
En un nuevo estudio, unos investigadores reportaron que los gatos maúllan con mayor frecuencia al saludar a cuidadores masculinos que al recibir a cuidadoras femeninas.
Mientras impartía un curso sobre comportamiento animal, Kaan Kerman, docente del departamento de psicología de la Universidad Bilkent en Turquía, observó una regularidad. Los dueños de perros tienden a interpretar con seguridad el comportamiento de sus mascotas, dijo, "pero los dueños de los gatos siempre están desconcertados". En comparación con los perros, los gatos han sido menos estudiados, en parte porque prefieren quedarse en casa.
"Si quieres llevar gatos al laboratorio", dijo Kerman, "buena suerte".
Cuando él y sus colegas les pidieron permiso a dueños de gatos para grabar dentro de sus casas, la respuesta fue entusiasta. "Siempre y cuando nos den algunas respuestas sobre nuestros gatos", fue una respuesta habitual. Es posible que los resultados de este estudio no sean tan bien recibidos entre los hombres que cuidan gatos.
En un estudio publicado este mes en la revista Ethology, los investigadores señalaron que los gatos maúllan con mayor frecuencia al saludar a los cuidadores masculinos. El equipo planteó la hipótesis de que los hombres "necesitan vocalizaciones más explícitas para identificar las necesidades de sus gatos y responder a ellas". En otras palabras, los investigadores sugieren que muchos gatos han llegado a la conclusión de que los hombres no siempre escuchan y han ajustado su comportamiento en consecuencia.
Se les pidió a aquellos voluntarios que se identificaron como los principales cuidadores de sus gatos que llevaran una cámara discreta y grabaran los primeros minutos después de regresar a casa, comportándose de la forma más natural posible. Los investigadores analizaron los primeros 100 segundos de las grabaciones de 31 voluntarios, enfocándose en el primer gato que se acercaba al cuidador en hogares con varios gatos.
Entre todas las variables demográficas, incluyendo el sexo y la edad del gato, su pedigrí y el número de gatos en el hogar, solo un factor se relacionaba con la frecuencia de vocalización: el sexo biológico del cuidador. En promedio, los gatos maullaron con los hombres 4,3 veces en los 100 segundos en que se buscaron saludos y 1,8 veces con las mujeres. (Los investigadores también contaron vocalizaciones como gorjeos, chirridos, gruñidos o ronroneos).
Los investigadores sospechan que esa diferencia refleja los estilos de comunicación. Trabajos anteriores han descubierto que las cuidadoras femeninas tienden a hablar más con sus gatos y pueden ser mejores que los hombres a la hora de interpretar las señales vocales felinas.
Jonathan Losos, biólogo evolutivo de la Universidad de Washington en St. Louis y autor de The Cat's Meow dijo que la hipótesis era plausible, pero solo si se podían descartar otras explicaciones.
"Así que los autores sugieren que los hombres estamos perdidos, que ignoramos a los gatos y que ellos necesitan llamar más nuestra atención", dijo. "Podría ser cierto".
No obstante, señaló que la muestra era pequeña y que existían otras explicaciones posibles. "¿Se debe esto intrínsecamente a las diferencias entre hombres y mujeres", se preguntó, "o tiene que ver con el diseño del experimento? ¿Podrían los hombres y las mujeres diferir en la forma de seguir las instrucciones?".
Mikel Delgado, especialista en comportamiento felino e investigadora científica sénior de la Universidad de Purdue, se mostró más escéptica. "Debemos tener cuidado al interpretar esto como un hallazgo claro aplicable a todos los gatos", dijo. Además, el estudio no tuvo en cuenta otros factores, como el tiempo que el gato había estado solo o si tenía hambre. Y, según Delgado, aunque se les pidió a los participantes que se comportaran con naturalidad, los investigadores no registraron cuánto hablaban los propietarios con sus mascotas en las grabaciones del estudio, otra variable que influye en la vocalización de los gatos.
Kerman y sus colegas reconocieron que los factores culturales podrían haber influido en los resultados, ya que todos los participantes del estudio vivían en Turquía. Investigaciones recientes han mostrado que la comunicación entre gatos y humanos varía según la cultura. En Turquía, los hombres suelen interactuar verbalmente con menos frecuencia, dijo el equipo de investigadores, lo que puede hacer que los gatos maúllen con mayor insistencia para obtener una respuesta.
"Una de las cosas que realmente me gustaría hacer", dijo Kerman, "es replicar este estudio en otras partes del mundo".
Añadió que este trabajo es importante para el bienestar general de los gatos, ya que estos son "muy buenos ocultando sus problemas". Cuanto mejor comprendan los humanos lo que sus gatos intentan transmitirles, mejor podrán cuidarlos.
"Ojalá pudieran hablar", se lamentan muchos propietarios de gatos.
"Pero sí hablan", dijo Losos. "Solo tenemos que descifrarlo".
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