EEUU acusa a Ruanda de violar el acuerdo de paz en RDC y emprenderá "acciones" para garantizarlo

Washington señala que altos funcionarios norteamericanos responsabilizan a Kigali de respaldar a insurgentes, tras la reciente toma de Uvira, e insisten en que se implementarán medidas concretas para exigir respeto a los compromisos alcanzados en el reciente pacto diplomático

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Tras confirmarse el avance del Movimiento 23 de Marzo (M23) sobre la ciudad de Uvira, la confrontación diplomática entre República Democrática del Congo (RDC) y Ruanda ha tomado nuevamente protagonismo, especialmente tras la firma de un acuerdo de paz en Washington D.C. la semana pasada. Según publicó Europa Press, funcionarios de alto nivel del gobierno estadounidense mantienen su postura en cuanto a la responsabilidad de Kigali en el respaldo a las acciones de grupos insurgentes y han anunciado que se ejecutarán medidas para exigir el respeto a los compromisos asumidos por ambos gobiernos africanos bajo la mediación del presidente Donald Trump.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, expresó que Estados Unidos responsabiliza a Ruanda de incumplir los términos del acuerdo que buscaba detener la violencia en el este del país africano. En declaraciones difundidas por Europa Press, Rubio reiteró que “las acciones de Ruanda en el este de la República Democrática del Congo son una clara violación de los Acuerdos de Washington firmados por el Presidente Trump, y Estados Unidos tomará medidas para garantizar que se cumplan las promesas hechas al Presidente”. Rubio realizó estos comentarios a través de su cuenta en la red social X (antes conocida como Twitter), en referencia a los recientes sucesos en RDC.

El trasfondo de la crisis involucra acusaciones recíprocas entre los gobiernos de Kinshasa y Kigali. Según detalló Europa Press, las autoridades congoleñas sostienen que Ruanda respalda de forma activa a las milicias del M23, hecho que ha desatado un nuevo episodio de tensión bilateral. Por su parte, el gobierno ruandés ha rechazado estos señalamientos, mientras que el Ejecutivo de RDC también ha negado cualquier vínculo con grupos armados que operan contra Ruanda en la región.

Durante la semana previa, representantes de ambas naciones firmaron en Washington D.C. un acuerdo orientado a frenar los enfrentamientos, bajo la mediación del presidente Donald Trump y con la participación directa de Paul Kagame, mandatario ruandés, y Félix Tshisekedi, presidente de RDC. No obstante, informó Europa Press, la captura de Uvira por el M23 ocurrió pocos días después del pacto, lo que plantea dudas sobre el futuro de estos compromisos y la capacidad real de las partes de contener a las milicias aliadas o afines.

Estados Unidos da por hecho, según consigna Europa Press, que la insurgencia del M23 cuenta con apoyo logístico y operativo de Ruanda. Esta interpretación ha sido central en la justificación de la respuesta anunciada por Washington, que incluirá una serie de medidas aún no especificadas para garantizar la vigencia de lo pactado y fortalecer la presión diplomática sobre Kigali.

En paralelo, el M23 ha trasladado la responsabilidad de la ruptura del acuerdo al ejército congoleño y sus aliados. En un comunicado conocido por Europa Press y difundido recientemente, la facción política vinculada al grupo rebelde, la Alianza del Río Congo (AFC), atribuyó las hostilidades al ejército de RDC, a las fuerzas de Burundi y a las milicias denominadas wazalendos, que colaboran con las autoridades de Kinshasa. El autodenominado “presidente” del M23 y “coordinador” de la AFC, Bertrand Bisimwa, declaró: “Si el gobierno se cree con el derecho de retomar el control del territorio nacional por la fuerza, asesinando a sus ciudadanos, entonces nosotros, como ciudadanos, también tenemos el derecho y la legitimidad de defender nuestras vidas y las vidas de nuestros conciudadanos amenazados de exterminio por su propio gobierno”.

Estas manifestaciones reflejan la profundidad del conflicto interno en RDC, donde diversas fuerzas armadas disputan el control de extensas zonas del este, agravando la situación humanitaria y complicando la seguridad de las comunidades afectadas. Europa Press indicó que tanto Estados Unidos como actores regionales consideran que la solución pasa por una aplicación efectiva de los acuerdos alcanzados, un escenario que, tras la toma de Uvira, parece cada vez más complejo. La reciente escalada amenaza con alejar las posibilidades inmediatas de una desescalada concreta, mientras Washington reitera su intención de intervenir para que se respeten los pactos internacionales sellados bajo su mediación.