Miles de manifestantes protestan contra la clase política y los primeros presupuestos en euros en Bulgaria

Decenas de miles de personas colmaron las calles de Sofía y otras ciudades para exigir reformas de fondo, nuevos líderes y una revisión al plan anunciado para 2026, en medio de denuncias de corrupción, desconfianza y creciente malestar social

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Figuras como Boiko Borisov, líder formal del partido GERB, y Delian Peevski, antiguo empresario de medios de comunicación sancionado internacionalmente por Estados Unidos y Reino Unido por supuestos casos de corrupción, se convirtieron en el centro de la crítica durante las protestas que ocuparon el centro de Sofía y se extendieron a diversas ciudades búlgaras. La convocatoria, surgida sin el respaldo de partidos políticos pero impulsada por la plataforma Seguimos el Cambio-Bulgaria Democrática, demandó transparencia y una revisión profunda de las estructuras de poder tras el anuncio de los primeros presupuestos estatales en euros, vinculados a la reciente adhesión del país a la moneda común europea. Según informó El País, decenas de miles de ciudadanos participaron en estas manifestaciones, exigiendo tanto reformas estructurales como nuevas autoridades políticas.

Durante la jornada, los manifestantes se congregaron frente a la Asamblea Nacional y el Consejo de Ministros, ubicados en torno a la plaza de la Independencia en Sofía, acompañados de un significativo despliegue policial que no registró incidentes violentos, de acuerdo con El País. Lejos de limitarse a la capital, ciudades como Varna, Burgas, Pleven, Shumen, Dobrich, Stara Zagora, Lovech, Ruse, Sliven y Yambol también vivieron concentraciones de ciudadanos que expresaron descontento ante la gestión gubernamental y las decisiones presupuestarias. El medio español detalló que, en la sede del Parlamento búlgaro, se proyectaron mensajes como “Dimisión y cárcel” y “Mafia”, así como imágenes de una cabeza de cerdo y esposas, símbolos escogidos por los participantes para señalar prácticas corruptas y exigir el fin del llamado “robo presupuestario”.

El clima festivo de la protesta permitió la fusión de música, bailes tradicionales y consignas políticas, con la presencia de diferentes generaciones portando banderas nacionales y de la Unión Europea. Entre las pancartas destacaron lemas como “Viene la Generación Z” y “Bulgaria joven sin mafia”. El País reportó que la movilización reflejó el cansancio social frente a un ciclo de inestabilidad institucional marcado por la convocatoria de siete elecciones en solo tres años. La última de estas consultas, en octubre de 2024, otorgó a GERB 66 de los 240 escaños parlamentarios, dejando a su líder, Rosen Zheliazkov, a cargo del Ejecutivo desde enero y en busca de acuerdos para sostener una coalición compleja.

El principal eje de las reclamaciones se centró en el presupuesto estatal propuesto para el año 2026, el primero concebido íntegramente en euros tras el ingreso oficial de Bulgaria en la eurozona el 1 de enero. Esta propuesta contempla incrementos impositivos, aumento de las pensiones y un mayor recurso al endeudamiento para cubrir el gasto público, elementos que han causado polémica tanto entre sindicatos como en el sector empresarial, de acuerdo con la cobertura de El País. Estos sectores expresaron dudas sobre la orientación de los desembolsos públicos y el riesgo asociado a una deuda creciente.

El Gobierno, enfrentando las críticas y tras movilizaciones previas en la semana anterior, optó por retirar temporalmente el anteproyecto de presupuesto, aunque, según detalló El País, persisten las negociaciones para una versión revisada de las cuentas bajo un trámite de urgencia. Las acusaciones de buscar cambios financieros sin generar espacios de debate alimentan la desconfianza de la ciudadanía y de la oposición, que reclama la apertura de un proceso participativo real para las reformas.

Una constante en las protestas fue la exigencia de dimisiones entre los actuales actores políticos y administrativos, con llamados a “más transparencia” y la eliminación de prácticas corruptas. La figura de Delian Peevski, vinculado por los asistentes al partido GERB y con influencia reconocida en la toma de decisiones, fue especialmente señalada debido a las sanciones internacionales que pesan sobre él, tema que ha tensado aún más la imagen pública del sector oficialista.

El País destacó que la manifestación, a pesar de su tono festivo y la variedad de actividades culturales incluidas, retrató un ambiente de hartazgo ante las dificultades para lograr estabilidad política tras años de continuos procesos electorales y controversias institucionales. Las demandas de los asistentes van más allá de una revisión puntual de los presupuestos, buscando reformas profundas y una transformación de la vida política en Bulgaria que garantice justicia, participación y la posibilidad de un desarrollo económico y social sostenido.

La magnitud de la convocatoria, con decenas de miles de personas movilizadas simultáneamente en distintas localidades y bajo el denominador común del rechazo al “plan del euro” para 2026, indica, según consignó El País, la amplitud del descontento, así como la presencia de una base social que se opone tanto a la continuidad de viejos liderazgos como a las tendencias vinculadas a la corrupción. Voceros de los movimientos ciudadanos reiteraron durante la jornada su voluntad de mantener las protestas mientras no se generen cambios sustanciales en el funcionamiento institucional y en la gestión presupuestaria del país.