Así logró Bogotá que 134.000 personas salieran de la pobreza extrema en 2024, aún persisten desafíos

El distrito puntualizó que, “el 28% de la población que sale de la pobreza monetaria en Colombia vive en Bogotá”

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Bogotá lidera la disminución de
Bogotá lidera la disminución de la pobreza, con más de 352.000 personas saliendo de esta condición - crédito Colprensa

Un año de cifras alentadoras, así se podría resumir el panorama social de Colombia en 2024, tras la última publicación del Dane sobre pobreza monetaria y pobreza extrema. Bogotá, en particular, protagonizó una mejora notable, puesto que, más de 352.000 personas dejaron atrás la pobreza y 134.000 salieron de la pobreza extrema, según el reporte entregado el jueves 24 de julio por la entidad.

La caída en los indicadores no es menor. La pobreza monetaria se redujo 2,8 puntos porcentuales a nivel nacional respecto a 2023, y la pobreza extrema bajó 0,9 puntos. En la capital, los descensos fueron aún más pronunciados. Del 24,2% al 19,6% en pobreza monetaria (una caída de 4,6 puntos), y del 5,9% al 4,2% en pobreza extrema.

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El Dane reporta una reducción
El Dane reporta una reducción histórica de la pobreza monetaria y extrema en Colombia durante 2024 - crédito Dane

“El buen desempeño de Bogotá le aporta a la reducción de la pobreza nacional. El 28% de la población que sale de la pobreza monetaria en Colombia vive en Bogotá. Esto quiere decir que 1 de cada 3 personas que sale de la pobreza en Colombia la saca Bogotá”, señaló el distrito.

Tres factores, según las autoridades, explican estos avances. En primer lugar, el crecimiento económico, el PIB nacional aumentó un 1,9% en 2024, lo que se tradujo en mejores ingresos para los hogares. En segundo lugar, la inflación cedió considerablemente, pasando del 9,43% en 2023 al 5,7% en 2024, aliviando el costo de vida. Y, por último, las transferencias monetarias es decir, ayudas directas del Estado, jugaron un papel clave, con un impacto de 1,9 puntos en la reducción de pobreza y de 1,2 puntos en la pobreza extrema.

Según el secretario de Integración Social, Roberto Angulo, estas cifras no son fruto del azar. “Las políticas focalizadas, sumadas al alivio en los precios y al dinamismo económico, están mostrando resultados concretos en los hogares más vulnerables”, explicó.

Para entender el alcance de estos datos, es importante tener en cuenta las líneas de pobreza establecidas por el Dane. En 2024, una persona que no alcanzó ingresos mensuales de $227.220 está en condición de pobreza extrema. Es decir, ni siquiera puede cubrir una canasta básica de alimentos. En el caso de una familia de cuatro integrantes, el umbral sería de $908.880.

El crecimiento económico, la baja
El crecimiento económico, la baja inflación y las transferencias monetarias impulsan la mejora social en Colombia - crédito Dane

La línea de pobreza monetaria general, por su parte, se fijó en $460.198 por persona. Un hogar de cuatro miembros con ingresos inferiores a $1.840.792 mensuales sería considerado pobre. Esta categoría incluye no solo la alimentación, también gastos esenciales como vivienda, transporte, ropa y servicios básicos.

Aunque los resultados son positivos en términos generales, la fotografía completa reveló contrastes marcados entre regiones. Quibdó, por ejemplo, registró el índice más alto de pobreza monetaria en el país, con un 59,6%, seguida de Riohacha con 48,8%. En el otro extremo, Manizales (16,7%) y Bogotá (19,6%) se destacaron como las ciudades con menor incidencia.

Persisten grandes diferencias regionales: Quibdó
Persisten grandes diferencias regionales: Quibdó y Riohacha presentan los índices más altos de pobreza monetaria - crédito Colprensa

Los desafíos, entonces, persisten. Pero el retroceso en los niveles de pobreza es una señal alentadora para el país. Cada punto porcentual representa miles de vidas que acceden a nuevas oportunidades y a condiciones más dignas. Y aunque queda mucho por hacer, 2024 marcó un paso significativo.

El contraste entre ciudades como Bogotá y Quibdó subraya que la desigualdad territorial sigue siendo uno de los principales retos del país. No basta con celebrar las cifras, es necesario entender qué funcionó, por qué funcionó y cómo replicarlo en regiones donde la pobreza no cede. Las transferencias monetarias, el control inflacionario y el crecimiento económico demostraron ser herramientas eficaces, pero su impacto es limitado sin estructuras locales sólidas y sostenibles. En ese sentido, 2024 deja una lección clave, reducir la pobreza no es solo cuestión de números, sino de voluntad política, inversión social estratégica y, sobre todo, compromiso con cerrar las brechas históricas.