
Miles de personas han salido este pasado sábado a las calles de la capital de Túnez en una gran marcha convocada por la oposición contra el presidente, Kais Saied, acusado por sus críticos de haber convertido el país en un modelo de dictadura.
La llamada "marcha contra la injusticia" acabó aglutinando a unas 5.000 personas a través de la avenida Mohamed V y combinó a opositores y sindicatos, según recoge el portal de noticias tunecino Kapitalis.
La protesta no solo exigía la recuperación de derechos y libertades, sino que instaba además al Gobierno a que adoptara medidas inmediatas para reducir la contaminación en la región de Gabes, en el sur del país, donde existe una planta química de fosfatos que está convirtiendo la zona en un vertedero y provocando numerosos problemas de salud a la población.
Como prueba, la marcha se detuvo unos instantes ante la sede del la operadora estatal del Grupo Químico Tunecino, responsable de operaciones.
Amnistía Internacional ha afirmado que la represión contra los grupos de derechos humanos ha alcanzado niveles críticos, con arrestos arbitrarios, detenciones, congelamientos de activos, restricciones bancarias y suspensiones dirigidas contra 14 ONG.
Los opositores afirman que Saied ha destruido la independencia del poder judicial. En 2022, disolvió el Consejo Supremo de la Judicatura y destituyó a decenas de jueces, medidas que grupos de oposición y defensores de derechos humanos condenaron como un golpe de Estado.

