EE. UU. ataca un segundo barco en el Pacífico, ampliando su campaña antidroga

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El gobierno de Trump anunció un segundo ataque fuera del Caribe, en una campaña contra lo que, dicen, son barcos que llevan drogas a Estados Unidos.

Por segunda vez en dos días, el gobierno de Donald Trump lanzó ataques mortíferos contra un buque sospechoso de contrabando de drogas en el océano Pacífico oriental, ampliando su campaña más allá del mar Caribe, dijo la noche miércoles el secretario de Defensa, Pete Hegseth.

Los ataques de esta semana fueron el octavo y el noveno ataque conocidos contra embarcaciones que las fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses llevan a cabo desde que comenzó la operación a principios de septiembre, y elevaron a 37 el número de muertos reconocido oficialmente.

Hegseth no proporcionó detalles geográficos más allá de decir que los ataques habían tenido lugar en el océano Pacífico oriental, en aguas internacionales. Los siete ataques anteriores se dieron en el Caribe. Un funcionario estadounidense, que habló bajo condición de anonimato para tratar un asunto delicado, dijo que el primer ataque en el Pacífico se produjo frente a la costa de Colombia.

Ese ataque, el martes por la noche, mató a dos personas que iban en la embarcación, dijo Hegseth en una publicación en X que incluía imágenes de video del ataque. Dijo que "nuestros servicios de inteligencia saben" que la embarcación estaba implicada en el contrabando de drogas y transportaba estupefacientes. El secretario de Defensa anunció otro el miércoles por la noche, que dijo que se llevó a cabo ese mismo día y en el que murieron tres personas.

El miércoles, hablando con los periodistas en la Casa Blanca, Trump se jactó de la ampliación de la acción y sugirió que los futuros ataques podrían ir más allá de los objetivos en el mar.

"Hoy han llevado a cabo uno en el Pacífico, y la forma en que lo veo --cada vez que lo miro--, porque es violento y es muy… es increíble, el armamento, ya sabes que tienen estos barcos que van a 70 u 80 kilómetros por hora en el agua, y cuando miras la precisión y la potencia… mira, tenemos el mejor ejército del mundo", dijo.

Trump afirmó falsamente que cada uno de esos barcos destruidos salvaba 25.000 vidas estadounidenses. En realidad, unos 100.000 estadounidenses mueren cada año por sobredosis de drogas, pero la mayoría de esas muertes están causadas por el fentanilo, que procede de laboratorios en México. Sudamérica produce cocaína.

Trump dio a entender entonces que pronto ordenaría ataques contra objetivos terrestres, afirmando que los ataques de su gobierno contra los barcos habían llevado el contrabando de drogas a las rutas terrestres. Añadió que su gobierno "probablemente volvería al Congreso y explicaría exactamente lo que estamos haciendo" antes de lanzar esos ataques, pero insistió en que no necesitaba su permiso para actuar.

"Los golpearemos muy duro cuando entren por tierra", dijo Trump sobre aquellos a quienes su gobierno acusa de contrabando de drogas. "Todavía no lo han experimentado, pero ahora estamos totalmente preparados para hacerlo".

La operación comenzó el 2 de septiembre, cuando el ejército, por orden del presidente Trump, empezó a atacar barcos que se creía que traficaban con drogas como si quienes estuvieran a bordo fueran combatientes enemigos en una guerra y no sospechosos de delitos.

En un principio, la atención se centró en Venezuela. Los funcionarios también están sopesando si intensificar los esfuerzos para derrocar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien fue imputado por cargos de narcotráfico en Estados Unidos en 2020 y a quien el equipo de Trump califica de líder de un cártel.

Pero entretanto, los ataques a las embarcaciones han envuelto cada vez más a Colombia, que es una fuente mucho mayor de narcóticos de contrabando a Estados Unidos que Venezuela. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha dicho que en varios ataques han muerto colombianos y ha acusado a Estados Unidos de asesinato. Trump ha dicho que, en respuesta, iba a cortar la ayuda exterior a Colombia.

El gobierno también ha dicho que los servicios de inteligencia respaldan sus acusaciones sobre la identidad de los pasajeros y sus actividades, pero no ha presentado pruebas para sustentarlas.

Un grupo amplio de especialistas jurídicos externos en las leyes que rigen el uso de la fuerza armada han dicho que la campaña es ilegal porque el ejército no tiene la facultad de atacar deliberadamente a civiles --ni siquiera a sospechosos de delitos-- que no participen directamente en hostilidades.

La Casa Blanca ha dicho que los ataques son legales por una cuestión de defensa propia y porque Trump ha "determinado" que el país se encuentra en un conflicto armado formal con cárteles de la droga que su equipo clasifica como terroristas.

No ha ofrecido públicamente una teoría jurídica que explique cómo abordar la brecha entre traficar con un producto ilícito y responder con ataques armados organizados.

Gran parte del suministro mundial de esa cocaína la producen tres países de Sudamérica, especialmente Colombia, que tiene costas tanto en el mar Caribe como en el océano Pacífico.

El gobierno de Trump ha dicho que sus ataques se produjeron en aguas internacionales. También han descrito a las personas que iban a bordo de cada barco como miembros de grupos designados como organizaciones terroristas. El propio gobierno otorgó esa designación a numerosos cárteles de la droga y pandillas criminales latinoamericanas en los meses previos a la campaña.

La legitimidad de esta medida es discutida porque los cárteles de la droga están motivados por la búsqueda de ganancias ilícitas, mientras que los terroristas, por definición, están motivados por objetivos religiosos o ideológicos. En cualquier caso, la ley que permite al poder ejecutivo designar a grupos extranjeros como terroristas autoriza tácticas como la congelación de activos, pero no confiere autoridad legal para asesinar a sus miembros.

El miércoles, las autoridades estadounidenses no identificaron inmediatamente a ningún grupo concreto como objetivo de los últimos ataques.

La mayor parte de la cocaína introducida de contrabando en Estados Unidos se mueve por el Pacífico, no por el Caribe, según muestran los datos estadounidenses. Pero el gobierno de Trump ha centrado principalmente su retórica en Venezuela, que solo tiene costa en el Caribe. Trump describió los ataques iniciales a los barcos diciendo que habían matado a venezolanos y a miembros de una pandilla venezolana.

Pero los ataques están causando una mayor inquietud en la región.

Petro dijo que dos ataques, uno el 15 de septiembre y otro el 3 de octubre, habían causado la muerte de colombianos y acusó a Estados Unidos de asesinato. Los familiares de un joven de 26 años originario de Trinidad y Tobago dijeron que él y un vecino habían muerto en un ataque del 14 de octubre.

Ciudadanos de Colombia y de otro país más, Ecuador, sobrevivieron a un ataque el 16 de octubre contra una embarcación semisumergible, operativo que Trump dijo posteriormente que había matado a dos personas. La Marina rescató a dos sobrevivientes y el gobierno los repatrió, y Trump dijo que ambos serían detenidos y procesados.

No obstante, fiscales de Ecuador se negaron a acusar a ese hombre y, en su lugar, lo pusieron en libertad alegando que no existía ninguna acusación de que hubiera cometido un delito dentro del territorio ecuatoriano.

"¿A quién estamos atacando?", preguntó el miércoles en una conferencia sobre seguridad el representante Jason Crow, demócrata por Colorado, que forma parte de los Comités de Servicios Armados y de Inteligencia de la Cámara de Representantes. "Si se trata de narcoterroristas, como informa el secretario Hegseth, ¿por qué acabamos de repatriar a dos de ellos a su país de origen, si son tan malos?".

El otro sobreviviente ha sido hospitalizado en Colombia con traumatismo cerebral y respira con un respirador artificial, según dijo Armando Benedetti, ministro del Interior de Colombia, en una publicación en las redes sociales el sábado por la noche. Cuando recupere la conciencia, dijo también Benedetti, será "procesado por la justicia por narcotráfico".

En el séptimo ataque, el 17 de octubre, el ejército mató a tres hombres a los que el gobierno de Trump acusaba de contrabando de drogas para un grupo insurgente marxista de Colombia conocido como ELN, al que el Departamento de Estado designó como terrorista en 1997.

Eric Schmitt es corresponsal de seguridad nacional para el Times. Lleva más de tres décadas informando sobre asuntos militares y antiterrorismo en Estados Unidos.

Charlie Savage escribe sobre seguridad nacional y política jurídica para el Times.