Miles de manifestantes salieron a las calles de diversas ciudades del mundo este jueves, tras la interceptación por parte de Israel de la Flotilla Global Sumud, que transportaba ayuda a la Franja de Gaza y buscaba desafiar el bloqueo impuesto por casi dos años de guerra. La acción, que involucró a alrededor de 40 barcos y más de 400 activistas extranjeros —incluidos políticos y la activista climática Greta Thunberg—, provocó una oleada de protestas desde Europa hasta Sudamérica y generó pedidos de sanciones más severas contra el gobierno israelí.
En Barcelona, ciudad desde la cual zarpó la flotilla el mes pasado, unas 15.000 personas marcharon para exigir el fin del bloqueo sobre Gaza, según datos de la policía municipal. Los manifestantes corearon consignas como “Gaza, no estás sola” y “Libertad para Palestina”, mientras un sector intentó superar barreras policiales, siendo repelido a golpes por los antidisturbios, de acuerdo con imágenes difundidas por la televisión pública española. Entre los activistas a bordo, se encontraba Ada Colau, ex alcaldesa de la ciudad, quien junto con otros pasajeros enfrenta una orden de deportación por parte de Israel, según informaron fuentes del gobierno israelí citadas por AFP.
Disturbios y represión policial se registraron también en Madrid, donde miles marcharon frente al Ministerio de Asuntos Exteriores. De acuerdo con Reuters, la intervención policial derivó en el uso de gases lacrimógenos y la detención de al menos un manifestante, aunque las autoridades locales no precisaron la cifra total de arrestados. Declaraciones reproducidas por RTVE indicaron que los asistentes acusaron a Israel de cometer genocidio y exigieron a la Unión Europea (UE) la ruptura de relaciones. “Si atacan a la flotilla, nos atacan a todos”, leyó un portavoz durante el acto.
En Italia, los principales sindicatos convocaron a una huelga general para el viernes 3 de octubre en solidaridad con la flotilla, mientras el jueves miles se congregaron frente al Coliseo Romano y en otras ciudades como Milán, Turín, Florencia, Bolonia y Nápoles. Desde Roma, manifestantes denunciaron el respaldo de la primera ministra Giorgia Meloni a Israel y anunciaron su disposición a “bloquear todo”, según declaraciones recogidas por AFP.
La protesta se replicó en otras grandes ciudades europeas: en París, un millar de personas llenaron la Place de la République; en Marsella, un centenar fue arrestado tras intentar bloquear el acceso a una oficina de la empresa Eurolinks, acusada de suministrar componentes militares a Israel. Marchas y concentraciones tuvieron lugar frente al Parlamento irlandés en Dublín, en Berlín, El Cairo, Estambul y frente al edificio del Parlamento Europeo en Bruselas, donde la policía cifró en 3.000 los asistentes. En esta ciudad, manifestantes encendieron bengalas y pidieron a la UE que suspenda la financiación a Israel.
En Ginebra, cerca de 3.000 personas —según la policía local— se manifestaron y fueron dispersadas con gas lacrimógeno y cañones de agua tras lanzar objetos y dañar propiedad pública, de acuerdo con lo reportado por Reuters y voceros policiales. Aunque las confrontaciones no son frecuentes en Suiza, las autoridades suizas confirmaron que fue necesario recurrir a “medidas de control” tras el lanzamiento de proyectiles y la presencia de incendios menores en diferentes puntos céntricos de la ciudad.
En Atenas, miles se congregaron con pancartas y banderas palestinas frente a la embajada israelí. “Es una cuestión de dignidad y humanidad”, señaló el manifestante Marios Mountanos a Reuters. La exigencia principal fue la liberación inmediata de los activistas detenidos.
Protestas adicionales ocurrieron en Túnez, Brasilia, Río de Janeiro, Bogotá, Buenos Aires, Ciudad de México, Karachi y Kuala Lumpur, reveló AFP. En la capital malaya, los manifestantes expresaron su indignación ante la embajada de Estados Unidos, calificando de “injusta” la detención de los voluntarios de la flotilla.
La interceptación de la flotilla fue realizada por comandos navales israelíes, que abordaron los cerca de 40 barcos en aguas internacionales, interrumpiendo el envío de alimentos y medicinas destinado a Gaza. Las personas a bordo, entre quienes se contaban nacionales de países europeos y latinoamericanos, fueron arrestadas bajo cargos de intentar violar el bloqueo marítimo impuesto desde 2007.
La organización de la flotilla calificó la operación de “piratería” y denunció el secuestro y “abducción” de tripulantes, mientras organizaciones pro-palestinas instaron a los gobiernos nacionales a presionar por su liberación. Además, distintas fuentes, incluidos activistas y familiares como Miriam McNally en Dublín, expresaron preocupación por la situación legal y personal de los participantes.
El conflicto en Gaza deriva de los hechos ocurridos el 7 de octubre de 2023, cuando el grupo terrorista palestino Hamas y otros grupos armados atacaron Israel, causando la muerte de unas 1.200 personas y la captura de 251 rehenes, de acuerdo con datos israelíes. La respuesta militar israelí ha provocado, según la autoridad sanitaria controlada por Hamas, más de 66.000 muertos en el enclave, mientras la ONU estima que persiste una situación de hambruna.
La presión sobre la UE y gobiernos nacionales para endurecer las sanciones a Israel, así como el llamado para suspender la cooperación política y económica, fue uno de los denominadores comunes en las manifestaciones de este jueves, que también señalaron la complicidad de empresas multinacionales. Víctimas colaterales de la indignación social fueron varias tiendas de cadenas internacionales en Barcelona, que amanecieron con cristales rotos y lemas en aerosol denunciando su supuesto papel en el conflicto.
(Con información de AFP y Reuters)