruce Springsteen, Paul McCartney, Pink, Nas y las cuatro esposas de Joel. La participación de Elizabeth Weber, su primera esposa y exrepresentante, supuso un reto particular. Lacy explica que Weber pasó 40 años sin mencionar a Joel, hasta el punto de que el hijo que tuvieron juntos ocultó esa parte de su vida a sus parejas. Convencerla requirió insistencia y empatía: “Le dije que quería contar su historia, que había sido malinterpretada en redes sociales y que era fundamental para entender por qué Billy llegó a ser quien es”.
El documental no elude los momentos más vulnerables del cantante. Se abordan sus intentos de suicidio antes de alcanzar la fama, la relación distante con su padre, la depresión y adicción al alcohol de su madre, y la influencia de sus abuelos judíos. Estos elementos, junto con la honestidad de los testimonios, ofrecen una visión poco habitual en los documentales musicales recientes, saturados de relatos edulcorados.

La recepción crítica a la música de Billy Joel fue, en su momento, negativa. Sin embargo, en la docuserie, colegas y colaboradores reivindican su talento y la profundidad de su obra. Bruce Springsteen destaca que la crítica pasó por alto “mucho del gran trabajo de Billy porque no encajaba en un molde concreto”. La película subraya la creatividad de Joel a través de la génesis de éxitos como “Piano Man”, “Just the Way You Are” y “We Didn’t Start The Fire”.
La inclusión de testimonios de músicos como Pink y Bruce Springsteen responde, según Lacy, a la necesidad de mostrar el respeto que Billy Joel inspira entre sus pares, a pesar de la disparidad de trato por parte de la crítica. “Springsteen siempre recibió más atención y aprobación, aunque ambos provienen de la clase trabajadora y del área metropolitana de Nueva York. Que Bruce reconozca el valor de la obra de Billy era importante”.
La docuserie Billy Joel: And So It Goes se presenta como un retrato honesto y sin concesiones, capaz de interesar tanto a seguidores como a quienes apenas conocen la trayectoria del músico. La segunda parte se estrenará el viernes 25 de julio.
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