Estados Unidos ha trasladado sus efectivos militares en el Caribe a un lugar seguro ante la llegada prevista el martes de un huracán de gran magnitud que azotará Jamaica.
Washington tiene un número inusualmente elevado de fuerzas desplegadas en la región —siete buques de la Armada estadounidense, así como aviones de combate furtivos F-35, como parte de lo que denomina esfuerzos antinarcóticos— y existe el peligro de que estos activos se vean afectados por el huracán Melissa.
Las fuerzas estadounidenses “han implementado planes para condiciones climáticas adversas y se han retirado de cualquier zona donde las condiciones meteorológicas actuales o pronosticadas sean peligrosas y puedan representar niveles de riesgo inaceptables”, declaró el Comando Sur (SOUTHCOM) al ser consultado sobre los preparativos para la tormenta.
“A pesar de estas acciones recientes, siguen listos y capacitados para cumplir con las misiones asignadas”, declaró el SOUTHCOM, responsable de las fuerzas estadounidenses en Centroamérica y Sudamérica.
Estados Unidos comenzó a realizar ataques contra supuestos barcos de narcotráfico en la región a principios de septiembre y ha desplegado un importante refuerzo militar que, según afirma, busca frenar el narcotráfico, pero que Venezuela teme esté dirigido a un cambio de régimen.
Además de los buques y aviones de guerra ya desplegados en la zona, el grupo de ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford también ha recibido órdenes de ir a Latinoamérica, lo que supondrá un aumento masivo de su potencia de fuego.
El huracán Melissa está a solo unas horas de tocar tierra en Jamaica, y las autoridades advierten que la tormenta destruirá la infraestructura de la pequeña nación.
Las fuerzas estadounidenses podrían ser convocadas para brindar ayuda, aunque el Comando Sur no respondió de inmediato a una pregunta sobre si existe un plan para ello.
La tormenta podría interrumpir los esfuerzos de Estados Unidos para atacar a presuntos narcotraficantes en el Caribe, dificultando la operación de las fuerzas estadounidenses y, además, podría impedir que los barcos que Washington podrían atacar se hundan.
Sin embargo, los ataques han continuado en el Pacífico, donde el jefe del Pentágono, Pete Hegseth, declaró que las fuerzas estadounidenses mataron a 14 personas el lunes.
Hasta la fecha, las fuerzas estadounidenses han destruido al menos 14 embarcaciones (13 barcos y un semisumergible), causando la muerte de al menos 57 personas, según un recuento de AFP basado en cifras estadounidenses.
Washington aún no ha aportado pruebas de que sus objetivos fueran el tráfico de drogas, y los expertos afirman que los ataques son ilegales incluso si se dirigen a traficantes conocidos.
(Con información de AFP)