
Una investigación advierte sobre eventos de sequía extrema que podrían afectar tanto a las grandes ciudades como a zonas agrícolas y rurales a nivel global.
Además, el estudio predice el surgimiento de fenómenos de escasez de agua prolongados y simultáneos. El informe se publicó en Nature Communications, bajo la autoría de Vecchia P. Ravinandrasana y Christian L. E. Franzke, quienes lideran el equipo del Centro de Física Climática del Instituto de Ciencias Básicas en la Universidad Nacional de Pusan.
Evidencias sobre el avance de la escasez extrema de agua
La investigación definió por primera vez a escala global el momento y los lugares en los que el suministro local de agua dejaría de cubrir la demanda regional por precipitaciones, ríos y reservorios. Esta situación es identificada como “Day Zero Drought” (DZD) o “Sequías del Día Cero”. Este concepto describe un episodio en el que la escasez de agua surge a partir de la convergencia de déficit de lluvias prolongadas, reducción del caudal de afluentes y aumento sostenido en el consumo.
El estudio concluyó que la frecuencia de estos eventos aumentará de forma drástica en los próximos años. “Incluso si se alcanza el objetivo de 1,5 °C, cientos de millones de personas aún enfrentarán faltas de agua sin precedentes”, afirmó Ravinandrasana en un comunicado oficial.
Los autores subrayan que la vulnerabilidad de núcleos urbanos resulta particularmente marcada, ya que muchas ciudades dependen casi en su totalidad del agua superficial. De acuerdo con el trabajo, el fenómeno proyectado no solo amenaza a urbes de África y Asia, sino que se identificaron áreas críticas para DZD en la cuenca mediterránea, el sur de África y zonas de Norteamérica.
También notaron posibles impactos graves en regiones agrícolas de India, Australia y China. El riesgo se define como multidimensional, por combinar sequías de varios años, disminución de aguas superficiales e incremento de la demanda.
Los autores estimaron que alrededor del 35% de las regiones vulnerables alcanzarán el primer episodio de DZD en unos 15 años. Según las simulaciones expuestas por los expertos, aproximadamente 750 millones de personas quedarán expuestas a escenarios de escasez extrema hacia finales del siglo XXI, con una distribución que afecta más a áreas urbanas en el Mediterráneo y rurales en África y Asia.

La investigación utiliza el índice “Time of First Emergence” (ToFE), que identifica la primera década en la que un evento de escasez extrema de agua puede atribuirse directamente a la influencia humana sobre el clima, para determinar cuándo una región sufrirá por primera vez un DZD atribuible al cambio climático. En palabras de Franzke, “el 14% de los grandes reservorios de agua podría secarse ya durante su primer DZD, con impactos severos en los medios de vida de la población”.
Variables clave usadas para anticipar las sequías extremas
El trabajo recurrió a la última generación de modelos climáticos globales, como el CESM2 Large Ensemble, que integra hasta 100 simulaciones distintas bajo dos escenarios de emisión de gases de efecto invernadero, el SSP3-7.0 y el SSP2-4.5. El primero representa un mundo con altas emisiones y escasa cooperación internacional, mientras que el segundo proyecta un futuro con políticas de mitigación moderadas y menores emisiones.
Esta aproximación permitió aplicar un marco probabilístico sobre la aparición de eventos compuestos de sequía, es decir, la coincidencia de múltiples extremos hidrológicos de larga duración. Para identificar el DZD, los investigadores combinaron diferentes índices estandarizados: la relación entre precipitación y evapotranspiración, el caudal de ríos, el balance entre oferta y demanda de agua, y el tiempo estimado para que los reservorios se vacíen.
El documento advierte que las cifras pueden variar por las limitaciones propias de los modelos y la falta de información detallada sobre el consumo sectorial de agua y las prácticas locales de gestión. Como señala el estudio, la exclusión de los acuíferos limita el alcance de las estimaciones, dado que el agua subterránea mitiga la sequía en muchas regiones.
No obstante, los autores recalcan que el enfoque probabilístico les permitió establecer una tendencia robusta. Ante la incertidumbre, Ravinandrasana remarcó: “Las ‘Day Zero Droughts’ no son un escenario lejano: ya están ocurriendo. Sin adaptación inmediata y una gestión sostenible del agua, cientos de millones probablemente enfrentarán faltas de agua inéditas”.
Poblaciones más afectadas y riesgos para el acceso al agua
El diagnóstico y la proyección realizados buscan servir de base para diseñar estrategias de gestión del agua más efectivas para comunidades rurales y urbanas. Según los resultados, el impacto de la sequía compuesta podría afectar de forma desproporcionada a las poblaciones más expuestas y vulnerables, y no se limitaría a una sola región.
El modelo utilizado permite cuantificar cómo los episodios de DZD ponen en riesgo la seguridad hídrica, alimentaria y económica, tanto por la reducción de los periodos de recuperación entre eventos como por la persistencia de las crisis. Como documenta la investigación, “las poblaciones urbanas estarán más expuestas en el Mediterráneo, con 196 millones de habitantes en ciudades y 85 millones en áreas rurales en riesgo”.

Por su parte, los entornos rurales de África y Asia verán amenazados los medios de vida por el deterioro del acceso al agua y la inseguridad alimentaria resultante de las caídas en los rendimientos agrícolas.
El artículo subraya que la implantación de políticas de adaptación, desde la diversificación de fuentes hasta la replanificación de reservorios, la reutilización o la modernización de infraestructuras, resulta crítica a mediano plazo para reducir los impactos.
Ravinandrasana manifestó: “Nuestro estudio muestra que el calentamiento global causa y acelera condiciones de ‘Day Zero Drought’ en todo el mundo”. El investigador insistió en la urgencia de políticas que integren ciencia climática y gestión local, para evitar que las próximas décadas resulten en una crisis inédita para el acceso al agua.