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La Fundación Cartier reabre en
La Fundación Cartier reabre en París con arquitectura transformable y plataformas móviles diseñadas por Jean Nouvel

La Fundación Cartier reabrirá sus puertas en París en 2025, presentando una arquitectura transformable y plataformas móviles bajo la dirección de Jean Nouvel. El edificio de la Rue de Rivoli, frente al Louvre, experimentó una profunda metamorfosis que introdujo una flexibilidad inédita en el diseño museográfico y abrió nuevas posibilidades para la interacción artística y el diálogo con la ciudad.

El inmueble, que ocupa una manzana completa del París haussmanniano, se destaca por una sobriedad exterior marcada por la piedra color miel y el tejado abuhardillado, rasgos clásicos de la arquitectura parisina. La discreción solo se interrumpe por el logotipo dorado de la Fundación y un toldo de acero y cristal, una reinterpretación contemporánea de la columnata histórica. Las ventanas renovadas y la piedra pulida refuerzan una imagen de lujo discreto, evocando la elegancia de una tienda Apple o un hotel de cinco estrellas.

En el interior, el diseño de Nouvel alcanzó su máxima expresión. Se instalaron cinco plataformas modulares, capaces de variar su altura y configuración gracias a un sistema de cables y poleas que opera a lo largo de tres plantas. Estas plataformas, con superficies entre 200 y 340 metros cuadrados, permitieron transformar el espacio expositivo en pocos minutos y superaron la tradicional rigidez de las galerías estáticas. El sistema cuenta con barandillas retráctiles que garantizan la seguridad, mientras que los mecanismos se integran visualmente en la arquitectura. Según Jean Nouvel, “Aquí es posible hacer lo que no se puede hacer en ningún otro lugar”, subrayando la libertad creativa disponible para curadores y artistas.

La intervención de Jean Nouvel
La intervención de Jean Nouvel permite transformar el espacio expositivo en minutos gracias a plataformas modulares y sistemas mecánicos avanzados - (AFP)

Béatrice Grenier, cocuradora de la exposición inaugural, señala que estas plataformas dialogan con el espíritu histórico del edificio y evocan la modernización mecánica del París del siglo XIX, representada por hitos como la Torre Eiffel y la invención de los ascensores. Además, la accidentada historia del inmueble favoreció la intervención: gran parte de la estructura original se perdió en 1943, cuando un bombardero se estrelló contra el edificio, y las remodelaciones de los años 70 sumaron columnas de hormigón, ahora vestigios arqueológicos visibles en el nuevo espacio.

Inaugurado en 1855 como el Grand Hôtel du Louvre para la Exposición Universal de París, el edificio fue rápidamente transformado en los Grands Magasins du Louvre, uno de los primeros grandes almacenes de la ciudad y punto neurálgico de la vida social y cultural parisina. La Fundación Cartier, fundada en 1984 y dedicada al arte contemporáneo, retomó ese legado a través de su nueva propuesta museográfica. La exposición inaugural, Exposition Générale, revisa momentos claves de la historia institucional y rinde tributo a las grandes exposiciones de moda, textiles y objetos de la época dorada de los almacenes.

La fundación busca alejarse del modelo enciclopédico y objetual que define al Louvre. Grenier lo explica: “El Louvre es un museo enciclopédico y centrado en los objetos, que muestra el mundo como una manifestación material de la cultura. Nosotros decimos algo muy diferente: que la creación de exposiciones está en el centro de la cultura, una sucesión de ideas elaboradas con pensadores, artistas y arquitectos, y sujeta a constante cambio”.

La nueva museografía de la
La nueva museografía de la Fundación Cartier apuesta por la innovación, el diálogo cultural y la apertura hacia la vida urbana parisina

Esta visión queda reflejada en la versatilidad de las plataformas, que admiten desde instalaciones monumentales hasta obras de pequeño formato, así como en la apertura del edificio hacia la ciudad, con exposiciones visibles desde la columnata y los escaparates, un marcado contraste frente al carácter introvertido del museo vecino.

El renovado espacio incorpora una cafetería y una sala de conferencias recubierta íntegramente de un rojo intenso, sello de Nouvel, envolviendo paredes, suelo, techo y asientos, y aportando un ambiente inmersivo. La nueva programación artística integrará tanto creadores emergentes como figuras consagradas, y apuesta por un vínculo directo con perspectivas y estéticas innovadoras ajenas a la ortodoxia museística.

La reapertura representa no solo la recuperación de un edificio histórico, sino la confirmación de un modelo arquitectónico y museístico orientado a la flexibilidad, el diálogo y la renovación constante. El proyecto redefine la arquitectura museística como un espacio abierto al intercambio cultural contemporáneo y a la vibrante vida urbana de París.