Argentino cuenta los choques culturales y las experiencias más raras que ha vivido en Colombia: “es realmente increíble conocer”

Los extranjeros siempre quedan fascinados e intrigados con las costumbres y dialectos particulares de los colombianos

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El hombre narró su experiencia
El hombre narró su experiencia en un video de Instagram - crédito bautistatrombetta / Instagram

La estancia de Bautista Trombetta, un argentino que ha recorrido varias regiones de Colombia, ha generado varias reacciones en redes sociales, especialmente a través de la publicación de un video en particular en su cuenta de Instagram @bautistatrombetta.

Allí, responde a preguntas sobre sus vivencias en el país, siempre en tono distendido, con una copa en mano y con la dinámica presencia de una voz femenina en off. Sus relatos permiten asomarse a un abanico de impresiones sinceras sobre diferencias culturales, particularidades locales y desafíos cotidianos que enfrenta cualquier extranjero al llegar a Colombia.

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Uno de los recuerdos que más compartió con sus seguidores es la impresión que le causó su llegada a Cartagena y su primer encuentro con los hábitos alimenticios costeños.

A pesar de las confusiones vive 3 meses de cada año en el país - crédito bautistatrombetta / Instagram

“El primer choque cultural en el país en Cartagena, 7 de la mañana, la gente comiendo fritos en la calle, terrible”, relató en el video. Esa escena, tan común para los locales, le resultó desconcertante y confirmaba el contraste con las costumbres argentinas, donde ese tipo de alimentos no suele formar parte del desayuno.

El tema de si Colombia es un país para quedarse o solo para disfrutar temporalmente surgió entre las preguntas. Su respuesta fue clara: “Vivir tres meses del año”. De este modo, Bautista deja entrever que le atrae la vida en Colombia, pero la prefiere en estadías pequeñas, disfrutando durante temporadas y luego volviendo a otros destinos, incluido su país natal.

En sus desplazamientos por distintas ciudades, el idioma también marcó la experiencia. En particular, tuvo dificultades en la región Caribe. Al respecto, compartió: “Me costó entender la mondá porque allá en Barranquilla la usan para todo, o sea, con esa misma palabra pueden ejemplificar 300.000 cosas”.

Esta observación traduce las diferencias idiomáticas y el ingenio propio de los barranquilleros, donde una misma palabra puede adquirir matices y significados múltiples según el diálogo o la situación, hecho que no solo confunde a extranjeros sino a colombianos de otras regiones.

Los turistas siempre buscan la
Los turistas siempre buscan la calle del sabor en Cali por su agitada vida nocturna - crédito Freepik

La gastronomía colombiana fue otro punto de observación frecuente. Bautista comentó, con tono desenfadado, sobre la presencia habitual del arroz en los platos nacionales. “Me parece que es un poquito innecesario”, mencionó, señalando que le llamaba la atención la frecuencia con la que acompañan cualquier platillo con este cereal.

Y no lo dice en son de broma, el comentario refleja el proceso de adaptación del paladar extranjero ante costumbres alimenticias arraigadas.

La vida nocturna también tuvo su espacio en las impresiones que compartió. Consultado por la mejor fiesta a la que ha asistido en el país, evocó la intensa energía caleña. “Increíble fiesta en Cali”, afirmó, refiriéndose a su paso por la Calle de la Salsa.

El ambiente vibrante, la música que se apodera de la ciudad y la pasión local por el baile dejaron una huella imborrable en su memoria de viajero, confirmando la reputación de Cali como capital de la fiesta y la salsa.

Las cuestiones del idioma son
Las cuestiones del idioma son una de las cosas que más confunden a los turistas - crédito Freepik

Finalmente, Bautista habló sobre el lugar más recóndito que visitó durante su recorrido. “Lugar más recóndito San Cipriano que fue hace poquito, pueblito chiquito cerca del Pacífico donde llegaste unas motitos por una vía y es realmente increíble conocer”, relató.

No solo le sorprendió el trayecto necesario para llegar, viajando en pequeñas motos por un acceso difícil, sino también la sencillez del lugar y su entorno natural. La travesía a San Cipriano se convirtió en una de sus experiencias favoritas, por lo inusual del acceso y el ambiente genuino del sitio.

En sus respuestas y anécdotas, las diferencias culturales, lingüísticas y gastronómicas ocupan un lugar central, pero también sobresale la curiosidad genuina de quien recorre un país con disposición a dejarse sorprender en cada parada.