
En la Ribera del Duero, Baños de Valdearados se ha consolidado como un enclave singular donde la herencia romana y la tradición vinícola se entrelazan con una vitalidad poco común en la España rural. Cada verano, este pequeño municipio burgalés, célebre por la Villa Romana de Santa Cruz y su emblemática Fiesta a Baco, experimenta una transformación que multiplica su población y lo convierte en un referente cultural y turístico de la región, según relata Condé Nast Traveler.
Situado a escasos kilómetros de Aranda de Duero y a dos horas de Madrid, Baños de Valdearados se presenta como un destino que combina historia, arquitectura y vida rural. El visitante que recorre sus calles se encuentra con la Antigua Iglesia del Santo Cristo, erigida en el siglo XI sobre una atalaya rocosa y coronada por la figura del Sagrado Corazón de Jesús.
El centro urbano, con sus fachadas de piedra adornadas por nidos de golondrina, un mural dedicado a la mujer rural y la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, refleja el carácter tradicional del pueblo. A orillas del río Bañuelos, la reconstrucción de un antiguo chozo bajo un sauce llorón evoca la vida agrícola que ha marcado la identidad local.
Patrimonio romano y Villa Romana de Santa Cruz

El principal atractivo patrimonial de Baños de Valdearados es la Villa Romana de Santa Cruz, descubierta en 1972 de manera fortuita cuando el propietario de la finca intentaba nivelar el terreno. Eva, la guía encargada de mostrar el yacimiento, explicó a Condé Nast Traveler que las excavaciones iniciales se prolongaron hasta 1974 y, desde entonces, no se han realizado nuevas intervenciones.
“Cuando terminan esas excavaciones lo que hicieron fue levantar los mosaicos, llevarlos a un almacén en el pueblo para su limpieza, donde se quedaron hasta 1993. Ese año volvieron a colocarlos en su lugar original y construyeron las casetas para su musealización”, detalló.
La villa, con una superficie estimada de 1.200 metros cuadrados, solo ha sido excavada en un 10%, de los cuales el público puede contemplar el 3%. El resto permanece protegido para evitar su deterioro.

Entre los elementos más destacados del yacimiento figuran tres mosaicos visitables. El primero, dedicado a la caza, muestra animales como palomas, perdices, jabalíes y corzos. El segundo, centrado en el dios Baco, ocupaba hasta 2011 un lugar destacado entre los mosaicos mejor conservados de España y parte de Europa, hasta que sufrió un expolio que privó a la villa de varias escenas originales. Actualmente, fotografías troqueladas reproducen las partes sustraídas.
El recorrido concluye en un triclinium, o comedor, decorado con cuatro mosaicos distintos, y la visita se enriquece con detalles sobre el pozo de seis metros de profundidad que abastecía la villa y el sistema de calefacción por hipocausto en las habitaciones orientadas al norte.
La conservación y promoción del yacimiento han supuesto un reto constante para el municipio. Miriam Esteban Gañán, alcaldesa de Baños de Valdearados, subrayó ante Condé Nast Traveler la importancia de contar con personal dedicado al turismo durante todo el año y la necesidad de impulsar nuevas excavaciones.
El concejal Santos Bocanegra reconoció las dificultades ante estos yacimientos: “Excavar para luego enterrarlo no, porque no hay presupuesto para hacer un mantenimiento”. A pesar de estos obstáculos, la alcaldesa se mostró esperanzada por las ayudas recibidas de la Junta de Castilla y León y la inclusión del municipio en la Ruta del Vino, lo que podría potenciar la visibilidad del yacimiento y fomentar el turismo.

Tradición vinícola y Fiesta a Baco
La tradición vinícola de Baños de Valdearados se manifiesta con especial intensidad en sus celebraciones anuales, entre las que destaca la Fiesta a Baco. Organizada por la Asociación Cultural Dios Baco el fin de semana posterior a las fiestas patronales de agosto, esta cita ha adquirido notoriedad regional y ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Regional.
El evento, que en 2023 celebró su 25ª edición, ofrece un programa que incluye mercadillos, ventas simbólicas de “esclavos”, recreaciones de combates de gladiadores y una “gastroexperiencia romana” con cata de vinos, comida y espectáculos. Una de las acciones más llamativas de la última edición fue la instalación de un toldo gigante de ganchillo tejido a mano por las mujeres del pueblo.
La implicación vecinal resulta fundamental para el éxito de la Fiesta a Baco. Santos Bocanegra explicó a Condé Nast Traveler que la organización recae íntegramente en los habitantes del municipio, sin intervención de empresas externas.

Durante el verano, la población de Baños de Valdearados, que habitualmente ronda los 326 vecinos, supera los 3.000 o 4.000 habitantes, y en la fiesta romana puede alcanzar hasta 5.000 personas. La alcaldesa recordó que el municipio recibió el premio Burgos Conecta a Mejor pueblo del año, un reconocimiento a la colaboración de los vecinos en la celebración de la fiesta romana, según detalló Condé Nast Traveler.
En Baños de Valdearados, la historia y la tradición se convierten en una invitación a disfrutar intensamente de cada momento, reflejando el espíritu festivo y la energía de su gente.