La inflación en Brasil, la mayor economía de América Latina, se aceleró en septiembre y alcanzó el 5,17% interanual, lo que representa un incremento de 0,04 puntos respecto al mes anterior, según informó el Gobierno.
El índice nacional de precios al consumidor subió un 0,48% en septiembre, 0,59 puntos porcentuales más que en agosto. Este resultado estuvo impulsado principalmente por el aumento en los precios de la energía eléctrica residencial, de acuerdo con el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Seis de los nueve productos y servicios analizados presentaron subidas en septiembre frente a agosto. Destacó el rubro vivienda (+2,97%), afectado por los aumentos en energía eléctrica residencial y un impuesto sobre el agua y el alcantarillado.
El mayor impacto del mes correspondió a los precios de la energía eléctrica para hogares, que aumentaron 10,31% en septiembre.
La ropa también tuvo un encarecimiento (+0,63%), con un incremento notable en la indumentaria masculina (1,06%).
El sector transporte se mantuvo prácticamente estable (+0,01%), pese al alza en los precios de los combustibles (0,87%).
El segmento de alimentación y bebidas, el que más pesa en el índice, registró una cuarta caída intermensual consecutiva, esta vez de 0,26%.
Los precios permanecen por encima de la meta fijada por el Banco Central, que busca cerrar el año con una inflación de hasta 4,5%.
Según las estimaciones más recientes, los economistas del mercado proyectan que Brasil tendrá un aumento de precios del 4,80% en 2025.
Para contener la inflación, el Banco Central mantiene la tasa básica de intereses del país en 15% anual, su nivel más alto en las dos últimas décadas. Esta política, de acuerdo con analistas y el Gobierno, provocará una desaceleración económica en el país este año.
En 2024, Brasil registró un crecimiento económico de 3,4%, y la última previsión de los economistas indica que esa tasa bajaría a 2,16% en 2025.