Cataluña afirma que la mayoría de jabalíes muertos en Collserola dan negativo en peste porcina africana

Las pruebas sobre animales encontrados en Collserola descartan una diseminación amplia de peste porcina africana, según autoridades, que apuntan a la intervención humana como origen y mantienen medidas reforzadas para evitar nuevos focos en la zona

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La investigación sobre el origen del brote de peste porcina africana detectado en el parque de Collserola se dirige principalmente hacia la intervención humana, una hipótesis que se consolidó tras analizar los primeros resultados obtenidos de los animales encontrados muertos en la zona. Los exámenes de laboratorio permitieron descartar que la propagación del virus se diera por transmisión natural entre jabalíes autóctonos, reduciendo así la preocupación inicial sobre un posible contagio masivo de la fauna silvestre local. El punto central comunicado, según reportó Europa Press, es que la mayoría de los cerca de 50 ejemplares recogidos en el parque han resultado negativos a la peste porcina africana (PPA), mientras solo nueve dieron positivo, una cifra que disminuye la alarma sobre una expansión incontrolada.

El conseller Òscar Ordeig, titular del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat, declaró a Europa Press que la investigación apunta fundamentalmente a las rutas transitadas por vehículos como la autopista AP-7. Descartó que la fauna local haya servido de vector inicial del brote y precisó que los elementos humanos representan el principal foco de introducción de la enfermedad. “Lo sabremos en los próximos días; no ha entrado por un contagio de jabalí, sino que esto ha sido factor humano”, manifestó Ordeig según las declaraciones emitidas en La 2 Cat y reproducidas por el medio.

De acuerdo con la información suministrada por Europa Press, el contexto europeo influye directamente en la actual estrategia de respuesta: países del este de Europa consideran la peste porcina africana como una enfermedad endémica, lo que refuerza la vigilancia en corredores internacionales de tránsito. En estos territorios, la situación epidemiológica permanece sin control efectivo, y el traslado frecuente de personas, mercancías y vehículos facilita la persistencia del patógeno en el continente. La circulación viral en zonas geográficas alejadas de Cataluña había incrementado la preocupación de las autoridades locales sobre la posible llegada del virus.

Ante la detección de animales muertos, el gobierno catalán movilizó a equipos especializados que recogieron y analizaron muestras biológicas en el parque. Este procedimiento permitió diferenciar los casos positivos de los negativos y clarificar el alcance real del foco, una separación considerada clave por los expertos que colaboran con la administración, tal como relató Europa Press. El despliegue de medidas técnicas y humanas contribuyó a contener la expansión de los contagios en el área metropolitana de Barcelona.

Frente a esta situación y tras la confirmación de varios casos positivos, la Generalitat anunció el refuerzo de los controles, incrementando protocolos de bioseguridad especialmente en zonas estratégicas. Estas medidas comprenden tanto la supervisión de actividades ganaderas en las inmediaciones como la intensificación de la vigilancia en rutas internacionales. Las autoridades instaron a quienes circulan por caminos rurales o provenientes del extranjero a respetar las normas de sanidad animal y prevenir conductas que puedan favorecer la aparición de nuevos focos.

Las advertencias difundidas por especialistas y organismos oficiales, recogidas igualmente por Europa Press, subrayan el peligro permanente que representa la PPA para el sector porcino español. Las referencias a la movilidad de viajeros y transportistas, especialmente desde países con circulación activa del virus, sirven de base a las campañas de información y sensibilización dirigidas a la ciudadanía. En toda la región catalana, las medidas buscan no solo impedir la entrada del virus en explotaciones domésticas, sino preservar la estabilidad económica de un sector vital y proteger la salud pública.

El Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural mantiene un seguimiento constante de la situación junto a veterinarios y técnicos en fauna silvestre, según consignó Europa Press. Se comunican de forma regular los resultados de los análisis y la evolución de los casos a los ganaderos y responsables de explotaciones agrícolas. La administración regional mantiene actualizaciones sobre los protocolos y reitera la importancia de la colaboración entre actores públicos y privados en la lucha contra la transmisión viral.

Especialistas que han participado en la recogida y el estudio de los ejemplares fallecidos han manifestado, siguiendo las informaciones de Europa Press, que la rapidez en la respuesta resultó determinante para limitar la extensión del brote. La recolección y el análisis temprano de los cadáveres permitieron acotar el riesgo de nuevos contagios e identificar posibles rutas de transmisión accidental. Actualmente, la vigilancia persiste de manera intensificada en áreas consideradas especialmente expuestas, como corredores de tránsito de fauna y vías de acceso locales.

Dentro de las recomendaciones dirigidas a la población, la Generalitat insiste en la prohibición de alimentar a animales salvajes y en evitar abandonar restos de comida en espacios naturales. Europa Press subrayó que esta directriz responde al hecho de que los residuos orgánicos pueden servir de vehículo para agentes infecciosos, como el virus de la peste porcina africana. Además, se insta a notificar a las autoridades municipales o sanitarias la presencia de ejemplares muertos o con síntomas compatibles con enfermedades animales.

La investigación sobre la causa exacta del brote continúa abierta. Según las declaraciones del conseller Ordeig publicadas por Europa Press, se aguarda la llegada de nuevos resultados de laboratorio en los próximos días, lo que permitirá precisar el alcance y evolución de la situación tanto en Collserola como en su entorno. Las autoridades autonómicas proyectan mantener la vigilancia activa y adaptar las medidas conforme avance la recopilación de datos, con el objetivo de evitar la aparición de nuevos episodios en el ecosistema local y en las actividades ganaderas de Cataluña.