El masala chai es una de las bebidas más emblemáticas de la India. Presente en puestos callejeros, trenes, mercados y hogares, combina té negro, leche, jengibre y, según la región, diferentes especias. Su popularidad va más allá del sabor: forma parte de la vida cotidiana, se prepara varias veces al día y se sirve en pequeñas tazas que acompañan conversaciones, descansos y trayectos.
Aunque en Occidente se interpreta a menudo como una mezcla aromática o una bebida especiada, en India el chai es algo mucho más sencillo y accesible. Cada familia lo prepara a su manera y con los ingredientes de los que dispone, lo que explica que existan tantas versiones como hogares. Esa variedad hace que el chai que llega a España, generalmente bajo la etiqueta "chai latte", tenga poco que ver con el que se toma a diario en el país asiático.
Con esta idea en mente, la creadora española @loui.romero, que pasó casi cinco meses viviendo en el norte de la India, decidió compartir en TikTok la receta que aprendió en la casa donde se alojaba. Una versión humilde, directa y cotidiana del chai, que explica paso a paso para mostrar cómo se prepara realmente esta bebida en muchos hogares indios.
EL JENGIBRE, LA BASE DEL AROMA
La receta empieza con una cazuelita pequeña en la que se añaden dos dedos de agua. Mientras se calienta, la creadora pela un trozo de jengibre fresco. En la India, explica, cada familia utiliza más o menos cantidad según el gusto. Ella prefiere un chai con sabor marcado -"gingery"- y por eso añade una porción generosa.
Una vez pelado, el jengibre se aplasta totalmente hasta que queda muy chafado. Este paso favorece que libere mejor su aroma durante la cocción, algo habitual en la preparación del chai casero.
TÉ NEGRO EN GRANO Y LA RECETA APRENDIDA EN INDIA
El siguiente ingrediente es el té negro en grano, el que suele utilizarse en India para preparar chai. Ella se trajo una bolsa durante su estancia, aunque señala que también es posible encontrarlo en España. Para esta receta, utiliza una cucharada y media para dos personas.
Antes de que el agua llegue a hervir del todo, añade la leche. En la casa donde vivió usaban leche de búfala, muy común en el norte del país. Como no es accesible aquí, emplea leche de vaca normal. Si la cazuelita tiene dos dedos de agua, añade tres o cuatro dedos de leche para lograr una proporción cremosa.
Comenta también que algunas familias incluyen cardamomo en la receta, pero la suya no podía permitirse esa especia. Por eso, su versión no lo lleva.
AZÚCAR AL GUSTO Y LA TÉCNICA INDIA DEL HERVOR: DEJAR QUE SUBA VARIAS VECES
Con el jengibre, el té y la leche ya en la cazuela, es momento de echar azúcar. "En la India les gusta todo extremadamente dulce", explica, aunque deja claro que la cantidad es totalmente personal. Ella opta por un punto dulce moderado.
A partir de aquí llega uno de los pasos más característicos: dejar que el chai suba el hervor varias veces. Según le enseñaron, lo mínimo son tres subidas. Ella prefiere dejarlo hasta cinco, porque así consigue un sabor más intenso. El proceso consiste en dejar que la mezcla hierva y la espuma suba, apartarla ligeramente del fuego y volver a llevarla a ebullición.
COLADO FINAL Y UN DETALLE CULTURAL
Cuando la infusión ya está lista, solo queda colarla con un colador pequeño para retirar los restos de té y jengibre. Es el paso más delicado, reconoce, pero también el último antes de servirla.
En la India, el chai se presenta en tacitas muy pequeñas, casi del tamaño de un chupito. Esta es la razón por la que se consume tantas veces al día: la cantidad es pequeña, pero la frecuencia es alta. Ella, sin embargo, prefiere servirlo en una taza grande, más cercana a los hábitos occidentales.

