
Los bosques no solo embellecen el planeta, sino que constituyen un escudo vital frente al calentamiento global. Preservarlos es clave para proteger la biodiversidad, regular el clima y asegurar recursos esenciales para la humanidad.
Según ha divulgado el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, los bosques son ecosistemas críticos, ya que proporcionan hábitats para la mayoría de las especies del planeta y medios de vida para casi 1.000 millones de personas. Los bosques sanos desempeñan un papel crucial en la mitigación del cambio climático al actuar como sumideros de carbono y absorber miles de millones de toneladas métricas de CO2 al año. Sin embargo, están amenazados debido a la deforestación y la degradación".
“Si de verdad queremos mantener el calentamiento global por debajo del umbral crítico de 2 °C, debemos realizar esfuerzos colectivos para conservar, restaurar y gestionar los bosques de forma sostenible, empezando por reconocer su papel invaluable en la consecución de dicho objetivo", sumaron desde el Programa.
Para la ONU, estos sitios “cubren casi el 31% de la superficie de nuestro planeta y albergan más del 80% de todas las especies terrestres de animales, plantas e insectos. Sin embargo, el deterioro de la biodiversidad se está produciendo a un ritmo más rápido ahora que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad”.
En el mundo, se queman o talan alrededor de 13 millones de hectáreas de bosques cada año, según The Nature Conservancy (TNC). Esta pérdida de cobertura forestal no solo afecta la biodiversidad y el clima, sino también la vida de comunidades locales, campesinas e indígenas, que dependen de estos ecosistemas para su subsistencia.
Además de la preservación, la restauración de bosques degradados se presenta como una herramienta clave en la lucha contra el cambio climático. Plantar árboles en zonas dañadas permite recuperar la biodiversidad, mejorar la calidad del aire y crear sumideros de carbono que absorben dióxido de carbono de la atmósfera.
The Nature Conservancy divulga que “plantar árboles en bosques dañados o talados crea un cultivo de árboles jóvenes consumidores de carbono. A medida que crecen los árboles –a lo largo de 50 a 100 años– absorben CO2 del aire y, a su vez, recuperan el hogar para pájaros y para la vida silvestre”.
En América Latina, la situación es particularmente alarmante. Argentina, por ejemplo, perdió cerca de 7 millones de hectáreas de bosques nativos entre 1998 y 2022, según datos de Greenpeace, y tan solo en 2024 la deforestación en el norte del país alcanzó casi 150.000 hectáreas y afecta principalmente a las provincias del norte del país, como Salta, Santiago del Estero, Chaco y Formosa.
Es por ello que expertos consultados plantearon a Infobae claves de la importancia de los bosques para frenar el calentamiento global.

1- Los bosques son reguladores naturales del clima y sumideros de carbono
La función más reconocida de los bosques en la lucha contra el calentamiento global es su capacidad para capturar dióxido de carbono. A través de la fotosíntesis, los árboles transforman CO2 en biomasa y liberan oxígeno, actuando como pulmones del planeta. Sin esta absorción natural de carbono, la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera sería significativamente mayor, acelerando el calentamiento global y sus consecuencias.
La protección de bosques existentes es tan importante como la reforestación, ya que los ecosistemas maduros almacenan grandes cantidades de carbono acumuladas durante décadas. La tala y quema de bosques liberan este carbono almacenado al aire, intensificando el efecto invernadero.

Actividades como la producción de madera, la expansión agrícola o la conversión de bosques en tierras de pastoreo contribuyen directamente a la liberación de CO2, incrementando la temperatura global y alterando los patrones climáticos. Los bosques intactos, en cambio, regulan el clima a escala local y global, proporcionando estabilidad en la temperatura y precipitación, lo que es fundamental para la agricultura y la seguridad alimentaria.
Además, los bosques tropicales desempeñan un rol clave en la formación de nubes y la generación de lluvias, gracias a la evaporación de agua de su follaje y suelos. Este ciclo contribuye a mantener el equilibrio hídrico en regiones extensas y evita sequías prolongadas que afectan a millones de personas. En términos simples, conservar los bosques significa conservar un sistema climático estable, vital para la vida en la Tierra.
2- Los bosques conservan la biodiversidad y servicios ecosistémicos
Los bosques son el hogar del 80% de la biodiversidad terrestre. Albergan desde especies de árboles únicas hasta mamíferos, aves, reptiles, anfibios y millones de microorganismos. Esta riqueza biológica no solo tiene valor intrínseco, sino que asegura la estabilidad de los ecosistemas y la continuidad de los servicios que brindan, como polinización, control natural de plagas, y producción de alimentos y medicinas.
“Los bosques vivos sostienen la vida: benefician a las personas, a las plantas y a los animales por todo el trabajo invisible que realizan como almacén de carbono. También ayudan a controlar el clima del planeta y las precipitaciones”, señaló The Nature Conservancy. La pérdida de biodiversidad debilita estos sistemas, reduciendo la capacidad de los bosques para adaptarse a cambios climáticos y para continuar proporcionando servicios esenciales a las comunidades humanas.

La deforestación genera fragmentación de hábitats y pone en riesgo a especies endémicas, que dependen de áreas específicas para sobrevivir. En Argentina, por ejemplo, los desmontes en provincias como Salta, Chaco y Formosa han afectado gravemente ecosistemas nativos, provocando la pérdida de hábitats y el desplazamiento de comunidades locales.
“Estamos en vísperas de una cumbre de cambio climático COP30 que se realizará en la ciudad brasileña de Belén, en plena Amazonía, donde se espera que se avance con financiamiento para la protección de los bosques y con un plan concreto para cumplir con la meta de Deforestación Cero para el año 2030”, precisó a Infobae Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Argentina.
“El monitoreo satelital de la organización ecologista estima que durante 2024 la pérdida de bosques en el norte de Argentina fue de casi 150.000 hectáreas, mientras que los incendios forestales en la Patagonia durante los primeros meses de 2025 arrasaron con cerca de 32.000 hectáreas de bosques”, agregó.
3- Los bosques protegen el suelo y el ciclo del agua
Más allá de la captura de carbono y la biodiversidad, los bosques cumplen funciones clave en la protección de suelos y recursos hídricos. Sus raíces estabilizan el terreno y previenen la erosión, mientras que la vegetación y la cobertura del suelo regulan la infiltración del agua, recargan acuíferos y previenen inundaciones.
En áreas degradadas, la ausencia de árboles puede derivar en desertificación y pérdida de productividad agrícola, afectando la seguridad alimentaria y económica de comunidades enteras.
Según dijo anteriormente a Infobae Emiliano Ezcurra, director de Banco de Bosques, “los bosques tienen un valor enorme en muchos aspectos en el país. Protegen las cuencas que riegan cultivos estratégicos como la caña de azúcar. También evitan inundaciones y son herramientas clave de la atracción del turismo para distintas provincias”.

La conservación de bosques no solo protege la fauna y flora, sino también el equilibrio de los suelos y las cuencas hidrográficas, esenciales para la agricultura y el suministro de agua. Además, brindan refugio a especies que ayudan a controlar plagas de forma natural.
Una estrategia integral frente al cambio climático
Conservar y restaurar los bosques es una de las estrategias más efectivas para frenar el calentamiento global, garantizar la biodiversidad y proteger recursos esenciales.
Un relevamiento de Greenpeace en 1000 personas en el país, indica que el 86% de los argentinos considera que proteger los bosques es clave para enfrentar el cambio climático.

Aporte de los árboles en la conservación del medio ambiente
Los árboles juegan un papel fundamental en la conservación del medio ambiente:
- Liberan el oxígeno y transforman el dióxido de carbono (CO2) en biomasa, reduciendo el efecto invernadero.
- Son reguladores de los ciclos hidrológicos contribuyendo a evitar inundaciones.
- Previenen la erosión de los suelos, favoreciendo el desarrollo de la agricultura.
- Constituyen el hábitat de especies de plantas, aves, mamíferos, reptiles y anfibios.
- En las zonas selváticas contribuyen a formar un ambiente húmedo.
- Contribuyen a regular el clima, reduciendo los efectos del cambio climático generado principalmente por el hombre.
- Son una fuente de materia prima para la elaboración de medicinas, alimentos, papel, combustible (madera y carbón), fibras y otros materiales naturales como corcho, resinas y caucho.
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