Guardar
La Paz, Bolivia. 20 de
La Paz, Bolivia. 20 de octubre de 2025. REUTERS/Claudia Morales

Los primeros síntomas del cambio de posición de Bolivia en el plano internacional se vieron inmediatamente después de la victoria de Rodrigo Paz Pereira en el balotaje del domingo.

El senador centrista, que derrotó al ex presidente Jorge Quiroga (2001-2002) con el 54% de los votos, recibió felicitaciones de países, organizaciones internacionales y líderes políticos con los que Bolivia mantuvo relaciones tensas o interrumpidas en los últimos años.

El saludo que mejor ilustra este viraje es el de Estados Unidos, país que no tiene relaciones diplomáticas con Bolivia desde 2008, cuando el ex presidente Evo Morales (2006-2019) expulsó al embajador norteamericano acusado de conspirar contra su Gobierno.

“Después de dos décadas de administraciones desacertadas, la elección de Rodrigo Paz inaugura una oportunidad transformativa para ambas naciones. Estados Unidos está presto para ser socio con Bolivia en las prioridades compartidas”, señala la declaración del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio. Paz también indicó que la noche de las elecciones recibió la llamada del subsecretario de Estado, Cristopher Landau, de parte del Gobierno de Donald Trump.

El candidato presidencial Rodrigo Paz
El candidato presidencial Rodrigo Paz se dirige a sus partidarios después de que los resultados preliminares lo mostraran liderando en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en La Paz, Bolivia, el domingo 19 de octubre de 2025. (AP Foto/Natacha Pisarenko)

Ambas comunicaciones están en línea con las declaraciones que hizo Rubio en el encuentro con el argentino Javier Milei hace una semana, cuando dijo que los dos postulantes del balotaje habían manifestado su disposición a construir “relaciones más sólidas y mejores” con ese país.

El resultado electoral también fue reconocido por el Banco Mundial que manifestó a través de sus redes sociales su intención de “acompañar al país como aliado estratégico en su agenda de desarrollo”.

La líder opositora venezolana y Premio Nobel de Paz 2025, María Corina Machado, felicitó el lunes a Paz a través de una videollamada. La dirigente manifestó que los dos países están unidos en su “historia y en su destino de libertad, prosperidad y paz”. A su saludo se sumaron otros de plataformas y partidos de oposición en Venezuela, lo que anticipa un cambio de postura frente al régimen de Nicolás Maduro que fue aliado de los gobiernos de Evo Morales y Luis Arce (2006-2019, 2020-2025).

En una entrevista con el periódico español El País, el presidente electo anunció que retomará relaciones con Estados Unidos y que está dispuesto a trabajar con países que quieran cooperar con el suyo. “Espero que Bolivia vuelva al mundo y que el mundo vuelva a Bolivia”, manifestó.

Encuentro en la cubre de
Encuentro en la cubre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América o ALBA, en el palacio presidencial de Miraflores en Caracas, Venezuela, el miércoles 24 de abril de 2024. (AP Foto/Ariana Cubillos)

Durante la campaña electoral, Paz mencionó que no designaría embajadores sino solo agregados comerciales para reducir los gastos estatales. Sobre este planteamiento el analista en asuntos internacionales, Andrés Guzmán Escobari, expresó su preocupación y explicó que la figura del embajador tiene un rango más alto y de cumplimiento de funciones políticas que van más allá de lo comercial.

“El embajador cumple funciones políticas que van más allá de lo comercial, es el relacionamiento directo con otro el otro gobierno”, señaló en entrevista con Infobae. Guzmán Escobari sostiene que el comercio ya no genera interdependencia entre los países porque “la lógica de las grandes potencias no está en el comercio sino en la geopolítica”.

Para el analista, la tarea principal es institucionalizar la Cancillería que “en las últimas dos décadas se entendió el servicio exterior como un lugar para premiar a los militantes del partido”.

En ese marco, el nuevo ciclo político que iniciará Bolivia el 8 de noviembre plantea tanto oportunidades como desafíos en sus relaciones internacionales: restablecer los vínculos interrumpidos, consolidar la institucionalidad del servicio diplomático y asegurar la continuidad de la política exterior más allá de los cambios de gobierno.