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Jornet atravesó seis estados, enfrentó
Jornet atravesó seis estados, enfrentó rutas técnicas y condiciones extremas, priorizando la conexión personal con la naturaleza sobre los récords (Europa Press/Matti Bernitz)

Kilian Jornet, ultracorredor español, llevó su historia personal y la del running de montaña a otro nivel. En apenas 31 días, ascendió a las 72 montañas más altas de Estados Unidos sin ayuda motorizada. El proyecto, llamado States of Elevation, unió esfuerzo físico, exploración y una convicción profunda por la preservación ambiental, marcando un nuevo estándar para el deporte y la relación del ser humano con la naturaleza.

Un reto que redefine lo posible

Jornet atravesó seis estados, desde Longs Peak en Colorado hasta el Monte Rainier en Washington. Cada jornada representó una combinación de maratón y etapa del Tour de Francia, alternando rutas técnicas, tramos sin senderos y condiciones meteorológicas extremas. El desafío States of Elevation se ubicó por encima de cualquier récord previo en cuanto a resistencia y capacidad de exploración.

En el viaje, Jornet compartió algunos tramos con atletas como Kyle Richardson, pero eligió siempre priorizar la conexión personal con el entorno. Las jornadas variaban en intensidad y paisaje, convirtiendo el cansancio físico en una conversación íntima con la montaña y sus desafíos imprevistos, de acuerdo a lo que reconstruyó The Guardian.

Un atleta forjado en la montaña

La vida de Jornet está profundamente ligada a su crianza en el Refugi Cap de Rec, en los Pirineos, donde descubrió el valor del esfuerzo y de la conexión con el paisaje desde niño. A los cinco años ya había coronado su primer pico, y a los veinte se convirtió en el ganador más joven de la Ultra-Trail du Mont Blanc (UTMB).

La vida de Jornet, forjada
La vida de Jornet, forjada en los Pirineos, lo llevó a conquistar récords en cumbres icónicas y a ganar la triple corona del ultrarunning (REUTERS/Denis Balibouse)

En las dos décadas siguientes, construyó una trayectoria única: récords de velocidad en cumbres como Aconcagua, Matterhorn, Denali, Kilimanjaro y el Everest; la triple corona del ultrarunning (Western States, Hardrock, UTMB); triunfos en carreras emblemáticas como Sierre-Zinal y Zegama-Aizkorri y campeonatos mundiales de esquí de montaña. Estas experiencias hicieron de la montaña su escuela y su escenario principal.

Estados Unidos: paisaje desafiante y ruta estética

Antes de este desafío, Jornet ya había realizado expediciones extraordinarias en Europa, como el ascenso de los 177 picos de 3.000 metros de los Pirineos en ocho días y los 82 de 4.000 metros de los Alpes en 19 días. El proyecto estadounidense, en cambio, fue impulsado por el deseo de explorar tierras nuevas y reflexionar sobre la fragilidad de los grandes espacios naturales.

Eligió lo que denominó “la línea más estética” en vez de la más eficiente, priorizando la belleza del recorrido sobre el simple objetivo de llegar. Esta perspectiva convirtió la travesía en una experiencia contemplativa y en un acto de respeto hacia la naturaleza, valorando la armonía del entorno por sobre cualquier impulso competitivo, según explicó a través de su cuenta de Instagram (@kilianjornet).

Logística extrema para una travesía monumental

La organización fue tan exigente como el reto físico. Jornet inició el recorrido en Longs Peak y descendió por la LA Freeway, 61 kilómetros sin senderos y 6.400 metros de desnivel acumulado. Luego conquistó la Elks Traverse en Aspen y, casi sin pausa, enlazó con Nolan’s 14, sumando apenas 30 minutos de descanso.

La travesía de Jornet fue también una llamada de atención sobre la importancia de preservar la biodiversidad y el acceso a los paisajes naturales estadounidenses (Instagram/@kilianjornet)

En territorio californiano, pedaleó 1.450 km en cinco días antes de afrontar Norman’s 13, una ruta de 160 km y 11.900 metros de desnivel, logrando el mejor tiempo documentado: 18 horas. Cada tramo implicó una logística minuciosa y exigió adaptación constante, tanto en el físico como en la planificación.

Experiencia y contemplación: la verdadera motivación

Para Jornet, el auténtico valor del recorrido reside en la vivencia pura de la montaña. Declaró a The Guardian: “No se trata de la velocidad, los récords o de que otros lo sepan”. Considera que estos espacios son indispensables para su bienestar: lugares donde explorar, reflexionar y fortalecer el vínculo con la naturaleza.

Durante la travesía, buscó conocer a fondo los silencios y paisajes de Colorado, sentir la inmensidad de las Cascade Range y experimentar la verticalidad de terrenos inéditos. También manifestó su preocupación por la preservación de estos espacios, cuya protección ve amenazada en el futuro. La aventura fue tanto un viaje físico como una llamada de atención a la importancia de mantener el acceso y la integridad de estos territorios.

Instantes de asombro y biodiversidad única

El recorrido estuvo salpicado de momentos que superaron cualquier expectativa. Durante el ascenso a Grays Peak tras una tormenta eléctrica, compartió la dificultad de poner en palabras el significado de ese esfuerzo. Se detuvo a observar una familia de cabras montesas cerca del Mount Massive, una imagen cada vez más rara en los Alpes y Pirineos.

Jornet eligió rutas estéticas y contemplativas, priorizando la belleza del recorrido y el respeto por el entorno sobre la eficiencia (Instagram/@kilianjornet)

En la misma semana, cruzó caminos con alces, osos negros, ciervos, cabras y coyotes, una biodiversidad poco habitual en sus otras expediciones. Para Jornet, esos encuentros fueron algunos de los verdaderos tesoros del viaje, que amplificaron su admiración y respeto por estas montañas.

El valor está en el camino

En Kings Canyon National Park, desde Glen Pass, Jornet expresó su emoción al contemplar el valle, resumiendo la vivencia con un “es hermoso”. Cada instante reforzó la determinación de promover el cuidado de estos paisajes, tanto para él como para quienes lo acompañaron.

States of Elevation va mucho más allá de lo deportivo. Con un estilo minimalista y una marcada defensa ambiental, Jornet plantea una manera de explorar la naturaleza sin dejar una huella negativa. Sus aventuras proponen que el respeto y la responsabilidad sean tan importantes como cualquier marca o récord.

La travesía finalizó en Thunderbolt Peak, tras cruzar la exigente Palisade Traverse nevada y dormir apenas dos horas en dos días. Jornet relató la experiencia con modestia, sin buscar gestos grandilocuentes, y expresó su disposición a repetir el desafío.

Su recorrido demuestra que el verdadero valor radica en el trayecto y en la belleza de la línea trazada sobre las montañas. Así, su ejemplo continúa inspirando, transformando los límites del deporte y la relación con el mundo natural.