En una operación conjunta llevada a cabo en Cali y Jamundí por el Bloque de Búsqueda de la Policía Nacional, fueron capturados los presuntos responsables de planear y cometer el atentado terrorista contra el CAI Manuela Beltrán el 10 de junio de 2025.
El mayor general Carlos Fernando Triana Beltrán, director de la Policía, anunció en sus redes sociales que alias Neinyer, alias José y alias Darwin están bajo custodia, acusados por los delitos de terrorismo, daño en bien ajeno y lesiones personales.
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De acuerdo con el comunicado oficial, los detenidos se encargaron de las labores de inteligencia criminal que precedieron a la colocación de una motocicleta bomba frente al CAI. La explosión provocó múltiples heridos entre civiles, daños estructurales en viviendas y comercios, y generó alarma ciudadana en el oriente caleño.
“En Cali y Jamundí, en desarrollo de la ofensiva contra el multicrimen y el delito, el Bloque de Búsqueda de la @PoliciaColombia capturó a tres integrantes del frente ‘Jaime Martínez’ de las disidencias, por los delitos de terrorismo, daño en bien ajeno y lesiones personales", comentó de entrada el director Triana.

El 10 de junio de 2025, alrededor de las 8:20 a. m., tres explosiones coordinadas con artefactos similares sacudieron a Cali: una en Meléndez, otra en Los Mangos y una más frente al CAI Manuela Beltrán. En el caso de este último, la detonación apenas dejó víctimas fatales —no se reportaron policías heridos—, pero causó heridas a varios ciudadanos, incluyendo menores de edad, y daños a establecimientos comerciales cercanos.
La escala del ataque fue mayor: en el Valle del Cauca y Cauca se registraron al menos 24 acciones terroristas en un solo día, con un saldo aproximado de siete civiles y varios uniformados muertos, y unas 28 personas lesionadas. Las autoridades atribuyeron el atentado a las disidencias de las Farc, encabezadas por alias Iván Mordisco, en particular al frente Jaime Martínez, que actúa con creciente presencia en el oriente de Cali y municipios aledaños.

De hecho, tras la alerta generada por la magnitud y simultaneidad de los atentados, el Gobierno nacional convocó un consejo extraordinario de seguridad en Cali. Allí se definió la Operación Coraza, que un mes después permitió neutralizar a alias Cabezón, presunto autor intelectual de los ataques, durante un operativo en Jamundí. También en esa estructura fue capturado alias Javier, vinculado al atentado contra un CAI en Meléndez, que afronta cargos similares.
Tras ello, el alcalde de Cali, Alejandro Eder, comunicó restricciones para contener la violencia: ley seca desde las 9:00 p. m. hasta la medianoche, cierre de tiendas y bares entre las 9:00 p. m. y las 6:00, alerta hospitalaria máxima y aumento del pie de fuerza en corredores estratégicos hacia el aeropuerto, Jamundí, Yumbo y Palmira. Además, se ofrecieron recompensas de hasta 100 millones de pesos para quien brinde información sobre otras células activas o planes de ataque.

Incluso, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, acusó a las estructuras disidentes de reaccionar violentamente ante los avances militares logrados por el Estado, mientras el presidente Gustavo Petro anunció la movilización de la cúpula militar y policial a la zona afectada para reforzar la seguridad y evaluar el estado del conflicto armado en el suroccidente del país.
Así las cosas, la captura de “Neinyer”, “José” y “Darwin” representa un golpe directo a la logística y planificación terrorista del frente Jaime Martínez. Según Triana Beltrán, los detenidos eran parte de una red urbana que garantizaba el transporte del explosivo desde Jamundí hasta Cali, así como el reconocimiento de los puntos críticos frente a la Policía.
“Alias ‘Neinyer’, ‘José’ y ‘Darwin’ realizaron las labores de inteligencia criminal para perpetrar, a través de una motocicleta bomba, el atentado terrorista contra el CAI Manuela Beltrán de Cali, el pasado 10 de junio, que dejó a varias personas heridas, además de afectar viviendas y establecimientos comerciales”, continuó el director Triana.
Así las cosas, para la Policía Nacional, este caso demuestra la eficacia de la inteligencia y la coordinación interinstitucional. Sin embargo, también pone en evidencia la presión que aún ejerce el conflicto armado en zonas urbanas como Cali, donde una escalada que parecía superada en la década de los noventa resurge bajo nuevos actores y métodos.
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