
Las instrucciones emitidas de manera urgente a la comunidad universitaria de Brown incluyeron recomendaciones precisas sobre cómo actuar ante el riesgo de un tirador activo: puertas cerradas, teléfonos en silencio y evitar cualquier situación de exposición. El medio informó que la Universidad de Brown insistió en la importancia de que cada persona bajo resguardo permanezca oculta, sin abandonar los sitios seguros hasta nueva orden. La noticia principal es la activación de protocolos de emergencia tras el reporte de disparos en las inmediaciones del campus, que desencadenó un amplio despliegue policial en la ciudad de Providence, Rhode Island, el sábado por la tarde.
De acuerdo con la información recabada por la Policía de Providence y publicada por los canales oficiales de las fuerzas de seguridad, la alerta se emitió tras registrarse múltiples disparos cerca de la calle Governor, a una corta distancia de Boston. El incidente obligó a las autoridades a cerrar los accesos a la Universidad de Brown y mantener un perímetro de seguridad extenso, con agentes desplegados en toda la zona para proteger tanto a los estudiantes como a los vecinos. Según detalló la Policía de Providence, la búsqueda del sospechoso continuaba en marcha y, al cierre de la información, no se habían producido arrestos relacionados con los hechos, corrigiendo así versiones iniciales que sugerían una posible detención.
Numerosos mensajes de prevención circularon desde las redes sociales oficiales de la policía y a través de las plataformas universitarias. Tanto estudiantes como habitantes del área adyacente recibieron reiteradas advertencias sobre la gravedad de la situación y la necesidad de mantener la calma dentro de los refugios establecidos. La comunidad universitaria recibió, según el medio, una instrucción textual: “Recuerden: corran si están en la zona afectada, evacuen si pueden y ocúltese si no es posible la evacuación”. La universidad resaltó además la urgencia de seguir únicamente las directrices oficiales para reducir riesgos y permitir que las operaciones policiales se desarrollen de manera efectiva.
Tal como informó la Policía de Providence, las fuerzas de seguridad mantuvieron la presencia en el campus y en los alrededores, vigilando que nadie ingresara o saliera del perímetro hasta recibir nuevas indicaciones. Según publicó el mismo organismo, uno de los focos fue evitar que la circulación de información no verificada generara confusión o complicara las acciones de emergencia. El flujo constante de alertas oficiales buscó frenar cualquier intento de acceso por parte de personas ajenas al resguardo.
En los comunicados más recientes difundidos tanto por la administración de la Universidad de Brown como por la Policía de Providence, se insistió en la necesidad de permanecer atentos exclusivamente a las actualizaciones provenientes de fuentes oficiales. Las autoridades enfatizaron que el operativo requiere colaboración absoluta de la ciudadanía y que cualquier rumor o información no confirmada podría entorpecer el esclarecimiento del suceso.
Hasta el último reporte citado por el medio, las autoridades no habían detallado el número de personas afectadas, la identidad del sospechoso ni las posibles motivaciones detrás del tiroteo. Tampoco se conocieron más detalles sobre la secuencia exacta de los disparos ni sobre la existencia de heridos, lo que contribuye al ambiente de incertidumbre tanto entre los estudiantes como en la comunidad local.
El trabajo conjunto entre la dirección de la universidad y los cuerpos policiales priorizó mantener informada a la población vulnerable de manera ágil, empleando comunicados breves y directos a través de redes sociales y plataformas móviles. Esta coordinación formó parte del dispositivo preventivo puesto en marcha tras los primeros reportes de disparos. De acuerdo con la información distribuida por la Policía de Providence, todas las medidas de protección seguirán vigentes hasta nuevo aviso, mientras la investigación continúa en curso.
Durante el desarrollo de las operaciones, la universidad recordó a su comunidad la necesidad de evitar cualquier tipo de exposición, instando a no aproximarse a ventanas ni áreas abiertas y a reportar de inmediato cualquier movimiento sospechoso. Los dispositivos de seguridad establecidos buscan garantizar la integridad de quienes permanecen en el campus y las zonas aledañas, según precisó el conjunto de mensajes institucionales recopilados por el medio.
La Policía de Providence, a través de sus portavoces oficiales, recalcó la instrucción de no abandonar los lugares de resguardo hasta recibir una notificación clara por parte de las autoridades. Según la información publicada, la comunidad académica y los vecinos permanecen atentos a la actualización constante de medidas y recomendaciones. El ambiente se caracteriza actualmente por la espera de nuevas directrices ante la ausencia de datos concluyentes sobre lo ocurrido.
El operativo en marcha y la estrategia de comunicación implementada buscan contener el riesgo y prevenir la propagación de información no fidedigna. De acuerdo con los reportes citados, la prioridad de las autoridades radica tanto en neutralizar la amenaza como en mantener bajo resguardo a toda persona en potencial peligro, lo que ha llevado a prolongar la condición de cierre y alerta en torno a la Universidad de Brown.

