
Un total de 53 países han firmado este jueves la Declaración de Lanzamiento del Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF, por sus siglas en inglés) en la Cumbre de Líderes en el marco de la COP30, que se celebra desde este jueves en Belém (Brasil). En total, distintos países se comprometieron a aportar 5.500 millones de dólares (4.767 millones de euros) para la financiación del fondo.
Esta medida, uno de los acuerdos esperados para esta Cumbre del Clima y una de las prioridades para el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, inaugura --en palabras del Gobierno brasileño-- una nueva era de colaboración global entre inversiones públicas y privadas para impulsar estrategias permanentes de conservación y fortalecer alianzas en todo el mundo con el fin de proteger los ecosistemas tropicales más críticos.
En este sentido, Noruega se comprometió a aportar 3.000 millones de dólares --o 2.600 millones de euros-- al Fondo ("sujetos a criterios específicos") durante los próximos diez años. Mientras, Francia indicó que podría invertir hasta 577 millones de dólares --o 500 millones de euros-- hasta 2030 "según determinadas circunstancias"; y Brasil e Indonesia reafirmaron sus compromisos de 1.000 millones de dólares cada uno --o lo que es lo mismo, 866 millones de euros.
Por su parte, Portugal anunció una aportación de un millón de dólares (866.764 euros). Además, Alemania ratificó en su totalidad el Fondo e informó que su compromiso financiero se discutirá mañana entre el presidente Lula y el canciller Friedrich Merz. Por otro lado, Países Bajos han declarado que están considerando apoyar la iniciativa.
En total, 34 países con bosques tropicales han ratificado la Declaración del TFFF, lo que abarca casi el 90% de los bosques tropicales de los países en desarrollo. Entre ellos se encuentran Indonesia, la República Democrática del Congo y China.
Con motivo del lanzamiento ayer, Lula recibió a líderes de más de treinta países, tanto naciones con bosques tropicales como países financiadores, al secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, y a un representante del Banco Mundial.
Según ha informado la DPA, el Fondo garantizaría que los países que conserven sus bosques tropicales reciban incentivos económicos. Así, aquellos países que conserven sus bosques tropicales recibirán una prima de cuatro dólares (3,4 euros) por hectárea al año. En cambio, deberán pagar una multa de 140 dólares (121 euros) por cada hectárea destruida, cuya verificación se realizará mediante imágenes satelitales.
En total, este instrumento podría distribuir hasta 4.000 millones de dólares anuales (3.460 millones de euros), casi el triple del volumen actual de ayuda internacional para la conservación de los bosques. Según el plan, unos 70 países en desarrollo con bosques tropicales podrían beneficiarse y hasta una quinta parte de los fondos se destinaría a las poblaciones indígenas. En este marco, los países ricos contribuirían inicialmente con 25.000 millones de dólares de forma voluntaria.
"UN HITO HISTÓRICO QUE SE PUEDE MEJORAR"
Las organizaciones indígenes y ecologistas han celebrado el lanzamiento del Fondo, pero han puntualizado varias aspectos a mejorar. Así, el secretario ejecutivo de la Alianza Global de Comunidades Territoriales (GATC), Juan Carlos Jintiach, ha señalado que la "garantía" de que al menos el 20% de los pagos del TFFF se destinará directamente a los pueblos indígenas es ·una victoria histórica que reconoce nuestro liderazgo en la lucha contra el cambio climático".
Jintiach, cuya organización representa a los pueblos indígenas y las comunidades locales de 24 países con bosques tropicales que colaboraron con el Foindo para elaborar la Asignación Financiera Dedicada a los Pueblos Indígenas y las Comunidades Locales, ha especificado aún así que la financiación debe canalizarse por vías "legítimas", garantizando que sean las propias organizaciones territoriales quienes los reciban, "sin quedar atrapados en la burocracia ni convertirse en instrumentos de disputa política".
Por su parte, Greenpeace ha reconocido la puesta en marcha de este Fondo, aunque ha puntualizado que aún quedan lagunas para que se convierta en "un instrumento financiero creíble" para la protección de los bosques tropicales de alta integridad. Por ello, ha instado a los gobiernos a seguir mejorándolo y a acordar un plan de acción durante la Cumbre para lograr una protección forestal "transformadora".
En concreto, la ONG ha advertido que los bosques de alta integridad corren el riesgo de ser degradados o talados y seguir reuniendo los requisitos para recibir pagos dado que el umbral de elegibilidad de la cobertura forestal se ha fijado en un 20-30% de cobertura del dosel. Además, ha incidido en que la supervisión de la degradación se centra únicamente en las zonas afectadas por los incendios y excluye otros factores como la tala y la fragmentación.
Por otra parte, ha tachado de "insuficiente" la actual lista de exclusión para evitar que las industrias nocivas puedan optar a las inversiones. Desde su punto de vista, también deben reforzarse el modelo de financiación y los mecanismos de rendición de cuentas del Fondo. De esta manera, ha recalcado que el sistema debería garantizar pagos equitativos y puntuales a los países con bosques tropicales y a los pueblos indígenas y las comunidades locales.
Asimismo, ha subrayado que la financiación del TFFF y la asignación de los recursos por parte de los países con bosques tropicales deben ser objeto de un escrutinio crítico para garantizar que los fondos de protección forestal sean estables y fiables, especialmente para los pueblos indígenas y las comunidades locales. Además, ha indicado en que las contribuciones al Fondo no deben contabilizarse para el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG), ni desviar recursos ya asignados a otras medidas relacionadas con el clima y la biodiversidad.
"La puesta en marcha del Fondo para la Conservación de los Bosques Tropicales es un hito importante para la protección de los bosques tropicales del mundo. El mecanismo puede y debe mejorarse para subsanar algunas de sus deficiencias, pero es un paso en la dirección correcta", ha señalado la directora ejecutiva de Greenpeace Brasil, Carolina Pasquali.
WWF, que ha aportado en el desarrollo del Fondo con apoyo técnico, político y de incidencia, ha avanzado que continuará implicada en su desarrollo para garantizar que este instrumento cumpla su promesa de equidad, transparencia e impacto real sobre el terreno. Así, ha felicidado a Brasil y a sus socios por su "liderazgo visionario" en el lanzamiento del Fondo.
A pesar de ello, ha lamentado que algunos de los gobiernos que participaron en su diseño no se hayan sumado aún al nivel de compromiso mostrado por otros. En este sentido, ha instado a esas naciones y a otros nuevos socios a comprometer sin demora aportaciones de miles de millones de dólares para consolidar este mecanismo.
"Con los bosques tropicales desapareciendo a un ritmo alarmante -solo en 2024 se perdieron 6,7 millones de hectáreas (ha) de selva primaria, un área equivalente al tamaño de Vietnam-, la urgencia es clara: no hay tiempo que perder", ha advertido.


