Migrante colombiana explicó por qué decidió regresarse de Canadá a Bogotá junto a su pareja y su pequeña: “Calidad de vida”

Camila Pedraza contó lo que tuvo que atravesar junto a su familia, y los motivos que los llevaron a tomar un vuelo hacia su tierra natal

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Camila Pedraza regresó a Bogotá
Camila Pedraza regresó a Bogotá con su esposo e hija - crédito @camipedraza.a/TikTok

“Mucha gente sale del país buscando una mejor calidad de vida, pero yo quiero decirles que, en muchos casos, se vive mejor en Colombia”, así inició Camila Pedraza, una migrante colombiana en Canadá, el video que compartió en su perfil de Tiktok.

Con una reflexión amplia y directa, Pedraza expuso ante sus seguidores los retos y aprendizajes que ha enfrentado desde que tomó la decisión de mudarse al extranjero junto a su familia, poniendo en entredicho la creencia generalizada de que la vida fuera del país siempre representa una mejora sustancial.

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“Llegué a Canadá con la ilusión que tienen muchos: encontrar más oportunidades, crecer profesionalmente, garantizarle mejores cosas a mis hijos. Yo no emigré porque no quisiera a Colombia, fue por buscar algo más para mi familia”, sostuvo Pedraza. Sin embargo, desde su experiencia, la realidad diaria se ha mostrado más compleja que el optimismo inicial.

Según narró, una de las primeras dificultades fue la adaptación al clima y la rutina demandante de su nuevo entorno.

“El invierno es duro, muy largo. Uno cree que solo es abrigarse y ya, pero estar meses sin sol, con calles congeladas y poca vida social, afecta el ánimo más de lo que uno imagina. Además, el trabajo aquí absorbe todo el tiempo; uno sale y regresa a la casa solo a dormir”.

En su video, Pedraza detalló cómo la búsqueda de una mejor calidad de vida suele estar cargada de expectativas poco realistas.

Explicó que muchos migrantes idealizan el exterior como una tierra de abundancia, sin tener en cuenta que el costo emocional y el desarraigo pueden ser tan difíciles como cualquier obstáculo material.

“En Colombia todo el mundo te dice que aquí el dinero alcanza, que la seguridad es mejor. No digo que no haya ventajas, pero nadie te advierte lo mucho que vas a extrañar una charla con tu mamá, poder visitar a tus amigos, el olor de la comida, la tranquilidad de conocer a tu gente, tu idioma en la calle”, agregó Camila.

Camila Pedraza tomó la decisión junto a su esposo en busca de lo mejor para su hija de 10 años - crédito @camipedraza.a/TikTok

Colombiana contó por qué se regresó junto a su esposo e hija de 10 años desde Canadá

A lo largo del video, la joven migrante insistió en que una de las mayores complicaciones es la sensación de soledad y el esfuerzo permanente por integrarse. Señaló que en el país norteamericano, hacer nuevas amistades requiere tiempo y el círculo de confianza se vuelve limitado.

“Aquí la gente es amable, pero no existe esa calidez a la que uno está acostumbrado. En Colombia, un vecino te lleva sopa si estás enfermo. Aquí, aunque la gente sea respetuosa, cada quien cuida lo suyo y es difícil construir esa cercanía, ese sentido de comunidad”, expuso Camila.

Los desafíos económicos, lejos de desaparecer, toman otra forma. Pedraza relató que, aunque los ingresos en Canadá pueden ser superiores, el costo de vida es considerable.

Uno gana bien en comparación con Colombia, pero todo es costoso: vivienda, transporte, salud. A veces trabajas en dos o tres empleos y aun así no sientes que estás progresando mucho más, porque mantener la casa, pagar servicios y también enviar dinero a la familia en Colombia quita buena parte de lo que ganas”, explicó.

Además, la migrante abordó los obstáculos derivados de las diferencias culturales y de idioma: “Las cosas simples, como hacer amigos, preguntar por una dirección, o ayudar a tus hijos con las tareas, se complican cuando no manejas el idioma a la perfección”. Según Pedraza, la barrera lingüística afecta la confianza y la autonomía, sumando a la frustración y el estrés diario.

Los colombianos optan por emigrar
Los colombianos optan por emigrar a Canadá en búsqueda de una mejor calidad de vida, pero no en todos los casos esto sucede, tal y como lo contó Camila - crédito Pexels

La invitación a no ser desagradecidos y valorar lo que tenemos: reflexiones de una migrante colombiana en Canadá

La reflexión central de Pedraza está en valorar lo que se tiene y no idealizar la vida fuera del país. Relató cómo, con el paso de los meses, comenzó a sentir nostalgia por la espontaneidad y el humor que caracterizan a los colombianos.

“Extraño la música en la calle, los saludos de todos, la facilidad de hacer amigos, la alegría en medio de los problemas. Aquí todo parece más predecible, más ordenado, pero también menos espontáneo y, en el fondo, menos amable”, expresó.

Sobre la relación con sus hijos, Pedraza comentó que aunque la educación y la seguridad son aspectos positivos en Canadá, la distancia con el entorno familiar impacta en la crianza y el sentido de pertenencia.

Mis hijos están seguros, aprenden inglés, tienen acceso a muchas cosas que allá serían un lujo, pero extraño la complicidad de la familia, los domingos de olla, los abrazos de los abuelos. Ellos también preguntan mucho por sus primos y amigos”, explicó.

En su llamado final, Pedraza invitó a sus compatriotas a reflexionar con cabeza fría antes de tomar la decisión de emigrar.

Camila ahora está con su
Camila ahora está con su familia en Colombia - crédito @camipedraza.a/TikTok

“No me arrepiento, porque esto también es aprendizaje, pero quisiera que quien esté pensando en salir lo haga sabiendo que no todo es como en las películas. Hay mucho sacrificio, mucha nostalgia y se aprende a valorar hasta lo que parecía insignificante en Colombia”, afirmó.

“La vida puede ser difícil aquí y allá. Hay cosas buenas y malas en todas partes, pero hay tesoros en la vida cotidiana en Colombia que solo se aprecian a la distancia: la familia, el sabor de la comida, la conversación espontánea, incluso los problemas en los que todos ayudan. Mi consejo no es renunciar a los sueños, sino abrir los ojos: a veces, lo que buscas lejos, lo tienes más cerca de lo que imaginas”, concluyó la migrante colombiana.

“Hoy en día ya estamos en Colombia, muy felices, llevamos tres meses aquí, ya amoblamos nuestro apartamento y tenemos carro nuevo, como que ya la vida se empezó a estabilizar”, cerró Camila.