
La acción climática es una “responsabilidad moral” para las naciones ricas y contaminantes, declaró el viernes a la AFP el ministro de clima de Tuvalu, mientras la nación insular de baja altitud busca el reconocimiento de la ONU por su patrimonio amenazado por el aumento del nivel del mar.
Esta nación insular del Pacífico es uno de los lugares más amenazados por el cambio climático, hasta el punto de que podría volverse inhabitable este siglo si no se limitan las emisiones que calientan el planeta.
Tuvalu ya ha alcanzado un acuerdo histórico sobre migración climática con Canberra que permite a sus ciudadanos obtener visas para vivir y estudiar en Australia.
Ha puesto en marcha una serie de iniciativas para garantizar que su patrimonio e identidad perduren incluso si su territorio físico es absorbido por el mar.
“Para nosotros, los tuvaluanos, la desaparición no forma parte de quienes somos”, declaró a la AFP el ministro de clima, Maina Talia.

“La resiliencia siempre ha formado parte de nuestro ser, forma parte de nuestro ADN”, añadió.
Sin embargo, expresó su alarma por la falta de ambición climática de las naciones ricas y por el nuevo desarrollo de combustibles fósiles, en particular por parte de Australia, cuya candidatura para albergar las conversaciones sobre el clima de la ONU del próximo año ha sido respaldada por las islas del Pacífico.
“Debería ser una responsabilidad moral y debemos exigirles cuentas”, afirmó.
Una “nación digital”
El aumento del nivel del mar en Tuvalu ya está provocando la formación de burbujas de agua salada a través del suelo durante las mareas altas, incluso en medio del atolón de Funafuti, la capital del país.
En respuesta, la población local ya ha creado huertos elevados para poder seguir plantando.
El país ha comenzado a construir minuciosamente un mapa 3D de su territorio restante, como parte de un proyecto para convertirse en la primera “nación digital” del mundo.
Y ha puesto en marcha un esfuerzo para inscribir el paisaje cultural de las islas —sus tradiciones orales, lugares sagrados y salas de reunión comunitarias— en la Lista del Patrimonio Mundial de la ONU.
Es probable que el proceso de solicitud tome varios años, pero Talia argumentó: “Es importante, porque no queremos que Tuvalu se convierta en un recuerdo”.
Si bien el país acordó el plan de migración con Australia —que, según Canberra, es “el primer acuerdo de este tipo en el mundo”—, la idea no era fomentar un movimiento de población a gran escala, argumentó.

“No tenemos ninguna intención de trasladar el país a Australia. La idea es simplemente una vía de migración manejable”, dijo Talia.
El programa tampoco exime a Australia —un importante exportador de combustibles fósiles— de sus obligaciones climáticas, añadió. “No debería ser una excusa para Australia”.
“Se trata de sobrevivir”
Talia instó a todos los principales países emisores de carbono a finalizar nuevos planes climáticos “sólidos” en las próximas semanas.
Las Naciones Unidas han instado a todos los países a presentar sus ambiciosos objetivos de reducción de emisiones para 2035 —y planes detallados para alcanzarlos— antes de finales de mes.
Sin embargo, los principales contaminadores, como China, India y la Unión Europea, aún no han presentado sus planes, considerados un punto de referencia crucial para la rendición de cuentas.
Para las naciones ricas, este proceso se basa en cifras, afirmó Talia.
Pero para Tuvalu, apenas por encima del nivel del mar, se trata de nuestra supervivencia.
(AFP)