
Se conoció que el 17 de diciembre de 2025, las autoridades de Cúcuta encontraron sin vida a la jueza Vivian Polanía en su apartamento. La profesional de la justicia, que se desempeñaba como jueza en el circuito judicial de Cúcuta, fue hallada junto a su bebé de tan solo dos meses de edad. Afortunadamente, el infante fue encontrado con vida y fue trasladado a una clínica local para una médica y ya se encuentra estable.
De acuerdo con la información preliminar, la familia fue la que alertó a las autoridades tras su llegada al edificio donde residía la jueza. Después de varios minutos intentando obtener respuesta al tocar la puerta sin éxito, decidieron contactar a la Policía Nacional, ellos asistieron, y sobre las 5:30 p. m. ingresaron al lugar donde hallaron la escena.
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Aunque aún no hay un informe oficial, fuentes cercanas a Infobae Colombia confirmaron que las autoridades están investigando las circunstancias de su fallecimiento, ya que no hallaron signos de violencia, lo que deja abierta la posibilidad de otras causas.

Así fue la polémica vida de la ‘jueza sexy’: por su controversial estilo recibió varias sanciones
Vivian Polanía fue una jueza que, a lo largo de su carrera, estuvo rodeada de polémicas que la convirtieron en una figura mediática más que en una autoridad judicial. Su historia empezó a ganar notoriedad en 2020, cuando su perfil de Instagram la puso en el ojo público, ya que con más de 30 tatuajes visibles, fotos en ropa deportiva y algunas en ropa interior, la jueza compartía su día a día, incluyendo su pasión por el CrossFit y promocionando marcas de ropa, de allí que la empezaran a llamar “jueza sexy”.
Su actitud y estilo de vida, completamente ajenos a las expectativas tradicionales de un funcionario judicial, provocaron que el Consejo Superior de la Judicatura abriera una investigación en su contra, bajo el argumento de que sus publicaciones podían dañar la “dignidad de la administración de justicia”, pero la jueza defendió su derecho a expresarse y alegó que su vestimenta no tenía nada que ver con su capacidad intelectual o profesional.

Pero, la controversia no terminó ahí, ya que en 2021 y 2022, varios audios de audiencias judiciales comenzaron a circular, en los que se escuchaba a Polanía involucrada en fuertes enfrentamientos verbales con abogados. En uno de los casos más sonados, reprendió al defensor Marlon Díaz de manera vehemente, acusándolo de intentar darle lecciones de derecho, lo que llevó a nuevas quejas ante la Comisión de Disciplina Judicial.
Estos incidentes reforzaron la imagen de una jueza impulsiva y poco convencional, algo que generó una profunda división en la opinión pública: algunos la defendían por su estilo directo, mientras que otros la criticaban por su actitud despectiva y poco profesional.

El punto de quiebre en su carrera llegó en noviembre de 2022, cuando un incidente de proporciones nacionales sacudió al sistema. Durante una audiencia virtual relacionada con un atentado con carro bomba en Cúcuta, Polanía dejó accidentalmente la cámara encendida; lo que los presentes en la videoconferencia no sabían es que la jueza se encontraba en su cama, en ropa interior y fumando un cigarrillo de marihuana mientras dirigía la diligencia.
El video rápidamente se viralizó, causando un escándalo en los medios y provocando una fuerte reacción de la opinión pública. La Comisión Seccional de Disciplina Judicial no tardó en suspenderla de manera provisional por tres meses, bajo el argumento de que no estaba en condiciones adecuadas para desempeñar sus funciones.
Polanía, en defensa, explicó que estaba atravesando una crisis nerviosa debido a las presiones laborales y las constantes amenazas de muerte que recibía. Aunque la suspensión fue revocada a los siguientes tres meses, el daño a su imagen ya estaba hecho, y su credibilidad como jueza seguía en cuestión.

En septiembre de 2023, la polémica volvió a tocar a las puertas de Polanía cuando se filtró un video de una fiesta de “amor y amistad” celebrada en el Palacio de Justicia de Cúcuta. En las imágenes, la jueza aparecía sentada mientras un modelo (según su defensa, un mesero) le realizaba un baile erótico y le ponía leche condensada en la boca.
El escándalo fue inmediato, pues muchos consideraron inapropiado que un recinto judicial fuera utilizado para este tipo de celebraciones. Aunque la abogada defendió el evento, afirmando que no había intenciones sexuales y que todo fue parte de una fiesta inocente, las críticas sobre el uso de instalaciones judiciales para fiestas privadas se multiplicaron, y se abrió otro proceso disciplinario en su contra, que terminó con una nueva suspensión de tres meses.

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