
La reciente Cumbre UE-CELAC celebrada en Santa Marta representa un paso decisivo en la relación histórica entre Europa y América Latina. Lejos de ser un simple ejercicio formal de diplomacia, la cumbre confirmo un ambicioso paquete de iniciativas de inversión que buscan impulsar el desarrollo sostenible, la innovación tecnológica y la cohesión social en la región. Los anuncios son claros: Europa y América Latina se encuentran en un momento para construir una alianza que no solo dialogue, sino que materialice soluciones concretas ante los desafíos ambientales, sociales y económicos del siglo XXI.
Cierto que un aspecto distintivo de esta cumbre fue la menor participación de jefes de estado en comparación con encuentros anteriores, con la mayoría de las representaciones a nivel ministerial. Ello no es novedad en el mundo actual, como fue evidente en las pasadas Cumbres Iberoamericana, o como constata la postergación de la Cumbre de las Américas prevista para final de este año. Mas importante, ello no implicó falta de compromiso ni impacto; más bien, reveló un cambio hacia un enfoque más pragmático y orientado al trabajo concreto. Los ministros y equipos técnicos tuvieron un papel protagónico en diseñar y acordar un plan de acción robusto y realista, cimentando así las bases de una alianza sólida y duradera entre Europa y América Latina. Menos exposición mediática y fotografías para la posteridad, y más reuniones técnicas y acuerdos sustanciales.
La Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores Kaja Kallas cifró los avances hasta hoy en 31 mil millones de euros y mas de 100 iniciativas Global Gateway, la principal iniciativa geopolítica global lanzada por la Comisión Europea en 2023 para impulsar la triple transición verde, digital y justa a nivel mundial. Nosotros hemos podido identificar 71 de ellas (un tema pendiente es aumentar la transparencia de la información sobre esta agenda de inversiones), destacando las incluidas en la “agenda verde”: la apuesta por la preservación ambiental, el crecimiento sostenible y la transformación de sectores productivos hacia modelos más responsables con el planeta, y la agenda digital. No es menor que una de las lideres del foro empresarial realizado en paralelo fuera la vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva de la Comisión Europea Teresa Ribera, y referente en el tema.
El hecho de que 34 de las 71 iniciativas estén dedicadas a la transición verde este objetivo es una señal muy potente de que la cooperación birregional se toma en serio la crisis climática y la biodiversidad, e identifica en estos retos las oportunidades para el desarrollo productivo. Se incluyen 13 proyectos específicamente enfocados en el crecimiento verde, donde la biodiversidad no es solo una riqueza natural, sino un sector económico estratégico que impulsa la innovación en industrias, energía y minería. El compromiso con la transición energética es igualmente fuerte, con 14 iniciativas destinadas a acelerar la adopción de fuentes renovables y tecnologías limpias, al que se une el bloque de integración eléctrica abarcando 21 países. Este enfoque posiciona a América Latina como un socio clave para Europa en la construcción de un nuevo modelo energético mundial, basado en la sostenibilidad y la independencia de combustibles fósiles. Además, la integración financiera verde es un canal esencial para escalar inversiones y garantizar que estas prácticas se conviertan en norma y no en excepción.
En el ámbito digital, las diez iniciativas presentadas muestran un salto cualitativo en la cooperación. Se destaca la conexión e interoperabilidad de zonas remotas como la Amazonia, que hasta ahora ha permanecido desconectada, la colaboración en computación para la inteligencia artificial, y el monitoreo satelital a través del programa europeo Copernicus. Estas ultimas acciones son clave porque como se destaco en la sesión digital del Foro Empresarial el principal reto de la región es el uso de la conectividad, no tanto su expansión física.
Desde luego, aun queda tarea y hay ámbitos donde fortalecerlo. Una línea sugerida especialmente interesante sería la articulación de una Alianza Digital Verde, en línea con los cinco pilares presentados por el presidente de CAF, Banco de Desarrollo de América Latina Diaz-Granados: transición verde, transición energética, transición digital y Green Valley de centros de datos, integración y refuerzo de bancos de desarrollo. Esta alianza podría estructurar una cooperación profunda y sostenida en torno a cuatro pilares: infraestructura digital verde y de alta capacidad, gobernanza digital y ciberseguridad, energía limpia para el procesamiento intensivo de datos, y desarrollo de talento digital avanzado. América Latina y el Caribe aportaría sus recursos energéticos renovables, biodiversidad y talento, y Europa aporte estandarización técnica, financiamiento e innovación, y los bancos de desarrollo, articulación y canalización de inversiones, apoyo técnico e impulso político.
Estamos convencidos de que se puede y es el momento. Esta Cumbre UE-CELAC de Santa Marta no solo consolidó el compromiso de ambos continentes con el desarrollo sostenible, sino que cimentó las bases para esta Alianza Digital Verde. Y, por cierto, a buen seguro en la próxima cumbre, que marcara el cierre de esta primera fase de Global Gateway, veremos muchos mas jefes de estado.
* Ángel Melguizo y Víctor Muñoz son socios fundadores de ARGIA Green, Tech & Economics, consultora especializada en tecnología, economía y temas medioambientales.
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