Mueren siete personas por el derrumbe de una mina en el sureste de Senegal

Al menos siete fallecidos tras colapsar un yacimiento en Kharakheyna, al sureste del país africano, mientras las autoridades alertan sobre el riesgo de nuevas víctimas y refuerzan controles ante la expansión de explotaciones clandestinas impulsadas por la crisis local

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El director de Minas de la región de Kédougou pidió incrementar la vigilancia en las explotaciones mineras tras el colapso de una mina en Kharakheyna, donde fallecieron al menos siete personas y aún no se descarta un aumento de víctimas, según reportó el medio Seneweb. La tragedia ocurrió en un yacimiento del sureste de Senegal y las labores de rescate continuaban en el lugar, dado que las autoridades locales advirtieron que todavía podría haber trabajadores atrapados.

De acuerdo con lo publicado por Seneweb, las personas que perdieron la vida realizaban actividades mineras sin autorización en una zona que pertenece formalmente a una sociedad dedicada a este sector. El director de Minas de Kédougou, Abou Sow, se trasladó al sitio del suceso para coordinar la respuesta institucional y solicitó a la empresa responsable de la concesión que amplíe las medidas de seguridad e intensifique el control mediante la presencia de guardias en el perímetro.

Seneweb informó que Sow expresó su pesar por lo ocurrido y subrayó la gravedad de la situación, tanto por la pérdida de vidas como por el hecho de que las operaciones ilegales persisten a pesar de las regulaciones vigentes. El funcionario reconoció que la expansión de este tipo de actividades clandestinas tiene relación directa con el contexto económico y los problemas de seguridad que enfrenta la región, aspectos que, en sus palabras, resultan “preocupantes”.

La mortalidad registrada pone de relieve las dificultades del gobierno senegalés para evitar la proliferación de explotaciones mineras no reguladas, un fenómeno que ha aumentado en los últimos años en respuesta a la crisis económica local. Ante esta realidad, el gobierno relanzó un programa para regularizar la minería y reforzar la supervisión sobre los yacimientos, según explicó Sow al medio citado.

Las autoridades locales permanecen en alerta, mientras continúan las tareas para asegurar la zona, asistir a los familiares de las víctimas y determinar con precisión cuántas personas estaban trabajando al momento del derrumbe. Las investigaciones avanzan con la premisa de esclarecer si aún existen víctimas atrapadas bajo los escombros y de definir responsabilidades por las condiciones de inseguridad detectadas en la explotación.

El incidente en Kharakheyna reavivó el debate acerca de las consecuencias sociales y económicas de la minería clandestina, en un escenario donde la escasez de empleo formal empuja a numerosos habitantes a ingresar a este tipo de trabajos en condiciones de riesgo. El Ministerio de Minas y los cuerpos de seguridad reforzaron los operativos en la región, y, según detalló Seneweb, las entidades competentes incrementaron el monitoreo para prevenir nuevos accidentes y frenar el acceso a las galerías no autorizadas.

El desplome de la mina sumó tensión en la población local, que lidia con incertidumbre por la posibilidad de que otros trabajadores se encuentren desaparecidos. Rescatistas y autoridades de Kédougou coordinaron las tareas de búsqueda, simultáneamente con la asistencia médica y el acompañamiento a los afectados.

El Estado senegalés enfrenta el desafío de conjugar la reactivación económica con el control de actividades extractivas irregulares, en un contexto donde la explotación minera artesanal y clandestina se mantiene como fuente de ingresos para ciertas comunidades, al tiempo que implica altos riesgos laborales. Sow reforzó ante los medios el llamado a revisar los actuales mecanismos de regulación y reiteró la urgencia de adaptar la vigilancia a la nuevas formas de extracción no autorizada.