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Refugiados afganos en las afueras
Refugiados afganos en las afueras de Chaman, en la frontera entre Pakistán y Afganistán, el 8 de abril del 2025. (AP foto)

El representante especial de Pakistán para Afganistán, Mohammad Sadiq, llegó este miércoles a Kabul para mantener conversaciones con el Gobierno talibán en un contexto de creciente tensión bilateral por la reciente expulsión de decenas de miles de afganos desde territorio paquistaní.

Sadiq llegó a la capital afgana para participar en la séptima sesión del Comité de Coordinación Conjunto Pakistán-Afganistán, una instancia bilateral centrada en “resolver posibles conflictos a lo largo de la Línea Durand”, la frontera de facto entre ambos países, según informó el portavoz talibán Zabihullah Mujahid a través de la red social X. Esta es la primera reunión del comité desde enero de 2024, en un periodo marcado por el deterioro de las relaciones bilaterales.

La tensión entre ambos gobiernos se intensificó desde el inicio, el pasado 1 de abril, de una nueva fase de la campaña paquistaní de deportación de afganos. “Entre el 1 y el 13 de abril de 2025, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) registró un fuerte aumento de los retornos forzosos, con casi 60.000 personas que cruzaron de regreso a Afganistán a través de los puestos fronterizos de Torjam y Spin Boldak”, ha informado el organismo en un comunicado indicando que ha prestado asistencia a cerca de 10.650 de ellas.

ARCHIVO - Refugiados afganos se
ARCHIVO - Refugiados afganos se instalan en un campamento cerca del paso fronterizo de entre Pakistán y Afganistán en Torkham, Afganistán. (AP Foto/Ebrahim Noroozi, Archivo)

Desde 2023, el Gobierno paquistaní ha endurecido su política migratoria, extendiendo en abril de 2025 las deportaciones incluso a afganos que portaban la tarjeta de ciudadanía afgana, un documento que les otorgaba residencia temporal. Esta medida coincidió con un aumento de las expulsiones en Irán, generando un flujo migratorio sin precedentes desde ambos países hacia Afganistán.

La ola migratoria forzada ha afectado a alrededor de 2,5 millones de afganos indocumentados desde septiembre de 2023, como consecuencia de políticas similares implementadas tanto en Pakistán como en Irán. De este total, el 54% ha sido deportado por las autoridades, según datos de la OIM.

El lunes, el ministro de Exteriores talibán, Amir Khan Muttaqi, trasladó al encargado de negocios paquistaní en Kabul, Rehman Nizamani, su preocupación por la forma en que las autoridades paquistaníes están tratando a los migrantes afganos. Según Muttaqi, este trato perjudica los vínculos diplomáticos entre ambas naciones.

Afganos esperan a recibir luz
Afganos esperan a recibir luz verde para salir hacia su país de origen en un campamento de deportación habilitado por las autoridades para inmigrantes sin permiso de residencia en Chaman, una localidad en la frontera entre Pakistán y Afganistán. (AP Foto/Habibullah Achakzai)

A las tensiones migratorias se suman los enfrentamientos militares esporádicos en la frontera común y las acusaciones reiteradas por parte de Islamabad hacia los talibanes por supuestamente albergar a insurgentes que, posteriormente, llevan a cabo ataques en territorio paquistaní.

El Gobierno paquistaní ha justificado las deportaciones por razones de seguridad, al señalar que las provincias de Jiber Pajtunjua y Baluchistán son escenarios recurrentes de atentados atribuidos a los talibanes paquistaníes. Según Islamabad, estos grupos operan desde Afganistán, donde contarían con respaldo y refugio bajo la protección del actual Gobierno talibán.

Pese a los llamamientos de organizaciones de derechos humanos para que se revise esta política, las expulsiones continúan. Diversos grupos han denunciado también casos de detenciones arbitrarias y deportaciones forzadas, en un contexto de creciente presión sobre la población migrante afgana en Pakistán.

(Con información de EFE)