Un mosaico de cerámica revela el tablero de juego maya más antiguo conocido

La integración arquitectónica y la datación precisa abren nuevas líneas de investigación sobre la cultura lúdica mesoamericana

Guardar
El tablero de patolli hallado
El tablero de patolli hallado en Naachtun, Guatemala, es el más antiguo conocido en la cultura maya, datado en el siglo V d.C. - (Latin American Antiquity)

La integración arquitectónica y la datación precisa de un tablero de patolli descubierto en Naachtun, Guatemala, abren nuevas líneas de investigación sobre la cultura lúdica mesoamericana.

El hallazgo fue realizado por un equipo internacional de arqueólogos durante las excavaciones del Proyecto Petén-Norte Naachtun, dirigido por Philippe Nondédéo e integrado por especialistas del CNRS, la Universidad de París 1 y la Universidad de San Carlos de Guatemala.

El tablero, elaborado como un mosaico de cerámica incrustado en el suelo, data del siglo V d.C. y fue localizado en el Grupo Residencial 6L13, bajo la Estructura 6L-19, en el sitio arqueológico de Naachtun (Petén).

Según la revista Latin American Antiquity (2025), representa el primer ejemplo conocido de integración arquitectónica de este tipo de tablero en el mundo maya. Esta singular pieza se destaca tanto por su antigüedad como por su innovadora técnica de construcción, aportando nuevas perspectivas sobre la función social y simbólica de los juegos en la civilización maya.

Los análisis y la publicación de los resultados estuvieron a cargo de Julien Hiquet y Rémi Méreuze, quienes identificaron el tablero incrustado en el mortero fresco del suelo. Esto permitió asociar la pieza con la fase constructiva de la estructura y datarla con mayor precisión en el periodo Clásico Temprano, entre los años 400 y 550 d.C.

La excavación reveló que el tablero formaba parte de una residencia de élite o de un pequeño centro administrativo local, lo que sugiere un uso restringido a las clases altas o en contextos ceremoniales. La zona se distingue por su arquitectura y materiales, reflejando la prosperidad y el estatus de sus ocupantes durante el periodo clásico maya.

La integración arquitectónica del tablero
La integración arquitectónica del tablero de cerámica revela una innovación técnica sin precedentes en la civilización maya - (Latin American Antiquity)

A diferencia de otros tableros de patolli conocidos, grabados o pintados sobre superficies preexistentes, el ejemplar de Naachtun fue construido mediante la incrustación de cerca de 478 fragmentos de cerámica roja y naranja en el mortero del suelo, creando un mosaico. Esta técnica, no documentada previamente en el corpus arqueológico maya, requirió la recolección y selección de pequeños fragmentos de vasijas domésticas, la mayoría homogéneos en tamaño y color, lo que evidencia un proceso planificado y un esfuerzo considerable en su construcción.

El diseño rectangular con cruz central responde al motivo maya más común para este tipo de juegos. Las dimensiones originales del tablero (80 por 110 centímetros) lo sitúan entre los más grandes registrados hasta ahora.

La elección de fragmentos de cerámica rojiza podría tener connotaciones simbólicas, ya que el color rojo en la cosmovisión maya se asocia con el Este, según Latin American Antiquity. Además, la integración del tablero desde el inicio de la construcción indica un uso prolongado, a diferencia de los tableros grabados cuya datación suele ser incierta.

El tablero seguía un motivo maya familiar, aunque el estilo de construcción era único y diferente a cualquier otro ejemplo descubierto hasta la fecha, lo que resalta la innovación técnica y cultural de este hallazgo.

El patolli era un juego de mesa practicado en Mesoamérica desde al menos el 200 a.C., extendido entre toltecas, aztecas y mayas. Se localizaba en palacios, templos y residencias de élite, así como en documentos históricos y códices, lo que demuestra su importancia en la vida social, lúdica y ritual de estas culturas. Los tableros cumplían funciones que iban desde el entretenimiento hasta la participación en prácticas espirituales y ceremoniales.

El hallazgo en el Grupo
El hallazgo en el Grupo Residencial 6L13 sugiere que el juego de patolli estaba reservado a la élite o a contextos ceremoniales - (Latin American Antiquity)

El tablero de Naachtun, por estar incrustado en el mortero y vinculado directamente a la fase constructiva de la estructura, permite por primera vez establecer una relación clara entre el juego y la arquitectura, así como su función en la vida cotidiana y ceremonial de la élite maya. Latin American Antiquity sostiene: “Esta forma de crear el tablero podría aportar un nuevo enfoque sobre la forma en que se jugaba: indica que los tableros podían ser planeados en la arquitectura desde su construcción, y que podían tener un uso a largo plazo”.

Este descubrimiento ofrece respuestas a preguntas históricas acerca de la datación, función y durabilidad de los tableros de patolli en la cultura maya. La posibilidad de asociar el tablero con una fase constructiva específica permite descartar la hipótesis de una adición posterior o de un elemento ritual de cierre, como ocurre en otros ejemplos, según Latin American Antiquity.

La técnica de mosaico empleada es excepcionalmente rara en la arquitectura maya, donde los mosaicos de piso prácticamente no tienen precedentes antes del periodo colonial. Este descubrimiento sugiere una innovación arquitectónica y una intención de generar un espacio lúdico y simbólico duradero, lo que impulsa nuevas preguntas sobre la integración de los juegos en la vida y pensamiento de las sociedades mesoamericanas.

La datación precisa, basada en el análisis de los fragmentos cerámicos y la estratigrafía, sitúa su origen en el siglo V d.C., transformándolo en uno de los ejemplos más antiguos documentados en la región.

El equipo de arqueólogos reconoce que aún existen interrogantes sobre la función exacta de las estructuras 6L-19 y 6L-20 y sobre el contexto arquitectónico específico. Las futuras excavaciones buscarán determinar si el tablero estuvo asociado a un espacio techado y profundizarán en el análisis de los materiales y la disposición espacial del conjunto. El objetivo será comprender mejor el papel de los juegos en la sociedad maya.

Este tablero de patolli constituye un caso excepcional que enriquece el conocimiento sobre la cultura lúdica y arquitectónica de los mayas, y ofrece nuevas claves para abordar cuestiones aún no resueltas sobre los juegos de mesa en Mesoamérica.