
A sus 81 años, 60 de actividad, la leyenda global de la música brasileña Gilberto Gil cree haber cumplido ya su “misión” profesional. “La ambigüedad como artista es muy difícil para alguien preocupado un poco por la ciudadanía, con la vida, con la inclusión en la sociedad y con la participación en los contextos sociales”, afirma quien primero hubo de exiliarse de su país por defender sus ideales políticos y que décadas después llegó a ejercer como ministro de Cultura, durante el primer gobierno de Lula da Silva.
–Fue uno de los principales impulsores del movimiento tropicalista, que contenía una parte de protesta. Si le volvieran a ofrecer participar en política, sabiendo lo que ahora sabe, ¿lo aceptaría?
–No tengo intención de volver a contribuir a la vida política o a la gestión cultural. Estos puestos son difíciles y creo que son más adecuados para gente joven, los que llegan ahora y que tienen una energía muy definida para la lucha política, la lucha social y la económica por el desarrollo de la sociedad.
–Usted, que fue encarcelado y obligado a exiliarse de Brasil durante la dictadura militar, ¿entiende la ambigüedad en el arte, que un músico decida ser ambiguo políticamente para no perder público o contratos?
–Creo que esa condición es muy difícil para alguien preocupado un poco por la ciudadanía, por la vida, con la inclusión en la sociedad y con la participación en los contextos sociales, el no tener una mirada natural sobre cuestiones que piden un sí o un no, gustar o no gustar, creer o no creer. Por otro lado, no me preocupa la cuestión de serlo, porque es un atributo natural de la vida ese oscilar entre una polaridad negativa o una positiva.
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–Pensando en todos los cambios que ha habido desde que usted empezó a hacer música, por ejemplo en la consideración de los artistas negros ¿Piensa que ya se ha alcanzado la igualdad o equiparación con los artistas blancos o aún falta por hacer?
–En otros campos hay déficits, por ejemplo no hay música de origen africano en todo el mundo. Pero sí si hablamos de participación de espacio en el mercado y en la capacidad de la sociedad de comprender y de apreciar lo que hacen los músicos negros, que están bien considerados por la sociedad general.

–¿Existe alguna razón concreta para su despedida profesional después de tanto tiempo de carrera?
–A mis 81 años, hay una preocupación general en la familia, en los hijos, en cuanto a mi salud y mi condición general.
–¿Y es una despedida absoluta o solo de los escenarios?
–Yo creo que dependerá de mi situación y de mi concentración general. No estoy preocupado con esta cuestión de seguir o no seguir haciendo música, porque ya lo he hecho durante mucho tiempo, son más de 60 años de producción.
–¿Cómo le gustaría que recordaran su legado, cómo querría que se le recordara?
–Que les guste, que sirvió para algo, ya sea para entretener a la gente, también para aclarar un poco los conceptos generales sobre lo que es vivir y encontrarle un significado.

–Bob Dylan a menudo realiza giras con repertorios sin sus grandes éxitos. ¿Podría hacer Gilberto Gil un concierto sin tocar temas como “Aquele abraço”?
–A mí me gusta también mucho trabajar las caras B de los discos, las canciones que no han obtenido tanta repercusión, pero a la vez no creo que sea bueno abandonar por completo las canciones exitosas. Muchas de ellas también han ocupado un lugar muy importante interiormente, así que las hago en mis conciertos por mí y para el público.
–¿Podría decirme de qué está más orgulloso de todo lo que ha hecho?
–Colaborar con los amigos y colegas artistas, hombres y mujeres que han estado con nosotros en el escenario o en los estudios, eso me ha dado mucha felicidad. Pero también la dimensión más íntima, como estar con la guitarra en mi casa en un ambiente tranquilo. Estoy contento con todo lo que ha pasado y en ese sentido no me ha faltado nada. Por eso creo que mi misión en la música ya está cumplida.
–En esta gira buena parte de su acompañamiento son miembros de su familia. ¿Está contento con la continuidad de la saga artística, especialmente con Flor, que ha llamado mucho la atención con solo 13 años?
–Sí, porque además buscan convertirse en mejores músicos y artistas. Flor está entusiasmada con la música y es que ha crecido rodeada de ella. Tiene sensibilidad suficiente para absorber la responsabilidad que demanda y creo que seguirá preparándose con empeño. La vida dirá, pero me parece que tiene un potencial muy fuerte para convertirse en una artista de verdad.
Fuente: EFE
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