La oficialista Moncada y el conservador Nasralla votan en las elecciones presidenciales de Honduras

El proceso electoral en Honduras se desarrolla bajo estrictas medidas de seguridad y tensión, marcado por llamados a la calma de los aspirantes, la presencia de observadores internacionales y denuncias sobre riesgos para la transparencia democrática y la integridad institucional del país

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La ausencia de la periodista Cossette López-Osorio, integrante del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras, marcó el inicio de la jornada electoral después de que anunciara públicamente que no asistiría a la apertura oficial por cuestiones de seguridad para ella y su familia, tras recibir amenazas y denunciar la presencia de simpatizantes del Partido Libre Refundación (PLR) en el centro donde se realizaría la ceremonia inaugural. A través de la red social X, López-Osorio expresó: “Proteger mi vida y la de mi familia no es un acto de temor: es un acto de responsabilidad”. Este hecho resaltó las tensiones y preocupaciones sobre la integridad de la jornada, en la que se decidirá la futura composición del gobierno hondureño y varias de sus instituciones. Según consignó el medio de comunicación, la inauguración formal contó únicamente con la presidenta del CNE, Ana Paola Hall, y el consejero Marlon Ochoa.

Durante el domingo, más de seis millones de ciudadanos hondureños fueron convocados a acudir a las urnas para elegir al próximo jefe del Estado, así como a los miembros del Congreso Nacional en sus dos niveles—128 diputados titulares y 128 suplentes—, representantes del Parlamento Centroamericano (20 titulares y 20 suplentes), además de 298 alcaldes, 298 vicealcaldes y 2.168 regidores. El medio de comunicación reportó que las mesas electorales abrieron a las 7.00 de la mañana horario local (14.00 horas en la España peninsular), con la intención de cerrar a las 17.00 (0.00 del día siguiente en la península ibérica). El proceso tiene características de gran importancia política dado que la legislación local no prevé segunda vuelta electoral: el próximo presidente será quien obtenga la mayor cantidad de votos en esta única ronda, según explicó el medio.

Entre los aspirantes a la presidencia, sobresalen figuras ampliamente reconocidas, como la oficialista Rixi Moncada y el conservador Salvador Nasralla, quienes ya emitieron su voto, informó el medio. La candidatura de Nasry Asfura, vinculado a posiciones de ultraderecha, permanecía al margen a la espera de su participación. Desde el centro electoral de la colonia Centroamérica Oeste en Tegucigalpa, Moncada subrayó la continuidad de los procesos democráticos durante los últimos años, mencionando episodios previos como el golpe de 2009 o supuestos fraudes electorales en 2013 y 2017, y la victoria de Xiomara Castro en 2021. Moncada instó a la población a mantener el orden y la tranquilidad durante el proceso, declarando que la calma predominaba en los 18 departamentos del país.

Por su parte, Nasralla emitió un llamado al electorado para incentivar la participación y argumentó que su principal objetivo de gobierno consiste en promover el empleo y mejorar las condiciones de vida. “Sé que ustedes quieren una mejor calidad de vida para ustedes y su familia y yo vengo a darles eso. Mi propósito fundamental es dar empleo”, afirmó según reportó el medio. Nasralla también mostró preocupación ante la posibilidad de fraudes o irregularidades y expresó: “Quedó demostrado que aquí los que quieren hacer fraude son otros. Yo soy la persona que trae los votos”.

El medio detalló que la campaña transcurrió en un ambiente de fuertes tensiones, con denuncias sobre presuntas irregularidades, confrontación entre partidos, acusaciones de corrupción y de injerencia del narcotráfico en procesos pasados. Este escenario ha sido descrito como un reflejo de la polarización social, alimentado por antecedentes como el golpe de Estado de 2009, la controversia tras los comicios presidenciales de 2013 y 2017, y los posteriores periodos de inestabilidad social que definieron los años recientes en el país.

Factores internacionales también han influido en el contexto electoral. El expresidente estadounidense Donald Trump manifestó respaldo a la candidatura de Nasry Asfura y declaró públicamente su intención de otorgar un indulto al exmandatario Juan Orlando Hernández, condenado por delitos asociados al narcotráfico. Tales pronunciamientos generaron reacciones divididas en el país y complicaron el clima previo a la elección, según detalló el medio de comunicación. La presencia e influencia de actores extranjeros y observadores internacionales constituyen un elemento central de la jornada, con el objetivo declarado de supervisar la limpieza, la integridad y la transparencia del proceso electoral.

El despliegue de observadores tanto nacionales como internacionales buscó ofrecer garantías sobre la transparencia y la legalidad de las votaciones, en un intento de reforzar la confianza pública en las instituciones del país. Conforme destacó la prensa, tanto el CNE como los propios candidatos han reiterado a lo largo del día sus llamados a la calma y a la adhesión a los procedimientos democráticos, en un ambiente donde temas como la seguridad personal, la legitimidad del voto y la defensa del proceso democrático ocupan un lugar central.

El medio de comunicación subrayó además la relevancia que adquiere cada voto, considerando que la fórmula del escrutinio directo no contempla una segunda ronda: la mayoría simple decidirá quién ocupará la presidencia y definirá el rumbo institucional de Honduras en los próximos años. En este contexto, persisten inquietudes sobre la transparencia, la posibilidad de incidentes y la capacidad de las autoridades para mantener el orden y la confianza en el proceso. El desarrollo de la jornada y la respuesta de los electores se consideran determinantes para el futuro inmediato de la política y la vida institucional hondureña, según reportó el medio.