
La atmósfera terrestre está permitiendo que más luz solar alcance la superficie, lo que acelera el calentamiento global a un ritmo mayor de lo previsto.
Un estudio de investigadores de los Estados Unidos y Canadá reveló que la reducción de la contaminación atmosférica hizo que las nubes sobre los océanos sean menos reflectantes.
Basado en dos décadas de observaciones satelitales, el hallazgo, que fue publicado en la revista Nature Communications, muestra cómo las acciones para limpiar el aire pueden tener efectos inesperados en el clima.

El primer autor fue Knut von Salzen, científico del Departamento de Ciencia del Clima y la Atmósfera de la Universidad de Washington, en Seattle, y del Centro Canadiense para el Modelado y el Análisis del Clima.
Analizaron datos de los océanos Pacífico nororiental y Atlántico, regiones donde el calentamiento superficial avanza con rapidez.
Entre 2003 y 2022, las nubes en estas zonas se volvieron casi un 3% menos reflectantes por década.
El estudio atribuye cerca del 70% de este cambio a la disminución de aerosoles, partículas diminutas que flotan en la atmósfera y afectan tanto la cantidad como la composición de las nubes.

Aunque esos compuestos resultan dañinos para la salud, también ayudaban a que las nubes reflejaran más luz solar, al enfriar el planeta.
Al reducir la presencia de aerosoles, las gotas de agua en las nubes aumentan de tamaño, lo que provoca que caigan más rápido como precipitación y que las nubes duren menos tiempo.
Así, la atmósfera pierde parte de su capacidad para reflejar la radiación solar, permitiendo que más calor llegue a la superficie terrestre.
Consecuencias del cambio en las nubes

La disminución de la reflectividad de las nubes ha tenido un impacto directo en el ritmo del calentamiento global.
El efecto refrescante de la contaminación atmosférica enmascaró durante décadas el aumento de temperatura causado por los gases de efecto invernadero. Ahora, al mejorar la calidad del aire, este “escudo” se debilita y el calentamiento se acelera.
Los océanos Pacífico nororiental y Atlántico, donde se ha observado este fenómeno con mayor claridad, están experimentando un aumento de temperatura más rápido que otras regiones del planeta.
Este calentamiento amenaza la salud de los ecosistemas marinos y la sostenibilidad de las pesquerías, ya que altera las condiciones de vida de numerosas especies.

El impulso global para reducir la contaminación atmosférica fue fundamental para proteger la salud humana y el ambiente.
La Ley de Aire Limpio y otras iniciativas similares han logrado disminuir la cantidad de aerosoles en la atmósfera.
Sin embargo, como señalaron los científicos, este avance ha traído el reto de comprender y gestionar los efectos secundarios sobre el clima.
Los científicos subrayan la importancia de actualizar los modelos climáticos para reflejar con mayor precisión la relación entre aerosoles, nubes y radiación solar.
Solo así será posible prever con exactitud cuánto aumentarán las temperaturas en el futuro y diseñar estrategias de mitigación más efectivas.
Soluciones e investigaciones en curso

Ante la aceleración del calentamiento global, la comunidad científica explora alternativas para aumentar la reflectividad de las nubes sin recurrir a contaminantes.
Una de las propuestas en estudio es el llamado "blanqueamiento de nubes marinas", que consiste en rociar agua de mar en la atmósfera para formar nubes más brillantes y duraderas.
Con esa técnica, se busca reemplazar las partículas dañinas por otras que no representen un riesgo para la salud, pero que mantengan el efecto refrescante.
No obstante, los expertos advierten que se necesita más investigación para garantizar que estas intervenciones sean seguras y no generen consecuencias imprevistas.

Mientras tanto, los resultados del estudio servirán para mejorar las proyecciones sobre el impacto del cambio climático a escala global.
La rapidez con la que avanza el calentamiento global exige reconsiderar las estrategias de mitigación y adaptación, ya que los cambios en el clima están superando las expectativas iniciales.
El doctor von Salzen señaló: “Podríamos estar subestimando las tendencias de calentamiento. Creo que esto aumenta la presión sobre todos para replantear la mitigación y adaptación al clima, porque el calentamiento avanza más rápido de lo esperado”.
En ausencia de aerosoles, cada gota de nube contiene más agua, pero cuando hay aerosoles presentes, la misma cantidad de agua se distribuye entre muchas más gotas.
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