Julio trae alivio para el bolsillo, se mantiene a la baja la tasa de interés para compras con tarjeta de crédito

La decisión se produce en un momento en que el Banco de la República mantiene su tasa de interés de política monetaria en 9,25%

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La decisión se produce en
La decisión se produce en un momento en que el Banco de la República mantiene su tasa de interés de política monetaria en 9,25% - crédito iStock

La Superintendencia Financiera de Colombia publicó el viernes 27 de junio las tasas oficiales de interés bancario corriente (IBC) y la tasa de usura que regirán para julio de 2025, con implicaciones directas para millones de colombianos que usan tarjetas de crédito para consumo.

La entidad estableció que el IBC para la modalidad de crédito de consumo y ordinario, que incluye las compras con tarjeta de crédito, será de 16,52% efectivo anual (E.A.). Este porcentaje es el que utilizan los bancos para calcular las tasas de interés que cobran a sus clientes por los créditos comunes de consumo, y aunque representa una estabilidad frente a meses anteriores, continúa marcando el costo del dinero para quienes financian sus compras en cuotas.

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Las tasas de usura y
Las tasas de usura y de interés bancario para julio de 2025 condicionan el acceso al crédito en Colombia - crédito Superfinanciera

Además, la tasa de usura, que es el límite máximo legal que las entidades financieras pueden cobrar por este tipo de crédito, fue certificada en 24,78% E.A. para julio. Esta cifra sirve de referencia para identificar si una tasa es legal o si supera el tope permitido por ley, en cuyo caso el prestamista incurriría en una práctica ilegal.

En la práctica, esto significa que cualquier banco o entidad que cobre una tasa por encima del 24,78% en tarjetas de crédito durante julio estaría violando la normativa vigente. Por tanto, los usuarios deberán revisar detenidamente las condiciones de sus productos financieros, especialmente si utilizan mecanismos de pago diferido como el sistema rotativo.

Junto con las tasas para consumo ordinario, la Superfinanciera también certificó las tasas de interés bancario para diferentes modalidades de crédito productivo:

  • Crédito productivo de mayor monto: 27,73% E.A.
  • Crédito productivo rural: 19,01% E.A.
  • Crédito productivo urbano: 38,04% E.A.
  • Crédito popular productivo rural: 51,03% E.A.
  • Crédito popular productivo urbano: 59,65% E.A.

Estas tasas reflejan el alto riesgo percibido por las entidades para ciertos segmentos del mercado, especialmente en sectores populares urbanos, donde el acceso al crédito formal es más restringido y los costos de intermediación financiera son más elevados.

La decisión se produce en un momento en que el Banco de la República mantiene su tasa de interés de política monetaria en 9,25%, lo que influye sobre las decisiones de fijación de tasas por parte de los bancos. Aunque los niveles de inflación bajó ligeramente, el costo del crédito sigue siendo un tema sensible para hogares y empresas.

El crédito popular urbano y
El crédito popular urbano y rural enfrenta costos elevados, reflejando mayores riesgos para sectores financieros restrictivos - crédito Superfinanciera

Impacto en la economía colombiana

La decisión de mantener el interés bancario corriente (IBC) en 16,52% para julio de 2025 llega en un momento clave para millones de colombianos que usan sus tarjetas de crédito no solo como medio de pago, sino como instrumento de financiamiento cotidiano. En un país donde buena parte del consumo se difiere a cuotas, esta tasa se convierte en el termómetro real del costo de vivir a crédito.

Aunque no hubo un incremento en la tasa, su permanencia en niveles altos restringe el potencial dinamizador del consumo. Las tarjetas de crédito funcionan, en teoría, como amortiguadores financieros, permiten suavizar gastos puntuales, aprovechar promociones y cubrir imprevistos. Pero con tasas por encima del 16% —y topes legales que rozan el 25%—, esta herramienta se convierte en una fuente constante de presión sobre los ingresos familiares.

El diferencial entre ahorro e
El diferencial entre ahorro e interés en Colombia resalta pérdidas para los consumidores en el entorno financiero actual - crédito Maxim Zmeyev/REUTERS

Lo más preocupante no es solo el nivel de la tasa, sino el diferencial entre el precio al que prestan los bancos y la rentabilidad del ahorro. En muchos casos, el consumidor paga intereses que triplican lo que podría recibir por guardar su dinero. Así, financiar una compra con tarjeta deja de ser una decisión táctica para convertirse en un riesgo estratégico.

El resultado, menos poder adquisitivo real, mayor dependencia del crédito rotativo y, en el largo plazo, un debilitamiento de la demanda interna. Mientras el crédito con tarjeta siga siendo caro, la economía doméstica seguirá caminando en la cuerda floja del sobreendeudamiento.