Estuvo secuestrado y encerrado en un “hueco” por 76 días y descubrió que todo fue planeado por su hermano

Durante su encierro, Adán Martínez fue testigo de una disputa entre sus captores por la desaparición de una suma de dinero. En medio de los gritos, un nombre emergió y lo dejó atónito: el de su hermano. Este es el impactante testimonio

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La noche que marcó el
La noche que marcó el inicio de la pesadilla de Adán Martínez ocurrió cuando su hermana salió a una fiesta, dejándolo solo en casa: allí fue cuando lo raptaron - crédito captura de pantalla YouTube/Conducta Delictiva/Imagen Ilustrativa Infobae

Adán Martínez, un joven de 21 años con discapacidad motriz, contó su heroica historia de supervivencia al confesar que estuvo secuestrado y encerrado en un hueco de menos de un metro de altura durante 76 días sin poder ver la luz del sol, sin comida suficiente y rodeado de heces e insectos.

La historia de Adán, ocurrida en Villavicencio, se remonta a su infancia en una familia numerosa. Un accidente en la niñez le provocó una lesión en la médula espinal, lo que motivó su traslado a vivir con su padre y una de sus hermanas, buscando compañía y apoyo. En ese nuevo entorno, comenzó a forjar una relación con Sebastián, su medio hermano, con quien apenas empezaba a compartir momentos y a conocerse.

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Pero, una noche marcó el inicio de la pesadilla de Adán: su hermana salió a una fiesta, dejándolo solo en casa. Lo que se vislumbraba como una jornada tranquila se transformó de repente en zozobra, cuando hombres armados irrumpieron en la vivienda, allí lo forzaron a beber un líquido que lo sumió en un sueño profundo. Al despertar, Adán ya se encontraba secuestrado.

Con el paso de los
Con el paso de los días, Adán comenzó a captar fragmentos de conversaciones. Así descubrió que la casa donde lo mantenían secuestrado pertenecía a una mujer con tres hijos, uno de ellos cercano a su edad - crédito Imagen Ilustrativa Infobae

“El lugar donde me tenían no era una habitación, era un hueco, sin espacio para moverme. Me tapaban con lonas y piedras, y me daban agua de lavadero”, relató Adán Martínez en una entrevista que concedió en el pódcast Conducta Delictiva.

La oscuridad y el encierro se convirtieron en la rutina del joven mientras intentaba comprender quiénes lo retenían y por qué lo habían hecho. Todo ello, mientras pensaba con angustia que debía pasar un tiempo en cautiverio en un lugar que, según el hombre, distaba mucho de una habitación.

“Por lo regular, a una persona cuando la secuestran la ingresan a un cuarto, pero el lugar donde yo estaba era un hueco: o sea, mis necesidades las tenía que hacer ahí, en ese lugar tan estrecho, tan incómodo, sobre un balde. Todo el tiempo que pasé en ese lugar fue sentado y con las piernas recogidas.”, contó Adán en el programa de entrevistas.

Durante su encierro, Adán Martínez
Durante su encierro, Adán Martínez fue testigo de una disputa entre sus captores por la desaparición de una suma de dinero. En medio de los gritos, un nombre emergió y lo dejó atónito: el de su hermano- crédito captura de video YouTube/Conducta Delictiva

El descubrimiento de Adán que lo dejó en estado de shock

Con el paso de los días, Adán comenzó a captar fragmentos de conversaciones. Así descubrió que los secuestradores exigían 200 millones de pesos por su liberación. El plan original, según dedujo, era secuestrar a su hermana, pero al no encontrarla, optaron por llevárselo a él.

Su familia, de origen humilde y que incluye ocho hermanos, vendió sus casas, pidió préstamos, y logró reunir 80 millones de pesos de manera desesperada. Pero, tras realizar dos pagos, el joven nunca fue liberado.

Durante su encierro, fue testigo de una disputa entre sus captores por la desaparición de una suma de dinero. En medio de los gritos, un nombre emergió y lo dejó atónito: el de su hermano. La sospecha de una traición familiar se instaló en su mente, sumando angustia a su situación.

A los quince días de
A los quince días de cautiverio, Adán intentó escapar, pero su intento fracasó: el joven fue descubierto y castigado. Los secuestradores reforzaron el hueco con más peso, dificultando cualquier nuevo intento de huida - crédito Freepik

“Se acercó a mí y yo estaba en la cama acostado y me dijo ‘¿Cómo me lo tenían?’. Eso me dijo (...) Yo en ese momento, como ya había enterado de que él estaba relacionado (con el secuestro) y que la Policía lo estaba investigando, con muchos nervios al hablarle, fui muy precavido. Actué normal, como si no supiese nadie, y le agradecí por su visita.”, relató Adán Martínez en Conducta Delictiva.

A los quince días de cautiverio, Adán intentó escapar, pero su intento fracasó: el joven fue descubierto y castigado. Los secuestradores reforzaron el hueco con más peso, dificultando cualquier nuevo intento de huida. La oportunidad definitiva llegó el 12 de febrero de 2021. Ese día, la mujer encargada de vigilarlo salió. Adán, qué durante su escape ya se mostraba debilitado por la falta de comida, se arrastró hasta la calle y logró captar la atención de un hombre, quien finalmente lo ayudó a ponerse a salvo.

Durante su encierro, Adán memorizó nombres, apodos y hasta el número de cédula de uno de sus captores, datos resultaron fundamentales para la investigación. Actualmente, la Fiscalía sostiene que cuenta con pruebas que vinculan a su hermano Santiago con el secuestro.