Ejércitos de Colombia y Ecuador frustraron ataque terrorista en Nariño: dieron de baja a integrante de grupo que había entregado sus armas en proceso de paz con Petro

La operación entre el Gaula y las Fuerzas Armadas del Ecuador evitó un atentado contra la infraestructura vial en la frontera sur y evidenció que el grupo disidente Comuneros del Sur continúa activo en Nariño

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ropas del Ejército Nacional exhiben
ropas del Ejército Nacional exhiben el material de guerra incautado durante la operación en Cumbal, Nariño, que incluía un lanzagranadas, granadas y munición de varios calibres - crédito Ejército de Colombia

Una acción conjunta entre el Ejército Nacional de Colombia y las Fuerzas Armadas del Ecuador permitió frustrar un ataque terrorista que iba a ser ejecutado en la vereda San Juan, municipio de Cumbal, en el departamento de Nariño.

El hecho, ocurrido el miércoles 8 de octubre, deja al descubierto la persistente amenaza de los grupos armados ilegales en el suroccidente del país, pese a los avances en los procesos de diálogo y desmovilización en curso.

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De acuerdo con el reporte oficial, tropas del Gaula Militar de la Vigésima Tercera Brigada interceptaron a un grupo armado que se preparaba para realizar una acción violenta en la zona rural fronteriza.

Durante el enfrentamiento, un integrante del grupo disidente Comuneros del Sur fue dado de baja, y se logró la incautación de un lanzagranadas, un arma corta, veinte granadas, munición de diferentes calibres, una motocicleta y equipos de comunicación.

“Gracias a la rápida reacción de las tropas se logra la neutralización de un integrante de esta estructura criminal y la incautación de un armamento”, indicó el Ejército Nacional en un comunicado, al tiempo que destacó la colaboración con el Ejército del Ecuador, que brindó apoyo logístico y de inteligencia en la zona limítrofe. Los elementos decomisados fueron puestos a disposición de la Fiscalía General de la Nación.

Cooperación binacional ante la amenaza fronteriza

El Ejército del Ecuador ha intensificado en los últimos meses su presencia en la frontera norte, en respuesta a la expansión de estructuras armadas colombianas hacia su territorio. La reciente operación en Cumbal evidenció un nivel de coordinación sin precedentes entre ambos países en materia de inteligencia y vigilancia militar.

Fuentes de seguridad colombianas señalaron que el área donde se desarrolló la operación —un corredor entre los municipios de Cumbal y San Pedro de Huaca— es una ruta estratégica para el tráfico de armas y drogas, y uno de los principales puntos de movilidad de los Comuneros del Sur hacia Ecuador.

El armamento, equipos de comunicación
El armamento, equipos de comunicación y demás elementos decomisados fueron puestos a disposición de la Fiscalía General de la Nación tras el operativo binacional con apoyo del Ejército del Ecuador - crédito Ejército de Colombia

“La articulación con las autoridades ecuatorianas ha sido fundamental para evitar que estos grupos utilicen la frontera como refugio o corredor logístico”, dijo un oficial del Ejército colombiano bajo reserva de identidad.

Un ataque que revive las dudas sobre el proceso de paz

El hecho se produce en medio del proceso de diálogo entre el Gobierno Nacional y Comuneros del Sur, una disidencia armada surgida en mayo de 2024 tras su ruptura con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). La estructura, con cerca de 237 integrantes según datos de la Fuerza Pública, mantiene presencia en la cordillera nariñense, especialmente en el sector de Los Abades, y tiene influencia sobre diez municipios del departamento.

Royer Garzón, miembro de los
Royer Garzón, miembro de los Comuneros del Sur, una facción disidente del Ejército de Liberación Nacional (ELN), entrega un bolígrafo al representante del gobierno Carlos Erazo, tras firmar un acuerdo para detener los cultivos ilícitos, durante las conversaciones de paz en Pasto, Colombia, el sábado 5 de abril de 2025. (Foto AP/Fernando Vergara)

Aunque el grupo firmó en abril de 2025 un acuerdo de entrega de armamento, que incluyó la destrucción de más de 500 artefactos explosivos, los recientes hechos muestran que persisten fracciones activas que no han acatado plenamente los compromisos pactados en la Mesa para la Co-construcción de Paz Territorial en Nariño.

Esa mesa, instalada en junio de 2024, ha logrado avances significativos, como acuerdos sobre desminado humanitario, búsqueda de personas desaparecidas, cese al fuego —aún no formalizado— y un piloto de sustitución de cultivos ilícitos en 5.000 hectáreas. Sin embargo, el cumplimiento de estos compromisos enfrenta importantes obstáculos logísticos, económicos y de seguridad.

Retos y tensiones en la implementación

Entre los principales retos está el diseño del Programa de Reintegración para la Paz y la Transformación Territorial, a cargo de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), que debe responder a la vocación rural y la diversidad étnica del grupo.

Además, los expertos advierten que la falta de un marco jurídico definido para el tránsito de los excombatientes a la legalidad —como ha ocurrido con otras estructuras en regiones como el Catatumbo— podría afectar la concentración del grupo en la Zona de Ubicación Temporal (ZUT) establecida en el resguardo indígena Gran Mallama.

Operativos del Ejército del Ecuador
Operativos del Ejército del Ecuador buscan contener el avance de Comuneros del Sur - crédito Zuma Press

La situación de seguridad también se ha vuelto un obstáculo creciente. Comuneros del Sur mantiene tensiones con el Frente Franco Benavides del Estado Mayor Central (EMC) y con la Coordinadora Guerrillera del Pacífico, lo que ha derivado en enfrentamientos por el control territorial y de rutas de narcotráfico.