La nueva geografía química del narcotráfico con Brasil en el centro: drogas sintéticas, farmacias robadas y “cocaína negra”

Una operación policial reveló la estrategia del crimen organizado, que busca inundar el mercado ilegal internacional con envíos desde el país sudamericano a Estados Unidos

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Bolso con la inscripción ‘Fentanyl’
Bolso con la inscripción ‘Fentanyl’ a la venta en línea

La reciente operación de la Policía Federal brasileña, rebautizada como “Banda Negra” (Tarja Preta en portugués), ha alertado sobre un nuevo fenómeno en Brasil: el uso de laboratorios farmacéuticos y farmacias como nuevo foco del crimen organizado para abastecerse de drogas sintéticas y precursores e inundar también el mercado internacional. No es casualidad que la operación se haya denominado “Banda Negra”, término con el que en Brasil se designan los medicamentos controlados que solo pueden venderse con una receta médica especial debido a sus efectos sobre el sistema nervioso central.

Según los investigadores, la red criminal era originaria de Rio das Ostras, en el estado de Río de Janeiro. Su líder, también ciudadano brasileño, residía en Orlando, Florida. Allí se enviaban ilegalmente, sin receta médica, miles de medicamentos controlados, como potentes sedantes a base de alprazolam, zolpidem y metilfenidato. Al menos dos farmacias brasileñas abastecían a la banda criminal. Esta enviaba los medicamentos por correo a Estados Unidos mediante intermediarios en Brasil, quienes presentaban documentación o declaraciones con contenido falso. A menudo eran los propios propietarios de las farmacias quienes enviaban los medicamentos a Estados Unidos. Los destinatarios no eran los clientes finales, sino otros miembros del grupo criminal que distribuían los medicamentos con fines de narcotráfico. La investigación, llevada a cabo por la Policía Federal de Macaé, en el estado de Río de Janeiro, con la colaboración de Correos de Brasil y las autoridades estadounidenses, también sacó a la luz transacciones financieras atípicas y transferencias bancarias sospechosas, interpretadas por los investigadores como operaciones de blanqueo de capitales.

Tras el reportaje exclusivo de Infobae sobre la misteriosa sede brasileña de la argentina HLB Pharma, que producía viales de fentanilo contaminado con los que murieron un centenar de pacientes hospitalizados en el país vecino, la alerta de las autoridades es ahora muy alta también en el resto de América Latina, como lo demuestra la noticia de que la policía uruguaya ha encontrado viales brasileños de fentanilo en poder de traficantes de ese país. En Brasil, las farmacias también han sido blanco de grupos criminales que las atracan, sobre todo en San Pablo, no solo para robar las carísimas plumas adelgazantes, sino también los medicamentos controlados y las sustancias que pueden utilizar como precursores de drogas sintéticas. Los datos oficiales de la Secretaría de Seguridad Pública de la capital financiera de Brasil indican un aumento de más del 18% en el número de robos en farmacias si se compara el periodo comprendido entre enero y septiembre de 2025 con el mismo intervalo del año pasado, hasta tal punto que se ha vuelto muy frecuente ver guardias de seguridad armados fuera de las farmacias paulistas.

En Brasil también crece el consumo de cocaína rosa, compuesta casi siempre por ketamina y éxtasis, a las que se añaden otras drogas sintéticas, entre ellas el fentanilo. También está aumentando el consumo de nitazenos, opioides sintéticos casi 40 veces más potentes que el fentanilo. La policía científica de San Pablo ha detectado nitazenos en el 95% de las incautaciones de opioides en el estado paulista. En el 71% de los casos se mezclaba con otras sustancias, principalmente cannabinoides sintéticos, las llamadas drogas K. La primera incautación de nitazenos tuvo lugar el pasado mes de diciembre en un laboratorio clandestino donde se producían drogas K, situado en Mogi das Cruzes, a 60 km de San Pablo.

Mientras que el fentanilo, cuyos precursores proceden en su mayoría de China, ha sido el centro de las recientes negociaciones entre Washington y Pekín, expertos europeos han señalado a Infobae una peligrosa tendencia que ha aparecido en Temu, una aplicación china de comercio electrónico. Tanto en Europa como en Brasil, en Temu se pueden comprar todo tipo de gadgets. Desde tazas hasta camisetas, bolsos y cojines con la imagen de las pastillas y el nombre del fentanilo, de la efedrina y potentes somníferos. Además, está la naloxona, el fármaco de emergencia utilizado en las sobredosis de fentanilo. Según Riccardo Gatti, psiquiatra y uno de los mayores expertos italianos en problemas relacionados con el consumo de drogas y las adicciones patológicas, se trata de un merchandising peligroso que normaliza y “hace simpáticas sustancias cuyo abuso puede generar problemas muy graves. En 2024, solo en Estados Unidos murieron más de 80.000 personas a causa del fentanilo. En años anteriores, aún más”.

Cocaína negra

El nuevo y lucrativo mercado de las drogas sintéticas también está empujando al crimen organizado brasileño a adquirir nuevos conocimientos químicos con la ayuda de criminales de países como Colombia y México. En los últimos días se han incautado 40 kg de cocaína negra en una villa de Manaos, en la Amazonia, que se utilizaba como almacén. La droga estaba destinada a Australia. “La cocaína negra es una evolución muy sofisticada de las técnicas de ocultación. Se trata de cocaína transformada químicamente para adquirir un color y una consistencia diferentes y resultar completamente invisible a los controles ordinarios. Puede incorporarse a resinas, plásticos, materiales carbonosos o incluso mezclarse con polvos minerales: una vez que llega a su destino, se ‘regenera’ en laboratorios clandestinos”, explica a Infobae Ruggero Scaturro, analista senior de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional (GI-TOC), una red de expertos para facilitar el diálogo mundial sobre el crimen organizado. Scaturro es uno de los autores de un informe publicado estos días por la GI-TOC titulado “El espejismo blanco. Lo que no nos dice la disminución de la cantidad de cocaína incautada en Europa occidental”. El informe explica cómo la significativa reducción de las incautaciones de cocaína en los puertos del noroeste de Europa no se debe a una disminución de los envíos desde América Latina, sino más bien a nuevas rutas y estrategias.

“El hecho de que se haya interceptado un cargamento tan grande en la Amazonia confirma una tendencia que está creciendo rápidamente en Brasil, a saber, el uso de la región amazónica como corredor privilegiado para envíos de alto valor añadido y bajo riesgo. Aquí, los grupos criminales disponen de laboratorios, alianzas transfronterizas con redes colombianas y peruanas y, sobre todo, de la infraestructura de la extracción ilegal de oro, que ofrece una cobertura perfecta para el transporte de materiales oscuros o pulverizados”, afirma Scaturro, según quien “la cocaína negra es el símbolo de un tráfico que hoy en día se centra más en el ingenio que en la cantidad”. “Brasil se ha convertido en un terreno fértil para este tipo de innovación criminal”, añade.

Página en Temu con merchandising
Página en Temu con merchandising con las inscripciones ‘fentanyl’ y de algunos ansiolíticos.

En la misma operación, la policía brasileña también incautó una embarcación blindada y fuertemente armada utilizada para cruzar el río Solimões, una de las principales rutas del narcotráfico en la Amazonia. En su interior había ametralladoras, rifles e incluso un lanzagranadas. En el casco, los agentes encontraron unas 6,5 toneladas de droga, la mayor incautación jamás registrada en una sola operación en el estado de Amazonas. A bordo había al menos 12 delincuentes. Dos murieron en un tiroteo y los demás huyeron al bosque cercano.

“Hoy en día ya no vemos una única gran ruta o un único puerto de salida, sino un mosaico de puntos de partida, a menudo menos controlados: barcos pesqueros, puertos secundarios, zonas fluviales, contenedores contaminados de forma cada vez más sofisticada. Paralelamente, los grupos latinoamericanos cooperan mucho más con las redes europeas —desde los grupos balcánicos hasta la (italiana) ’Ndrangheta— creando cadenas de suministro mucho más flexibles y difíciles de interceptar. En resumen, el tráfico no ha disminuido, se ha vuelto más extendido, más tecnológico y más resistente a la represión“, explica Scaturro a Infobae.

Hace unos días, diez ciudadanos brasileños fueron detenidos y se incautaron más de 7 toneladas de cocaína en aguas internacionales cerca de la isla portuguesa de Madeira, en el Atlántico Norte. La droga estaba oculta en dos barcos pesqueros que partieron de la costa del estado de Santa Catarina, en el sur de Brasil, con rumbo directo a Europa.

Si en el pasado el puerto de Santos tenía casi el monopolio del envío de droga a Europa, en los últimos años se ha producido el llamado “efecto colchón de agua” (“waterbed effect” en inglés). Con el aumento de la represión policial, los narcotraficantes se desplazan a puertos menores, creando nuevas rutas y aprovechando también el hecho de que la mayoría de las marinas en Brasil son privadas. Según Scaturro, “el refuerzo de los controles en los grandes puertos del norte de Europa, como Róterdam y Amberes, ha empujado a los grupos criminales, incluido el Primer Comando de la Capital (PCC) brasileño, a utilizar puertos más pequeños y menos vigilados. En Brasil, esto significa desplazarse de Belém a Macapá y Santana, mientras que en Europa vemos un uso creciente de puertos secundarios en Portugal, España, Francia y el Mediterráneo, además de los puertos de los Balcanes Occidentales”.

El pasado 14 de noviembre, en un lujoso edificio de apartamentos en Cascais, Portugal, fue detenido un narcotraficante brasileño del PCC, Ygor Daniel Zago, también conocido como “Hulk”. Además de ser investigado por su participación en el fraude de combustibles con metanol, está acusado de formar parte de una red del PCC vinculada a la mafia balcánica.

“Esta es una de las tendencias más importantes de los últimos años. La presencia de figuras de alto nivel del PCC en Europa ya no es solo una huida de Brasil, es una estrategia deliberada. Los grupos brasileños están tratando de acercarse al mercado final, gestionar directamente la logística y reducir la dependencia de los grandes intermediarios europeos, como los clanes balcánicos o las mafias italianas”, alerta Scaturro. Según el experto, “están europeizando una parte de la cadena de suministro. Observan de cerca las llegadas a los puertos, negocian con socios locales, coordinan los pagos y se aseguran de que el producto llegue en las condiciones requeridas”. Esta migración criminal hace que el tráfico sea más eficiente y más difícil de desmantelar. “El PCC ya no es solo un proveedor al otro lado del Atlántico, se está convirtiendo en un actor estructural del mercado europeo”, concluye Scaturro.

En este nuevo escenario, complejo y globalizado, el proyecto antifacción aprobado el pasado 18 de noviembre en la Cámara de Diputados brasileña parece débil frente al gigantesco reto al que se enfrenta el país. El texto no clasifica a facciones como el PCC y el Comando Vermelho como grupos terroristas, pero tampoco propone una alternativa fuerte para combatirlos, como por ejemplo un frente único basado en el modelo de la Dirección Investigativa Antimafia (DIA) italiana. Recordemos que los estados de Brasil no comparten información entre sí de forma estructurada y, dentro de ellos, la Policía Civil y la Policía Militar suelen operar como si fueran fuerzas separadas. Pero la parte más crítica del proyecto de ley es la decisión de crear un marco jurídico completamente nuevo, en lugar de actualizar el sistema penal existente, lo que abre la puerta a conflictos normativos entre el nuevo texto y la legislación vigente. La diferencia en las clasificaciones y sanciones entre los dos instrumentos legales será utilizada por la defensa de los delincuentes, lo que podría anular los procesos o permitir lecturas más favorables de su conducta. Otra de las deficiencias del proyecto de ley se refiere al enfrentamiento armado entre facciones. La reconquista de territorios dominados por el crimen organizado requiere operaciones complejas, que aún carecen de un marco jurídico claro. Sin embargo, es positiva la salvaguarda de las prerrogativas de la Policía Federal, que las versiones anteriores del proyecto de ley habían eliminado, y la inclusión de las milicias en el ámbito de las organizaciones criminales. También se hacen más severas las penas y las reglas para la libertad condicional de los miembros de las facciones, especialmente con la nueva categoría de “dominio social estructurado”, que abarca las acciones típicas del poder que los delincuentes ejercen sobre comunidades completas y funcionarios públicos.