El estremecedor relato del presidente del Consejo de Estado en 1985 sobre la toma del Palacio de Justicia: “No éramos más que basura entre dos bandos”

A los 92 años, el exmagistrado Carlos Betancur Mejía recordó los hechos que presenció desde el Palacio de Justicia, en medio del caos y las balas que acabaron con la vida de sus colegas

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Carlos Betancur Mejía participó en la conmemoración de los 40 años del holocausto del Palacio de Justicia, acto organizado por el Consejo de Estado en homenaje a las víctimas - crédito Consejo de Estado

Carlos Betancur Mejía tenía 52 años cuando el M-19 irrumpió en el Palacio de Justicia el 6 de noviembre de 1985. Como presidente del Consejo de Estado, fue testigo directo del asalto armado que dejó más de un centenar de víctimas entre magistrados, empleados judiciales, visitantes y uniformados.

Cuarenta años después, con 92 años de edad, su testimonio volvió a revivir la tragedia que transformó para siempre la historia judicial y política del país.

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Durante el acto conmemorativo organizado por el Consejo de Estado, Betancur narró cómo, en los días previos a la toma, percibía señales de que algo grave iba a ocurrir. Recordó que había un ambiente de tensión en los despachos y que las amenazas contra las altas cortes eran constantes. “Sabíamos que algo se avecinaba, pero nunca imaginamos la magnitud del horror que viviríamos”, relató ante un auditorio en silencio.

“La justicia estaba quemada, asesinada”: Carlos Betancur

“Cuando llegué a mi casa,
“Cuando llegué a mi casa, entre la medianoche del 6 y el amanecer del 7 de noviembre, lloré por primera vez frente a mis hijos”, recordó Betancur Mejía - crédito Corte Suprema de Justicia

El exmagistrado reconstruyó los momentos más críticos de la toma, cuando el edificio fue envuelto por las llamas y los enfrentamientos se intensificaron. “En medio del incendio huí a rastras, cuando empezó a arder parte de mi alma: la justicia ya no estaba amenazada, estaba quemada, asesinada, su palacio en llamas. Me fugué de la bala del cañón y de los fusiles, aferrándome a algunos de mis amigos y colegas”, recordó Betancur.

Según su relato, la confusión y el fuego cruzado entre los guerrilleros del M-19 y las fuerzas militares hicieron imposible la salida segura de quienes permanecían atrapados en el edificio. Muchos de sus compañeros magistrados, entre ellos los de la Corte Suprema de Justicia, buscaron refugio en los baños del cuarto piso, donde finalmente fueron alcanzados por el fuego y las balas.

Encerrados entre paredes levantadas con horror... guerrilleros, policía y ejército, enceguecidos, disparaban a todo lo que se moviera”, dijo el exmagistrado, al rememorar la desesperación que se vivía en cada rincón del Palacio.

“Las víctimas no éramos más que un montón de basura”

La Comisión Interamericana de Derechos
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos documentó la muerte de al menos 11 magistrados, así como la desaparición y asesinato de decenas de civiles durante y después de los hechos - crédito X

Betancur Mejía hizo referencia al sufrimiento compartido de quienes se encontraban dentro del edificio y a la brutalidad que, según él, caracterizó tanto a los atacantes como a las fuerzas estatales durante la retoma. “Siempre lo he dicho, las víctimas no éramos más que un montón de basura entre dos bandos enloquecidos, en la toma y retoma, hermanadas por la brutalidad como estrategia compartida”, expresó.

El exmagistrado también cuestionó la respuesta del gobierno de la época, que, en su opinión, se caracterizó por la falta de acción frente al clamor de auxilio de los magistrados. “Del gobierno puedo decir que sus silencios no se escucharon en medio del terror y en el frenesí que se vivió desde las once de la mañana. Algunos miembros del ejército, llenos de fervor patriótico, expresaron que estaban defendiendo la democracia cuando la estaban asesinando”, relató.

Durante su intervención, evocó con especial dolor la voz de su compañero y presidente de la Corte Suprema, Alfonso Reyes Echandía, que pidió en repetidas ocasiones el cese al fuego desde el interior del edificio. Ese llamado, afirmó Betancur, nunca fue atendido y permanece como uno de los símbolos del drama vivido el 6 y 7 de noviembre de 1985.

Una guerra contra la justicia

La toma del Palacio de
La toma del Palacio de Justicia en Bogotá el 6 y 7 de noviembre de 1985 fue repelida a sangre y fuego - crédito Colprensa

El exmagistrado también recordó que la toma del Palacio no fue un hecho aislado, sino parte del contexto de violencia que atravesaba el país en la década de los ochenta. En su intervención señaló que, “la Corte Suprema estaba amenazada hasta la médula; Pablo Escobar, auspiciador de una toma que se realizó justo el día en que se discutía la constitucionalidad de la extradición”.

Betancur explicó que los magistrados ya eran blanco de intimidaciones debido al debate sobre el tratado de extradición con Estados Unidos, en momentos en que los jefes del narcotráfico declaraban abiertamente su rechazo a ser enviados a ese país. Según el exmagistrado, las amenazas eran constantes y buscaban presionar decisiones judiciales en beneficio de los llamados “extraditables”.

Durante su testimonio, Betancur afirmó que, pese a las investigaciones y los procesos judiciales desarrollados en las décadas siguientes, “cuarenta años después, estoy convencido de que la verdad sobre lo ocurrido está solo a mitad de camino”.