Esto es lo que tendría que trabajar un colombiano con el mínimo para ganar lo que Max Verstappen recibe en un año

El piloto neerlandés encabeza la lista de los mejor remunerados del automovilismo, pero su salario anual adquiere otra dimensión cuando se contrasta con el de un empleado nacional

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El contrato de Max Verstappen
El contrato de Max Verstappen en la Fórmula 1 supera los USD75 millones anuales, reflejando la brecha salarial con trabajadores colombianos - crédito composición Infobae/Colprensa/EFE

Hay cifras que no caben en la imaginación. Algunas se leen dos veces porque parecen imposibles, otras porque revelan una desigualdad tan grande que cuesta procesarla. En el mundo del deporte, donde los contratos se negocian en millones y los récords se traducen en patrocinios, un solo nombre encarna esa distancia entre la élite y la vida común, el del piloto neerlandés Max Verstappen.

A sus 28 años de edad, el cuatro veces campeón consecutivo de la Fórmula 1 domina las pistas y también lidera la tabla de salarios de todo el campeonato. Para la temporada 2025, su contrato con Red Bull Racing fijó un ingreso base de USD65 millones anuales, sin contar bonificaciones por victorias ni acuerdos comerciales personales. De acuerdo con estimaciones no oficiales, sus ganancias podrían superar los USD75 millones por año, una cifra que lo sitúa entre los deportistas mejor pagados del planeta.

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El salario anual de Verstappen
El salario anual de Verstappen equivale al ingreso de más de 11.000 trabajadores colombianos con salario mínimo - crédito REUTERS

Si se lleva esa cantidad a pesos colombianos, el resultado ronda los $254.995 millones, una cifra que refleja la magnitud del negocio que rodea a la Fórmula 1 en la actualidad. En contraste, un trabajador que gana el salario mínimo legal mensual vigente (smlmv) en 2025, establecido oficialmente en $1.423.500, más un auxilio de transporte de $200.000, percibe un ingreso bruto anual de $22.923.820, incluyendo prestaciones sociales como primas, cesantías e intereses acumulados durante el año.

Traducido al dólar, ese salario equivale a unos USD5.844 anuales, lo que deja al descubierto una brecha económica gigantesca y cada vez más visible, se necesitarían los ingresos completos de 11.124 trabajadores colombianos con salario mínimo para igualar solo el sueldo base de Verstappen, sin contar sus premios adicionales ni contratos publicitarios. Y si se descontaran los aportes obligatorios a salud, pensión y riesgos laborales, la cifra resultante sería todavía mayor y más desalentadora.

En términos más cotidianos, un empleado colombiano tendría que trabajar más de 10.000 años meses sin interrupción para alcanzar lo que el piloto neerlandés gana en un solo año de competencia. Incluso, el corredor con el salario más bajo de toda la parrilla de la F1, con ingresos que oscilan entre USD500.000 y USD1 millón, percibe en apenas doce meses lo que un trabajador con el mínimo tardaría entre 867 y 1.734 años en acumular, una diferencia que resume con crudeza la desigualdad global.

La brecha salarial entre la
La brecha salarial entre la élite de la Fórmula 1 y los trabajadores colombianos revela una desigualdad económica global - crédito Monet

El éxito económico de Verstappen está respaldado por un contrato vigente hasta 2028, cuidadosamente diseñado para asegurarle estabilidad y proyección a largo plazo en medio de la competencia feroz y exigente de la Fórmula 1. Su patrimonio personal, estimado en cerca de USD200 millones, crece de manera constante a la par que su dominio absoluto en el campeonato mundial. Le siguen nombres emblemáticos como Lewis Hamilton, con ingresos aproximados de USD60 millones anuales, y Charles Leclerc, con alrededor de USD34 millones, aunque la diferencia entre ellos continúa siendo abismal y cada temporada parece ampliarse aún más.


El acuerdo del piloto neerlandés
El acuerdo del piloto neerlandés con Red Bull Racing marca un antes y un después en la historia de la Fórmula 1 - crédito REUTERS

Mientras tanto, en Colombia, más de 2,2 millones de trabajadores, alrededor del 10% de la población ocupada formalmente, dependen de forma exclusiva del salario mínimo mensual para sostener a sus familias y cubrir necesidades esenciales. Un ingreso limitado que apenas alcanza para los gastos básicos de alimentación, vivienda y transporte, y que contrasta con las cifras monumentales que mueven los deportes de élite, donde cada segundo vale millones y cada contrato puede cambiar una vida entera en cuestión de minutos

Más allá de la comparación numérica, el contraste entre ambos mundos expone una realidad social y económica global, la distancia creciente entre lo que vale el talento en la cima y lo que cuesta sobrevivir en la base.