
Un niño de 12 años que vivía en San Carlos, a unos 20 kilómetros de Punta del Este en Uruguay, murió por un caso de púrpura fulminante, una enfermedad muy contagiosa. La noticia generó alarma en los padres de los compañeros de escuela del fallecido ya que las autoridades decidieron no cerrar el local.
El medio de Maldonado FM Gente informó que un forense confirmó que la muerte fue debido a púrpura fulminante. Esto provocó que se activara un protocolo para determinar los contactos de otras personas con el caso y también motivó la realización de quimioprofilaxis. Las autoridades encargadas de la tarea están haciendo los seguimientos respectivos.
Padres de los alumnos de la escuela 80, sin embargo, están preocupados por la situación, según declararon al medio local. En particular, reclamaron que la escuela se mantuviera abierta tras la muerte del niño. Sin embargo, las autoridades de la salud y la educación confirmaron que ya no se planea el cierre de estos centros educativos ante casos como la púrpura fulminante.

El director de Salud de Maldonado, José González, declaró al canal 12 uruguayo cómo se desarrolló la atención clínica: “El proceso asistencial que se desarrolló en el Hospital de San Carlos arrojó un diagnóstico presuntivo que está vinculado a una enfermedad infecciosa, en forma de presentación de lo que es púrpura fulminante dadas las características de las lesiones en piel y algunos elementos que surgieron del interrogatorio de los antecedentes de salud de este niño”.
Según consignó El Observador, el especialista señaló que este tipo de casos no son frecuentes, pero cuando se presentan en general son “graves” porque suelen generar una “falla multiorgánica” en el enfermo. Esto se denomina shock séptico y suele tener un desenlace letal.
La meningococemia es una enfermedad grave que afecta diferentes partes del cuerpo, según lo publicado por este medio. En la mayoría de los casos no tiene consecuencias severas pero en algunas ocasiones suele comprometer las meninges. Esto deriva en enfermedades como la meningitis –que fue lo que ocurrió con este niño–, llegar a la sangre y producir la púrpura fulminante.
Esta última etapa de la enfermedad suele ser extremadamente rápida y tener un desenlace fatal.

La transmisión de la meningitis meningocócica ocurre de persona a persona, generalmente a través de secreciones respiratorias.
Esta no es la primera muerte por púrpura fulminante en el año. En julio, un adolescente de 16 años falleció por esta causa en Fray Bentos, una ciudad del litoral uruguayo limítrofe con Argentina.
La preocupación en 2024
En 2024, Uruguay atravesó un aumento inusual de casos de meningitis, púrpura y púrpura fulminante y hubo al menos cuatro muertes en el año. Los fallecidos por este motivo fueron personas de entre uno y 53 años y el deceso fue causado por “distintos serogrupos”, informó entonces el Ministerio de Salud Pública en referencia a las conocidas como cepas o, en la jerga, los tipos de neisseria meningitidis, una de las bacterias que causa el meningococo.
La entonces ministra de Salud Pública, Karina Rando, indicó que la enfermedad “se presenta de una manera muy aguda y fulminante”. “Puede dar síntomas de hemorragias, petequias, hematomas, rigidez de nuca y síntomas de enfermedad neurológica”, señaló al hablar de ese tema.
Ante este aumento inusual, la Dirección General de Salud del MSP reiteró a los prestadores que es obligatoria la notificación de los casos e informó que se analizan posibles acciones de control adicionales. El MSP llamó a expertos para que den su opinión sobre posibles medidas para evitar que esta situación sea más grave.
El anuncio generó incertidumbre en los padres ya que la mayoría de los casos se dan en niños pequeños. El pediatra Javier Prego, jefe de la Emergencia Pediátrica del Hospital Pereira Rossell, explicó a El País que las principales manifestaciones de la infección son la fiebre elevada, de 39 o 40 grados, “persistente y de difícil control”.