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La presidenta de la Comisión
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, se toman de la mano durante la cumbre de la Comunidad Política Europea en Copenhague, Dinamarca, el 2 de octubre de 2025. (Ritzau Scanpix/Ida Marie Odgaard vía REUTERS)

La Unión Europea (UE) analiza un nuevo mecanismo para destinar parte de los activos del Banco Central de Rusia, bloqueados en Occidente desde la invasión de Ucrania, a la financiación de la defensa y la reconstrucción del país.

Aunque el derecho internacional prohíbe confiscar activos soberanos, la Comisión Europea ha presentado un plan que permitiría emplear hasta 185.000 millones de euros —la mayor parte de los 210.000 millones congelados en Europa— sin necesidad de confiscar formalmente dichos fondos, una línea roja para varios Estados miembros y para el Banco Central Europeo.

Por su parte, el Kremlin calificó la iniciativa de la UE como un robo ilegal de propiedad rusa y advirtió que habrá represalias si el plan se concreta.

Un préstamo de reparaciones

En la actualidad, Euroclear, depositario central de valores con sede en Bélgica, invierte en el BCE los recursos procedentes de bonos rusos vencidos que quedaron bloqueados por las sanciones. La propuesta de Bruselas plantea que, en vez de ello, se usen para adquirir bonos sin cupón emitidos por la Comisión Europea y garantizados por los Estados miembros.

En total existen 300.000 millones
En total existen 300.000 millones de dólares en activos rusos congelados en el mundo, de los cuales 210.000 millones de euros están en Europa.

El esquema permitiría a Ucrania disponer de liquidez inmediata mediante un “préstamo de reparaciones”, que solo tendría que devolver cuando reciba compensaciones de guerra de Rusia por un eventual acuerdo de paz. Inicialmente se había considerado un vehículo de propósito especial (SPV), pero la Comisión defiende que sería más sencillo gestionar los fondos directamente desde sus cuentas.

En total existen 300.000 millones de dólares en activos rusos congelados en el mundo, de los cuales 210.000 millones de euros están en Europa. Euroclear controla 185.000 millones, de los cuales 176.000 millones ya están en efectivo. El resto vencerá en 2026 y 2027.

Como la UE tendría que priorizar el reembolso del préstamo de 45.000 millones concedido el año pasado junto al G7, la cifra efectiva disponible rondaría los 140.000 millones de euros. La Comisión prevé esperar un análisis del FMI en 2026 y 2027 antes de definir el monto definitivo. Finlandia y Suecia estiman que las necesidades de financiación no cubiertas de Ucrania para esos años ascienden a 130.000 millones.

Rusia mantendría su derecho sobre los 185.000 millones de euros depositados en Euroclear, mientras que el depositario belga tendría como activo de respaldo bonos de la Comisión Europea por el mismo valor para cubrir esa obligación. La única diferencia respecto a la situación actual sería que Euroclear invertiría el efectivo ruso en bonos “triple A” de la Comisión, en lugar de mantenerlo en depósitos “triple A” del BCE.

FOTO DE ARCHIVO. Banderas de
FOTO DE ARCHIVO. Banderas de la Unión Europea se reflejan en una ventana en la sede del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort, Alemania. 21 de abril de 2016. (REUTERS/Ralph Orlowski)

Riesgos y garantías

La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, aseguró que el riesgo sería compartido colectivamente. El plan contempla garantías del 100% por parte de los Estados miembros y, en lo posible, de los países del G7 de forma proporcional al tamaño de sus economías. Aunque Hungría podría oponerse por su cercanía con Moscú, Bruselas considera que la medida puede avanzar con los otros 26 gobiernos, ya que la participación húngara sería marginal.

El riesgo para los gobiernos de la UE es mínimo, ya que sus garantías solo se activarían en el caso de que los propios Estados decidieran descongelar los activos rusos antes de que Moscú pague las reparaciones de guerra a Ucrania.

Para reducir aún más la posibilidad de un desbloqueo accidental —dado que actualmente se requiere unanimidad cada seis meses para prorrogar las sanciones—, la Comisión Europea propone que la renovación pueda aprobarse por mayoría cualificada. De este modo, se eliminaría el riesgo de que un solo país, como Hungría, bloquee la prórroga de las sanciones y provoque la liberación inesperada de los fondos.

(Con información de Reuters)