
En una habitación del Hospital Ichilov de Tel Aviv, lo que comenzó como una visita política terminó en una escena profundamente íntima. Steve Witkoff, enviado especial de Estados Unidos para Medio Oriente, se quitó el collar que había llevado por 25 años y lo colocó cuidadosamente sobre el cuello de Edan Alexander, el joven israelí-estadounidense recién liberado del brutal cautiverio de Hamas.
El objeto, una Estrella de David plateada, había pertenecido a su hijo Andrew, fallecido trágicamente a los 22 años. La misma edad que tiene Edan hoy.

La entrega no fue solo un gesto simbólico. Fue una transferencia de memoria, fe y dolor, cargada de emoción. Según detalló Times of Israel, el propio Witkoff dijo: “Estaría honrando a mi hijo si decides llevarlo contigo”.
La familia Alexander, testigo del momento, se quebró en lágrimas.
Andrew Witkoff murió a los 22 años, en 2011, víctima de una sobredosis mientras residía en una casa de rehabilitación en California. Según denunció la familia, el centro permitía a los internos evitar controles de drogas y adquirir opioides por internet.
La demanda que interpusieron en 2013 reveló negligencias severas y condujo al cierre de la institución. Desde entonces, su padre, Steve Witkoff, prominente empresario inmobiliario y figura política cercana a Donald Trump, ha llevado consigo el collar de Andrew como símbolo de duelo, memoria y conexión espiritual.
Cuando Edan Alexander, también de 22 años, fue liberado por Hamas tras 584 días de cautiverio, el paralelo entre ambos jóvenes tocó profundamente a Witkoff.

“Mi hermano estaría orgulloso de ver a Edan con su collar. Es un guerrero, y esa joya es un recordatorio de fuerza, supervivencia y orgullo por su herencia judía”, escribió en suc uenta de X Alex Witkoff, hermano de Andrew e hijo del enviado norteamericano.

La historia de Edan Alexander: 584 días de cautiverio en Gaza
Alexander, ciudadano estadounidense-israelí, fue secuestrado el 7 de octubre de 2023 por el grupo terrroista Hamas, durante el salvaje ataque a Israel. Servía como soldado en la Brigada Golani de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

Con solo 20 años al momento del secuestro, Edan se convirtió en uno de los rostros más visibles de la campaña internacional por la liberación de los rehenes.

Su liberación, concretada el pasado lunes tras 584 días en Gaza, se logró gracias a una compleja operación diplomática liderada por el presidente Trump, su enviado Witkoff y el negociador Adam Boehler.
Witkoff acompañó personalmente a la familia Alexander a Israel, y estuvo presente durante el proceso de liberación.

Según relataron sus padres, Yael y Adi, Edan sobrevivió bajo condiciones extremas: sufrió desnutrición, escasez de agua y falta de atención médica. Incluso temió morir durante bombardeos israelíes.
Desde su liberación, permanece en observación médica en el Hospital Ichilov de Tel Aviv. Su primera publicación en redes tras el regreso fue una foto con una cerveza y la leyenda: “Hogar dulce hogar”
Presión directa sobre Hamas

La liberación fue el resultado directo de la gestión del presidente Donald Trump.
A diferencia de los canales diplomáticos tradicionales del gobierno actual, Tel mandatario nortemaericano activó una operación paralela encabezada por Witkoff, y Boehler, su negociador internacional.

Ambos volaron a Israel junto a los padres de Edan luego de que Hamas anunciara, el domingo anterior, la intención de liberar al joven.
El lunes siguiente, concretaron su liberación y trasladaron a Alexander al Hospital Ichilov. En ese momento, otro mensaje que le dio Trump lo emociono por completo.
Según testigos del encuentro, le dijo: “Tu mamá me presionó todo el tiempo, pero está bien. Todo el país quiere verte. Eres más famoso que yo ahora mismo”.
La urgencia por quienes aún siguen secuestrados
La liberación Alexander fue celebrada como un triunfo simbólico y diplomático, pero no significó el fin del drama de los rehenes. Tras ser puesto en libertad, Edan pidió expresamente a las autoridades que prioricen el rescate de su compañero de cautiverio, Matan Zangauker, con quien compartió ocho meses en manos de Hamas.

Witkoff transmitió este mensaje personalmente a la madre de Matan, Einav Zangauker, quien, al enterarse, se quebró ante las cámaras. Su preocupación principal: el deterioro del estado de salud de su hijo, quien padece una enfermedad preexistente.
La situación de Matan volvió a encender las alarmas entre los familiares de los más de 100 rehenes que, según estimaciones israelíes, aún siguen en Gaza.
“Sus hijos no son mis hijos, pero ahora los hice míos”, aseguró Witkoff ante el Foro de Familias de Rehenes.