
Hace miles de años, los océanos cubrían extensiones de tierra que hoy permanecen secas. Un estudio publicado en la revista Science reveló que, durante la última era glacial, el nivel del mar alcanzó alturas de hasta 20 metros por encima del actual.
Este hallazgo, liderado por Peter Clark, paleoclimatólogo de la Universidad Estatal de Oregón, Estados Unidos, desafía la visión tradicional sobre la historia climática de la Tierra y plantea nuevas preguntas sobre el comportamiento de las capas de hielo y el cambio climático.

El análisis muestra que estas fluctuaciones extremas en el nivel del mar no se limitaron al final de la era glacial, como se pensaba.
Los grandes cambios ocurrieron a lo largo de todo el Pleistoceno, un periodo que abarca desde hace 2,6 millones hasta 11.700 años.
Clark destacó que el descubrimiento representa “un cambio de paradigma en nuestra comprensión de la historia de la edad de hielo”.
Durante el Pleistoceno, la Tierra atravesó ciclos de glaciación marcados por la formación y el deshielo de enormes capas de hielo en el hemisferio norte, especialmente sobre América del Norte y Eurasia.
Estos procesos provocaron variaciones drásticas en el nivel del mar, que quedaron registradas en los restos de organismos microscópicos marinos llamados foraminíferos.

Los foraminíferos son microfósiles presentes en los sedimentos del fondo oceánico y permiten a los científicos reconstruir el clima del pasado.
Para obtener estos datos, los investigadores analizaron núcleos de sedimentos extraídos del lecho marino. Cada núcleo contiene capas que corresponden a diferentes épocas, y en ellas se encuentran los foraminíferos.
El estudio de sus conchas, junto con otros indicadores químicos, permite estimar la temperatura y el volumen de hielo en cada periodo, lo que a su vez revela los cambios en el nivel del mar.

Hasta hace poco, la comunidad científica creía que los grandes aumentos y descensos del nivel del mar solo se producían al final de la era glacial, durante la llamada transición del Pleistoceno medio, ocurrida entre 1,25 millones y 700.000 años atrás.
En ese momento, los ciclos de glaciación pasaron de durar 41.000 años a 100.000 años, y las capas de hielo se hicieron más grandes.
Clark explicó que todas las teorías anteriores se centraban en el crecimiento progresivo de las capas de hielo a través de esa transición, y que cada reconstrucción del nivel del mar seguía la misma narrativa.

El nuevo estudio reconstruyó los cambios en el nivel del mar durante los últimos 4,5 millones de años.
Encontró que muchos de los ciclos glaciales tempranos, cuando los periodos eran de 41.000 años, presentaron fluctuaciones tan grandes como las de los ciclos más recientes.
Clark señaló que la presencia de grandes capas de hielo durante todo ese tiempo sugiere que su formación y desaparición dependieron más de retroalimentaciones internas del sistema climático que de factores externos.
“Este hallazgo desafía la sabiduría convencional sobre la transición del Pleistoceno medio y nos obliga a buscar nuevas explicaciones”, afirma el paleoclimatólogo.

Las implicancias del nuevo trabajo publicado en Science van más allá de la historia geológica. Clark advirtió que comprender cómo interactúan las capas de hielo y el clima en el pasado ayuda a anticipar los riesgos actuales y futuros.
Hoy, la Tierra cuenta con dos grandes capas de hielo, en la Antártida y Groenlandia, cuya estabilidad resulta clave para el nivel del mar y el clima global.
El estudio contó con la colaboración de expertos de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y China.
Entre los coautores figuran Steven Hostetler y Nicklas Pisias de la Universidad Estatal de Oregón, Jeremy Shakun de Boston College, Yair Rosenthal de la Universidad Rutgers y David Pollard de la Universidad Estatal de Pensilvania,

También colaboraron Peter Kohler del Instituto Alfred-Wegener de Alemania, Patrick J. Bartlein de la Universidad de Oregón, Jonathan M. Gregory de la Universidad de Reading del Reino Unido, Chenyu Zhu de la Academia China de Ciencias, Daniel P. Schrag de la Universidad de Harvard y Zhengyu Liu de la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos.
El conocimiento detallado del pasado permite comprender mejor las complejas relaciones entre las capas de hielo y el clima, y ofrece una perspectiva valiosa sobre los posibles escenarios que la humanidad podría enfrentar en los próximos siglos.