
Neil Gilson, un nadador británico de 39 años y padre de tres hijos, se ha propuesto convertirse en la primera persona en cruzar a nado los 10 lagos más grandes de Suiza, cubriendo una distancia total de aproximadamente 370 kilómetros. Su objetivo va más allá del reto deportivo y se vio inspirado por su hijo, Jack Gilson.
A través de esta iniciativa buscó visibilizar y recaudar fondos para las condiciones neuropsiquiátricas conocidas como Pans y Pandas. La historia, recogida por The Guardian, destaca tanto el desafío físico como el trasfondo humano y familiar que impulsó a Gilson, quien buscará romper un Récord Guinness.
La inspiración de Neil Gilson
La motivación de Gilson surge de un episodio que marcó a su familia. Jack fue diagnosticado con Pandas tras una amigdalitis, lo que provocó un cambio radical en su comportamiento. El nadador profesional relató a The Guardian que su hijo se acostó siendo un niño feliz, sano y que al despertarse se encontraron con otra persona: “Presa de la agresividad, el TOC, los tics y un miedo intenso; se negaba a comer, no salía de casa ni hablaba. Fue aterrador”.
Aunque actualmente el nene de nueve años se encuentra bien, la familia atravesó una etapa de gran incertidumbre y miedo, lo que lo llevó a buscar una forma de ayudar a otras familias en situaciones similares y concientizar sobre esta enfermedad.
Gilson ya ha completado dos de los lagos: Lugano, con 29 kilómetros, y Constanza, con 63 kilómetros. Para este mes, planea cruzar Neuchâtel, de 37 kilómetros, en un tiempo estimado de 10 horas, y Biel, de 14 kilómetros, que prevé completar en cinco horas. Los seis lagos restantes están programados para el próximo año.
Además, en 2024, batió el récord mundial al nadar a través del lago Lemán (Lago de Ginebra), cubriendo 72 kilómetros en 22 horas y nueve minutos. “Me encantan los lagos y el paisaje, y se me ocurrió la idea de los 10 lagos más grandes de Suiza porque representa un reto enorme y emocionante”, explicó a The Guardian.

Elentrenamiento y los desafíos que enfrenta
La preparación de Gilson combina sesiones al amanecer en la piscina, rutinas nocturnas en el gimnasio tras acostar a sus hijos y prácticas en el mar frente a la costa norte de Devon, en el Reino Unido. No obstante, considera que los lagos suizos presentan desafíos superiores a los del mar. Según mencionó en la entrevista, pueden ser más impredecibles. “En el mar se conocen los tiempos de las mareas, por lo que se puede calcular la distancia de nado para aprovechar el empuje de la marea, pero eso no se puede hacer en los lagos”.
Además, las condiciones climáticas pueden variar radicalmente. Explicó que estas grandes masas de agua generan su propio clima, con diferencias notables en distancias cortas: “Puede haber sol radiante a una milla de distancia, pero al otro lado del lago hay tormentas eléctricas”.
La temperatura del agua ronda los 20°, similar a la del mar en el norte de Devon, aunque existen zonas donde la lluvia que cae por los Alpes crea “paredes” de agua fría, lo que representa un riesgo adicional. “Las zonas frías pueden ser muy peligrosas. Hay lugares donde la temperatura es menor debido a la escorrentía de los Alpes”, puntualizó.
Durante la travesía por el lago Constanza, el principal obstáculo fue el caudal del Rin, que calificó de “enorme”. Para el Lemán, uno de los retos previstos para el próximo año, anticipa la dificultad de sortear un efecto torbellino.
Más allá de la exigencia física, Gilson resalta la importancia del aspecto mental, estimando que el éxito depende en un setenta por ciento de la fortaleza psicológica y un treinta por ciento del estado físico. “No pienso en la natación en su conjunto. No creo que pueda nadar 70 kilómetros. Solo pienso en que voy a nadar, brazada tras brazada”, explicó.
Su estrategia consiste en dividir el esfuerzo en intervalos, deteniéndose cada media hora para hidratarse y cada hora para alimentarse, concentrándose únicamente en el siguiente tramo. “Estoy aquí por decisión propia, y la razón es ayudar a personas como mi hijo, eso te da un superpoder”, expresó.
Para sobrellevar la soledad y el esfuerzo prolongado, el nadador recurre a técnicas de concentración y meditación. Relató que procura relajarse y vivir el momento. Además, repite los nombres de sus familiares en cada brazada, lo que le ayuda a mantener la concentración.
“Necesitas estas técnicas porque es solitario. Aunque estés en estos hermosos paisajes, en realidad solo miro el bote de apoyo”, compartió.
El propósito de Gilson es dar visibilidad a Pans y Pandas, afecciones que afectan el cerebro y pueden provocar síntomas como problemas de salud mental, cambios de comportamiento y dificultades motoras. Su iniciativa busca no solo recaudar fondos, sino también ofrecer esperanza y orientación a familias que atraviesan situaciones similares a la que vivió la suya.