En España se abre el debate sobre el veto a celebrar fiestas religiosas en Jumilla

Reportajes Especiales - News

Guardar

Una ministra del gobierno español calificó la medida de "racista", mientras que una rama regional de Vox, el partido de extrema derecha, la elogió porque "impide celebrar fiestas islámicas".

El jueves, el gobierno español condenó el veto aprobado por una ciudad del sureste de España de celebrar fiestas religiosas en instalaciones deportivas municipales, una decisión que los críticos han calificado de intento indirecto de impedir que personas musulmanas se reúnan allí para celebrar festividades religiosas.

El veto fue codificado como ley local el 28 de julio por los líderes conservadores de Jumilla, una ciudad de unos 27.000 habitantes. Mientras la medida iba ganando atención esta semana, se convirtió en un asunto de controversia nacional que toca temas que han generado debate en países de toda Europa, como la migración y el nacionalismo. El mes pasado, manifestantes de extrema derecha y agentes de policía se enfrentaron durante días en otra ciudad de la misma región española, lo que llevó a la detención del líder de un grupo antimigrante.

La medida adoptada en Jumilla dice que las instalaciones deportivas de la ciudad no pueden utilizarse para "actividades culturales, sociales o religiosas ajenas al Ayuntamiento" y estipula que su objetivo es "promover y preservar los valores y manifestaciones tradicionales propias de nuestra identidad cultural".

Funcionarios del gobierno nacional han denunciado el veto, y Elma Saiz, ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, dijo que se trataba de "una moción absolutamente racista".

La Constitución española protege la "libertad de culto, de respeto, de no discriminación por orígenes religiosos", dijo en una entrevista a Televisión Española.

Otro ministro, Félix Bolaños, calificó el proyecto de "contrario a la Constitución".

Miembros del Partido Popular, el partido conservador que aprobó el veto, han rechazado esas acusaciones. "Es falso", dijo el jueves Jaime de los Santos, alto cargo del partido nacional, que su formación "vaya a señalar a nadie por su credo".

En la resolución, añadió, "no hay ninguna referencia a ninguna religión o rito".

Los partidarios de Vox, sin embargo, la han adoptado en términos explícitamente antimusulmanes.

"Se aprueba la primera medida en España que impide celebrar fiestas islámicas en espacios públicos", escribió el miércoles en X la rama regional del partido de extrema derecha. "¡España es y será siempre tierra de raíces cristianas!".

Hay más de 3000 musulmanes en Jumilla, donde representan alrededor del 12 por ciento de la población, dijo en una entrevista Hicham Oulad Mhammed, miembro de la Comisión Islámica de España.

Mhammed dijo que había hablado con dirigentes musulmanes de Jumilla, quienes le dijeron que nunca habían tenido problemas con la celebración de festividades religiosas en espacios deportivos y públicos hasta este año.

Mhammed dijo que no sabía de qué "tradiciones están hablando", pero afirmó que parecía claro que se estaban dirigiendo a la comunidad musulmana, a la que, dijo, definen como una comunidad ajena. Los musulmanes en España son ciudadanos españoles, añadió.

España tiene una larga historia musulmana --estuvo gobernada por musulmanes durante siglos, hasta que los católicos tomaron el control en 1492-- y la influencia musulmana es visible en gran parte de la península ibérica, incluso en algunos de los monumentos más famosos de España. La Alhambra de Granada fue un bastión musulmán, y la construcción del Alcázar de Sevilla comenzó bajo el dominio musulmán.

Otros dijeron que el veto era un doloroso recordatorio de la retórica antimusulmana, especialmente de extrema derecha, que ha aumentado junto con el sentimiento antimigrante en España, donde muchos migrantes proceden del norte de África.

En los últimos años, se han formado alianzas locales entre el Partido Popular, de centroderecha, y Vox, de extrema derecha, algo que los analistas denominan un cambio que se ha producido en toda Europa, en el que los principales partidos conservadores se han movido a la derecha en materia migratoria. Los partidos de extrema derecha tuvieron victorias en Francia y Alemania el año pasado en las elecciones al Parlamento Europeo, e incluso algunos líderes de la izquierda, como el primer ministro británico, se han comprometido a reducir la migración en respuesta a la presión de la derecha.

"Jumilla es una expresión cruda de cómo el PP está asumiendo sin complejos algunas de las tesis de la extrema derecha sobre inmigración", se lee en el diario El País en un editorial del jueves, señalando comparaciones con los esfuerzos de Vox por deportar a extranjeros "por no adaptarse a unas inconcretas 'cultura y forma de vida' españolas".

La medida en Jumilla nació de una propuesta local del partido Vox, según el título de la enmienda que la codifica. La propuesta de Vox calificaba las celebraciones del Eid al-Fitr de "ajenas a nuestras tradiciones, por tratarse de prácticas incompatibles con la identidad y usos y costumbres de la nación española".

En la propuesta, Vox había instado a las autoridades locales a bloquear "prácticas culturales foráneas que no forman parte de la tradición española y que inciden sobre la cohesión social" y que generan "erosión de la identidad nacional", al tiempo que las instaba a reactivar las celebraciones públicas de varias fiestas católicas.

El texto del acuerdo describía la propuesta de Vox como una medida que busca "proteger nuestras tradiciones y costumbres", pero aclara que estaba demasiado abierto a la interpretación. La versión final, que recoge el espíritu de la propuesta, dice que ajusta "plenamente al marco jurídico vigente".

Esto, según dijeron los juristas españoles, puede ser un esfuerzo por ajustarse a la Constitución: España protege la libertad religiosa y garantiza los derechos ideológicos, religiosos y de culto de los individuos y las comunidades.

"Está redactado con gran precisión", dijo en una entrevista Santiago Torres, abogado y juez retirado afincado en Madrid.

Amelia Nierenberg es reportera del Times que cubre noticias internacionales desde Londres.