La izquierda francesa, con el Partido Socialista a la cabeza, amenazó con presentar una moción de censura contra el recién nombrado primer ministro Sébastian Lecornu. La iniciativa llega apenas dos semanas después de su llegada al cargo y como respuesta a sus primeras declaraciones sobre el presupuesto de 2026.
Jean-Luc Mélenchon, líder de la Francia Insumisa, fue el primero en exigir una nueva moción de censura contra Lecornu, en reacción a sus anuncios económicos: “Los ingenuos están servidos: Lecornu imita a Macron. Ni más ni menos. Al menos es honesto. Es hora de que la izquierda de la cámara se una a la censura rebelde”.
El socialista Olivier Faure confirmó poco después que su partido acompañará la medida: “Si hoy nos preguntan si apoyaremos la moción de censura, la apoyaremos”, afirmó en la cadena TF1, criticando que las propuestas del jefe de Gobierno “no incluyen ningún esfuerzo” de los que su formación reclama.
El presupuesto para 2026 que plantea Lecornu contempla recortes y evita reinstaurar impuestos a las grandes fortunas, una exigencia histórica de los socialistas y de la izquierda en general. En una entrevista con Le Parisien, el primer ministro descartó tanto el regreso del Impuesto sobre la Fortuna, eliminado por Emmanuel Macron en 2017, como la creación de la “tasa Zucman” sobre patrimonios elevados. En su lugar, habló de una reforma fiscal para lograr “mayor justicia”, aunque sin precisar medidas.
El primer ministro recibirá a los representantes de los grupos parlamentarios el próximo viernes para avanzar en la negociación del presupuesto, que deberá superar un Parlamento en el que carece de mayoría. Mientras tanto, Lecornu también deberá anunciar la composición de su nuevo Ejecutivo, ya que el actual sigue en funciones tras la dimisión de Bayrou.
François Bayrou dejó el cargo tras una moción de confianza perdida, motivada por el rechazo parlamentario a un plan de ajuste presupuestario de 44.000 millones de euros. Francia, el tercer país más endeudado de la Unión Europea, acumula una deuda que supera el 114% de su producto interior bruto. Antes de dimitir, el dirigente centrista advirtió que la deuda crece “5.000 euros por segundo” y alertó de que, sin disciplina fiscal, el país podría enfrentar un colapso similar al vivido por Grecia en 2015.
El armado del gabinete de Sébastien Lecornu ya superó el récord de demora bajo la Quinta República, que hasta ahora ostentaba Michel Barnier, según recuerda Le Monde. A diferencia de sus predecesores, Lecornu optó por concentrarse primero en cerrar los lineamientos del próximo presupuesto. Fuentes de su entorno, citadas por el mismo diario, señalaron que el primer ministro “no se siente presionado” por los plazos habituales. Desde Nueva York, el presidente Emmanuel Macron respaldó esta pausa y llamó a la paciencia y a la negociación entre las fuerzas políticas.
La inédita fragmentación del Parlamento ha convertido la formación de gobierno en un desafío constante para el Ejecutivo, obligado a negociar cada decisión, desde el presupuesto hasta la gobernabilidad cotidiana. En este contexto, el resultado de la votación interna en la Asamblea Nacional, que definirá las autoridades de las comisiones, será un termómetro decisivo para medir con qué apoyos reales contará el nuevo gabinete.
(Con información de EFE)