
Durante el funeral de Encarnita Polo, la ausencia de Rappel generó múltiples comentarios entre los asistentes y medios, principalmente por el impacto que tuvieron sus declaraciones anteriores dirigidas a Raquel Waitzman, hija de la artista. Según consignó el medio, Pablo Sebastián, amigo cercano tanto de la familia como del propio Rappel, relató que el famoso vidente le confió en una conversación reciente su decisión de no presentarse a la ceremonia. El motivo, según detalló Sebastián, recaía en el temor de Rappel a convertirse en el centro de atención mediática y, con ello, interrumpir el acto de homenaje a la cantante.
El medio explicó que la misa funeral tuvo lugar en la Basílica de La Milagrosa de Madrid aproximadamente un mes después del fallecimiento de Encarnita Polo, ocurrido el 14 de noviembre en una residencia de Toledo en circunstancias investigadas por las autoridades. Familiares, entre ellos Raquel Waitzman, estuvieron presentes junto a figuras reconocidas del ámbito del espectáculo, como José Manuel Parada, Víctor Sandoval, Antonio Albella y el propio Pablo Sebastián. Según reportó el medio, la ausencia de Rappel distó de pasar desapercibida y constituyó uno de los temas recurrentes durante la ceremonia de despedida.
De acuerdo con la información publicada, Pablo Sebastián compartió con los medios que la decisión de Rappel respondió a la intención de no contribuir al morbo mediático. “No quería ser carnaza en un funeral”, recordó Sebastián que le dijo el vidente, en alusión directa a su preocupación por no avivar debates o controversias durante un acto destinado al tributo y recogimiento. Esa postura, agregó Sebastián, surgió después del revuelo causado por los comentarios previos de Rappel, quien había sugerido públicamente que la hija de Encarnita Polo habría abandonado a su madre en la residencia donde falleció.
El medio especificó que tales palabras provocaron malestar e intensificaron la atención sobre la familia en un momento delicado. Tras la polémica y su amplio eco mediático, Rappel ofreció una disculpa dirigida a Raquel Waitzman, atribuyendo sus declaraciones a la conmoción experimentada al enterarse de la muerte de Encarnita Polo a través de los medios de comunicación. “Se me calentó la boca”, manifestó el vidente, según recogió el medio, argumentando que su intervención respondió a un impulso emocional más que a hechos contrastados.
Pese a este gesto de disculpa, la controversia persistió. Víctor Sandoval, presente en la ceremonia, formuló ante los medios críticas contundentes sobre la actuación de Rappel en este episodio. “Lo que sale por la boca se queda”, señaló Sandoval, dando a entender que los efectos de tales acusaciones resultan irreversibles. También se refirió a otras afirmaciones de Rappel relacionadas con supuestas joyas y cuestionó hasta qué punto el vidente realmente conocía la vida personal de Encarnita Polo. Sandoval además manifestó su respaldo a Raquel Waitzman y afirmó que las declaraciones en su contra carecían de fundamento, atribuyéndolas a personas alejadas del verdadero vínculo entre madre e hija.
Según relató el medio, la celebración del funeral congregó a numerosos allegados y compañeros de profesión de Encarnita Polo, quienes acudieron para rendirle homenaje y acompañar en el duelo a su familia. El acto estuvo impregnado por la solemnidad propia de una despedida, aunque no pudo evitar la atención generada por las declaraciones de Rappel y la polémica que las sucedió.
La cobertura del medio destacó cómo la repercusión pública de unas declaraciones puede influir de forma directa en la gestión de un tributo privado, hasta el punto de alterar la presencia de quienes formaron parte del entorno cercano de la artista. Durante la última etapa de vida de Encarnita Polo, las circunstancias de su fallecimiento atrajeron ya la atención y generaron debates sobre el entorno familiar y las condiciones en que pasó sus últimos días, contexto que añadió presión durante la ceremonia religiosa.
El episodio sirvió de ejemplo, según explicó el medio, de cómo participantes en eventos con alta exposición prefieren abstenerse de intervenir cuando prevén que su presencia puede eclipsar el sentido original del acto. Así, la decisión de Rappel se interpretó como una forma de preservar tanto la solemnidad del homenaje como la intimidad de los allegados, evitando que el sepelio quedara marcado por tensiones o nuevos enfrentamientos públicos.
Durante la jornada, el respaldo a Raquel Waitzman fue reiterado por personalidades y familiares, quienes ocuparon la Basílica de La Milagrosa para recordar a la artista y acompañar a su hija, mientras las circunstancias que rodearon la muerte de Encarnita Polo y las repercusiones mediáticas recientes continuaban generando comentarios en el entorno social y artístico, según documentó el medio.


